La tensión que se vive en España como consecuencia del conflicto catalán se ha visto reflejada en la sesión de este jueves de la Comisión Mixta de Control de RTVE. La polémica se ha iniciado cuando el diputado de ERC Joan Capdevila ha acusado a la televisión pública de “depurar” e “invisibilizar” el independentismo, así como de “renunciar a la información y a la narración de los hechos -que ocurren en esta comunidad autónoma- para primar la opinión y el debate ideológico”. A la vista de estas acusaciones, el presidente de la corporación, José Antonio Sánchez, la ha emprendido contra TV3 y ha lamentado su claro alineamiento con la Generalitat.
Sánchez ha recordado al diputado catalanista que el Parlament reprobó el pasado abril al director de TV3, Vicent Sanchís, por su cercanía con Junts pel Sí -fue el biógrafo de Lluis Prenafeta, mano derecha de Jordi Pujol-. También ha citado un comunicado del Colegio de Periodistas de Cataluña en el que la organización lamentaba el “mercadeo que se está produciendo en el reparto de cargos en los medios públicos” autonómicos.
El presidente de RTVE también ha hecho referencia al artículo publicado en el diario El País el pasado 10 de octubre, titulado 'Adiós al circo del odio', en el que Ignacio Martín Blanco y Joan López Alegre anunciaron su intención de dejar de opinar en las mesas de tertulia de TV3 ante su descontento con su línea editorial. “Hemos llegado a la conclusión de que nuestra presencia en las tertulias de TV3 y Catalunya Ràdio es contraproducente, pues solo sirve como coartada para demostrar su supuesta pluralidad y apuntalar la tesis dominante”, relataban.
A este respecto, Sánchez ha afirmado lo siguiente: “La diferencia entre TV3 y TVE es que allí se están yendo los tertulianos por su línea editorial, mientras que yo tengo a 20 profesionales en lista de espera para poder opinar en nuestros programas. Es la diferencia entre su televisión y la mía”.
Puertas cerradas
El portavoz del Partido Popular, Ramón Moreno Bustos, ha rechazado las críticas del Consejo de Informativos de TVE -que denunciaban la parcialidad de la televisión pública en la jornada del 1-O- y ha respaldado que “las puertas de RTVE” sigan siendo “infranqueables para delincuentes, incumplidores de leyes” y “totalitarios”. A este respecto, Sánchez ha citado un párrafo del Mandato Marco de la televisión pública que incide en que “la corporación RTVE mantendrá una posición activa en la defensa y difusión de los valores constitucionales”.
El diputado del PSOE, José Zaragoza (PSC), ha expresado su rechazo a la decisión del Ejecutivo de aplicar el artículo 155 en TV3 y ha recordado que su partido presentará una enmienda en el Senado para que esta medida no se ejecute. Máxime si se tiene en cuenta que TVE se encuentra -a su juicio- intervenida por Moncloa, como demuestra su línea editorial.
Sobre la cobertura del referéndum ilegal realizada por RTVE, el diputado de Ciudadanos, Guillermo Díaz, ha criticado que “la poca presencia de TVE convirtiera a TV3, el brazo político del procès, en la protagonista de la jornada”.
“TVE debería haber estado más” para plantar cara a la autonómica catalana, “esa versión provinciana del soma”, la droga que tomaban los protagonistas de Un Mundo Feliz, que edulcoraba la realidad, ha precisado.
La portavoz de Podemos, Noelia Vera, ha puesto el foco sobre la censura a la que sometió la televisión pública a los ciudadanos que fueron a votar el 1-O. También ha lamentado la emisión de imágenes “manipuladas” y “grabadas con su teléfono móvil por un miembro de Nuevas Generaciones (PP)” y la falta de referencia en La 1 a los 800 heridos que deparó la actuación de las Fuezas de Seguridad del Estado, según la Generalitat.
A este respecto, Sánchez ha respondido tajante: “lo que usted dice no se corresponde a la realidad. Todo eso se dio”.