Dirigir Radiotelevisión Española no es una tarea fácil en los tiempos que corren. Elena Sánchez ejerce de presidenta provisional desde el otoño de 2022, cuando dimitió José Manuel Pérez Tornero y Moncloa le concedió el poder ejecutivo -que no le correspondía- en una polémica decisión del Consejo de Ministros. La 'lideresa' tiene que enfrentarse frecuentemente a reuniones en las que cuenta con varios críticos. Las más conocidas son las del Consejo de Administración, donde tiene más voces discrepantes que favorables; pero esta situación también se reproduce en su Comité de Dirección, donde se han llegado a escuchar gritos e insultos durante el último año.
Pese a todo, hay quien dentro de la corporación considera que 2023 ha sido un buen ejercicio. Lo hace al observar que la audiencia de La 1 ha mejorado en seis décimas con respecto al año anterior. Todo, dentro de un contexto en el que Antena 3 -líder- ha perdido 0,6 y Telecinco, 1,9.
Este resultado es fruto de una gestión que ha impulsado la audiencia, pero sobre la que no se han dado excesivas explicaciones. Entre otras cosas, porque la disolución de las Cámaras de diputados y senadores con motivo de las elecciones generales ha hecho que no se produzcan comparecencias de Elena Sánchez durante varios meses. Ahora bien, la gran pregunta es: ¿cómo se las han ingeniado los directivos de RTVE para destinar tanto dinero a la parrilla de programación? ¿De dónde han sacado los recursos?
Los datos sobre la mesa
Vozpópuli preguntó hace unos meses a Transparencia sobre el coste de la parrilla de La 1. Pues bien, entre septiembre de 2022 y junio de 2023 fue de 370,38 millones de euros. El de la totalidad de los canales de la corporación ascendió a 500 millones.
Este dato no se puede comparar con los de los ejercicios anteriores, dado que la corporación decidió responder a la pregunta de este medio de una forma un tanto singular. ¿Por qué? Porque mientras en lo que respecta a la presente temporada tomó como referencia el período comprendido entre septiembre y junio -la pregunta la contestó a últimos de julio-, en el caso de las anteriores temporadas incluyó en la estadística julio y agosto.
Esto permite deducir que el gasto de esta campaña ha sido el mayor de los últimos años. En la 2017-2018 invirtió 304,1 millones en La 1; en la 2018-2019, un total de 335,6; en la 2019-2020, 308 millones; en la 2021-2022, más de 366 millones; y en la 2021-2022, 388,46.
Cabe reiterar que en el dato de la 2022-2023 (370 millones) no se incluyen los meses de verano, donde La 1 estrenó apuestas tan costosas -y exitosas- como Grand Prix, con un coste de 542.800 euros por cada uno de sus episodios.
¿Habrá déficit en RTVE?
Se puede volver a plantear la misma pregunta: ¿cómo se ha pagado todo esto? Algunas fuentes internas de RTVE inciden en que 2023 terminará con un déficit aproximado de 30 millones de euros. Oficialmente, Elena Sánchez no ha trasladado esa previsión a la Comisión Mixta Interparlamentaria de Control de la corporación.
Sea como sea, hay que subrayar que el presupuesto de RTVE ha sido en 2023 el mayor de su historia reciente, dado que ha ascendido a casi 1.200 millones de euros (1.193 millones oficialmente). Alrededor de 450 millones del total se emplean para pagar las nóminas y cargas sociales de sus empleados y, a partir de ahí, el gasto más importante es el relativo a la explotación de sus canales: La 1, La 2, 24Horas, Teledeporte, Clan y RTVE Play en televisión, principalmente; además de las cadenas de radio.
Sus responsables de programación -con José Pablo López a la cabeza- han acertado en diferentes apuestas, desde Grand Prix, hasta La Promesa. Ahora bien, en otros casos se ha apreciado cierto desgaste, como en las diferentes ediciones de MasterChef, que siguen ocupando una buena parte de su prime time. En otros, como el de El Conquistador, los resultados han sido malos.
En el global, su audiencia ha mejorado en seis décimas y eso hace que 2023 haya sido un año mucho más halagüeño que los anteriores. Eso sí, todo se ha hecho con más dinero y en un contexto en el que las televisiones privadas han ajustado sus gastos ante la caída de la publicidad y la emigración de espectadores ante otras plataformas.
Yomismo
¿Pero hay todavía gente que ve TV?
PijoListo
Los antepasados decían: yo no quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor.