Dentro del Grupo Prisa se mira estos días hacia Portugal, donde la Autoridade da Concorrência podría tomar en los próximos días la decisión definitiva sobre la operación de venta de Media Capital –filial de Prisa- a la compañía francesa Altice. El veredicto del regulador de la competencia portugués determinará el futuro a corto y medio plazo de empresa española, dado que un eventual rechazo obligaría a activar el plan B, dentro del proceso de refinanciación de su deuda financiera, que todavía no se ha cerrado definitivamente. En principio, se espera que el organismo se pronuncie el día 13 de abril, aunque nadie descarta que el plazo se pronuncie hasta junio.
Según informó Prisa hace unas semanas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la consumación de la venta de Media Capital le reportaría unos ingresos de 321 millones de euros y situaría su deuda financiera en 661,2 millones. En ese caso, está previsto que Santillana asuma la totalidad del pago de la deuda del grupo (la sociedad Holdco), lo que liberaría de esa presión al negocio de medios de comunicación.
En caso de que el regulador portugués vete esta transacción, la deuda de Prisa quedaría fijada en 1.087 millones de euros y el cumplimiento de los compromisos financieros se complicaría. En este escenario, todo el grupo tendría que seguir haciendo frente a las obligaciones con los bancos.
Sea como fuere, los contratos de refinanciación pactados entre Prisa y los acreedores entrarán en vigor el próximo 30 de junio. Para entonces, dentro del grupo esperan que se haya aclarado el futuro de Media Capital.
En Portugal, la operación de Media Capital ha hecho correr ríos de tinta, tanto por sus implicaciones políticas como por las empresariales. Desde el pasado verano, han sido muchas las voces que han advertido de los riesgos para el pluralismo y para la competencia que conllevaría su aprobación. Uno de los últimos en pronunciarse al respecto ha sido el director ejecutivo de la operadora NOS Comunicaciones, Miguel Almeida, que hace unos días pidió expresamente al regulador que prohibiera esta operación.
Una jugosa recompensa
Entre quienes viven pendientes del éxito o el fracaso de esta operación se encuentra Juan Luis Cebrián, expresidente ejecutivo del grupo, quien percibirá una recompensa de 1,6 millones de acciones (a 1,2 euros la unidad) en caso de que Altice se haga con Media Capital.
El Consejo de Administración de Prisa aprobó el pasado octubre un plan de incentivos extraordinario para Cebrián para “incentivar y premiar el desempeño del partícipe en la configuración, preparación, negociación y ejecución del plan de recapitalización de la sociedad”. El periodista y académico percibirá estas acciones –valoradas en 1,92 millones de euros- si la venta de Media Capital llega a buen puerto.
No hay que olvidar que Prisa le ha abonado recientemente un complemento de jubilación de 6 millones de euros –devengado entre 2014 y 2018- por su desempeño durante cuatro décadas dentro de la compañía. En los últimos años, pese a las dificultades económicas que ha afrontado este grupo, Cebrián ha cobrado cantidades millonarias que en 2011 alcanzaron las siete cifras, según detalló este periódico.