Hace meses que prácticamente a diario aparecen noticias sobre plantillas que se recortan, despidos numerosos, ERE´s estancados, medios que cierran y demás sinónimos que evidencian la crisis del periodismo. En los últimos días, grandes medios como El País (300 empleados de Prisa, 120 del rotativo) o El Mundo (planea 220 despidos) han anunciado también sus recortes. Si dos de los mayores exponentes de la prensa en papel nacional ajustan personal, es de imaginar cómo capean el temporal los medios locales. Guadalajara es una de las provincias donde más se hace patente que el periodismo se está asfixiando.
Y es que hace apenas unas semanas -por primera vez en catorce años- cualquier ciudadano de la capital alcarreña que se dirigiera a sus quioscos en busca de información local, no encontraría ninguna cabecera de la provincia. Con suerte, si coincide con los días de algún bisemanario, podría encontrar uno, pero poco más.
El sector del periodismo no es que no escape de la crisis que sacude vorazmente a la sociedad española, sino que se encuentra metido directamente en sus fauces, a falta solo del último empujon para acabar completamente devorado en determinadas zonas. Guadalajara es una de ellas, donde desde 2009 ha habido un goteo constante de medios que echan el cierre, algunos después de llevar años convulsando. La explicación, en muchos casos, es sencilla.
En los últimos dos años más de 120 informadores han sido despedidos de sus puestos
Muchos de los medios de comunicación, principalmente en papel que han desaparecido o están en ciernes, pasaron de tener su propietarios en origen a ser adquisiciones de constructoras, fruto de la burbuja inmobiliaria que tanto ha sonado como explicación de la recesión. Cuando hay dinero, se compran periódicos como empresas, y cuando el sector de la construcción comienza su declive, las constructoras o inmobiliarias dejan de poner fondos y el medio se resiente. Así ha ocurrido con algunas de las principales cabeceras tradicionales alcarreñas, como Nueva Alcarria (Rayet), Noticias Guadalajara (Reálitas), Guadalajara DosMil (Gran Europa) o El Decano (Urbas Guadahermosa).
Pero no solo las constructoras aparecen como responsables de la precaria situación, ya que además, muchos medios se hicieron en cierto modo 'dependientes' de las inyecciones de dinero que recibían de la Junta de Comunidades. A ésta le venía bien porque encontraba repercusión de cada acto que llevaba a cabo en su región, y al periódico también, por los ingresos y por la publicidad.
Casi el 50% está desempleado
La situación se ha vuelto crítica en apenas tres años. Ya en 2009 cerraba La Tribuna (del grupo Promecal) tras diez años de trabajo. Meses después (Marzo de 2011), hace ahora un año, los alcarreños dejarían de encontrar en sus buzones el semanario gratuito Noticias de Guadalajara, después de quince años y con nóminas aún pendientes). También en marzo echaba el cierre la revista El Decano, manteniendo la edición digital, igualmente con problemas. La Crónica, la delegación que tenía la televisión CRN, Canal 19 que, al menos, ha encontrado una fórmula de cooperativa de bienes y seguirá funcionando con cuatro personas... La lista es lo suficientemente larga para quedarse sin aire si se intenta leer del tirón.
Tres de los periódicos más representativos de la zona también pasan por su peor momento. En los medios impresos parece que cuando las cosas se complican, la primera salida es renunciar al papel para centrarse en la edición digital. Así le ocurrió al Guadalajara DosMil, que en octubre dejó su plantilla en 5 trabajadores, y que ahora también anuncia su cierre. Y similar también a Nueva Alcarria, que después de pasar de diario a bisemanal y acumular meses de desbaratadas fórmulas de trabajo (alternando un mes en activo y otro en el paro) ha dejado a siete periodistas en redacción, quedando fuera otros 18. Además en este caso, tienen la misma incertidumbre los que marchan como los que quedan, ya que aquellos que aún golpean sus teclas ni siquiera saben si cobrarán o qué pasará con el medio. Y más aún, sus condiciones laborales empeoran puesto que acumulan su trabajo y el de los que se fueron.
La Asociación de la Prensa aconseja que aprovechen para reciclarse y ofrece cursos y becas formativos
Peor si cabe están los trabajadores de El Día de Guadalajara, a quienes aún se les deben cinco nóminas y que acumulan nueve jornadas de huelga por ello. Todavía no saben si la empresa podrá darles el despido a partir del próximo día dos y suman 15 nuevos desempleados más. En total, y según datos de la Asociación de la Prensa de Guadalajara, de 155 socios que tienen, cerca de 70 han perdido su trabajo los últimos meses entre los 48 que tienen el paro justificado y aquellos que aún están con un ERE abierto o con su situación por aclarar. En los últimos dos años y medio, más de 120 profesionales de la información han dejado de ejercer su labor, y muchos han tenido que recurrir al Fogasa para lograr quedarse al día de retribuciones.
Mantenerse ocupado
Dado que las circunstancias son las que son y no parece haber mucho cambio a medio plazo, desde la Asociación de la Prensa se aconseja utilizar el momento de desempleo para reciclarse. Ellos mismos ofrecen a los socios una formación complementaria con cursos sobre redes sociales, programas informáticos, y todo lo que pueda ayudar a que la situación mejore para los informadores. A través de cursos propios, de becas o de convenios con entidades bancarias intentan ofrecer una alternativa a los complicados días en que el horizonte se adivina oscuro.
Mientras se resuelve la situación de los muchos que aún están 'en el limbo', los actos y reivindicaciones no han parado. El pasado 23 de abril cerca de 200 profesionales de la información se concentraban bajo el lema "Sin libertad no hay información", y el próximo día 3 (19.00 horas, plaza de Santo Domingo) volverán a salir a la calle en defensa del que es su trabajo, respaldados desde el principio por su Asociación de la Prensa. Además, han creado su foro en las redes y promueven iniciativas como la mesa redonda del próximo 5 de mayo en La Biblioteca donde analizarán la problemática que atraviesan los medios de comunicación alcarreños. Unos medios que, de no cambiar la línea general, serán parte de la historia.