Pocas horas después de que la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) difundiera el comunicado en el que denunciaba las presiones que los miembros de la cúpula de Podemos ejercen sobre varios de los periodistas que cubren la actualidad del partido, Victoria Prego propuso a Pablo Iglesias y a su equipo mantener una reunión –el viernes 10 de marzo- para transmitirles su malestar y escuchar sus argumentos al respecto. Los representantes de la formación morada alegaron “motivos de agenda” para rechazar la invitación y aseguraron que, cuando fuera posible, se pondrían en contacto con esta organización de periodistas para celebrar el encuentro. La comunicación entre las partes se rompió en ese momento y personas próximas a Prego no esperan que se retome, a tenor de las declaraciones que han efectuado durante los últimos días los portavoces del partido, en las que han emplazado a los afectados a denunciar este tipo de acciones ante los tribunales, pero no se han mostrado dispuestos a tender ningún puente.
En esta línea se expresó Pablo Iglesias poco después de que trascendiera el polémico comunicado, y en este sentido se pronunció Irene Montero recientemente en La Sexta, donde dejó claro que las amenazas y las coacciones están tipificadas en el Código Penal y que, por tanto, estas acusaciones las tendría que resolver un juez.
Poco después, Pablo Echenique se refería en Radio Nacional de España a esta denuncia como “muy seria” y criticaba el modus operandi seguido por la APM en este asunto: “Yo no sé quién me acusa, es una situación muy curiosa. Ya lo decía (Miguel) Gila: 'alguien ha hecho algo a alguien'. Pero eso es todo lo que sabemos. Yo sé lo que hago a lo largo del día y cómo interacciono con los periodistas. Lo que haya sobre mí como mucho será un tuit que a alguien no le haya gustado demasiado”.
Fuentes de la Comisión Ejecutiva de la APM reconocen que la Asociación no ha vuelto a recibir ninguna comunicación por parte de Podemos, ni se espera que se produzca, dada la actitud que han demostrado sus portavoces en los últimos días.
Otros informantes de esta organización de periodistas recuerdan que Podemos mantuvo esta posición hace algo más de dos meses, cuando la Asociación de Periodistas Parlamentarios solicitó una reunión con los responsables del partido ante la beligerancia con la que se habían empleado contra dos reporteras. El encuentro no se celebró, puesto que la formación morada no respondió a la petición.
Tampoco contactó con la APM el pasado abril, cuando emitió un comunicado en el que condenaba “rotundamente” el trato dispensado por Pablo Iglesias a un periodista de El Mundo del que se había mofado en un acto público.
Diez bajas en la APM
Desde la APM reconocen que este asunto ha ocasionado malestar entre algunos de sus socios. De hecho, aproximadamente una decena de sus afiliados solicitó la baja después de que se difundiera la nota de prensa -según adelantó Dircomfidencial- y algunos de sus vocales manifestaron su disgusto por la forma en la que se tramitó. Estos últimos, lamentaron que el equipo de Prego remitiera el documento a los miembros de la Junta Directiva pocas horas antes de su difusión, y sin convocar una reunión para debatir el asunto.
No obstante, estas fuentes precisan que la mayoría de los socios apoyó la defensa que realizó la organización a los periodistas afectados, tanto en el fondo, como en la forma. Así se demostró en la Asamblea General que celebró la APM el miércoles, en la que los asistentes respaldaron la actuación de Prego en este sentido.
De hecho, durante el encuentro, solo hubo dos intervenciones críticas: en una, se pidió la dimisión de Victoria Prego y su equipo; y, en la otra, se cuestionó el hecho de que no se identificara a los reporteros que habían pedido el amparo. Y en el entorno de la presidenta de la asociación aseguran que, formalmente, no han recibido más quejas desde el pasado 6 de febrero.
No han sido pocas las voces que han criticado durante las últimas semanas el que la APM no hiciera públicos los nombres de los denunciantes y las pruebas que acreditaban las supuestas amenazas de Podemos. A este respecto, fuentes presentes en la reunión que mantuvieron ambas partes aclaran que los periodistas pidieron que no se revelara su identidad ante el temor de que Podemos y su entorno tomaran represalias contra ellos y de que los responsables de sus medios de comunicación les prohibieran cubrir los actos de la formación morada.