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Un tratado internacional contra la ciberguerra: la idea para mantener internet en paz

El exministro y exsecretario general de la OTAN, Javier Solana, ha sugerido la posibilidad de que las naciones negocien un pacto en este campo, al igual que hicieron para la no proliferación de las armas nucleares. España es el tercer país del mundo que más ‘ciberataques’ recibe, por detrás de Estados Unidos y Reino Unido.

Dentro de un mundo en el que la máxima expresión de la rivalidad entre naciones se ha registrado durante siglos en el campo de batalla, desde hace unos años se libra un conflicto bélico que puede generar efectos igualmente perjudiciales para las economías domésticas. Es la ciberguerra, que afecta a las principales naciones y que ha obligado a los Estados a invertir ingentes recursos para proteger a sus infraestructuras críticas, sus empresas y sus Administraciones. En esta situación, y ante el riesgo existente de ‘militarizar’ internet, el exministro de Asuntos Exteriores y exsecretario general de la OTAN, Javier Solana, ha sugerido la idea de que los países trabajen en un tratado internacional que evite este tipo de hostilidades en la Red.

Quien fuera Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad ha incidido en que uno de los caminos que se podrían recorrer en este sentido es el que se marcó a partir del 1 de julio de 1968, cuando se firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear, que evidentemente no contempló el desarme de los países, pero que, de momento, ha evitado que unos utilicen esta tecnología contra otros, como se demuestra en que desde Hiroshima y Nagasaki no se ha vuelto a producir un ataque con bombas de este tipo.

Según los datos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), España recibió en 2016 un total de 115.000 ataques informáticos –un 130% más que el año anterior-, lo que le convirtió en el tercer país del mundo que registró más incidencias de este tipo, por detrás de Estados Unidos y Reino Unido. Los expertos de este organismo estiman que tres de cada cuatro acciones subversivas de esta naturaleza están amparadas por terceros países, con Rusia y China como los principales señalados.

Para Solana, internet debe estar libre de todo lo que “sea militar o recuerde a la guerra”, pues considera que la Red es patrimonio “civil” y debe servir para facilitar el desarrollo y hacer un mundo mejor. De ahí que haya emplazado a las naciones a que alcancen un acuerdo para mantener este “quinto espacio” al margen de los “generales de cuatro estrellas” y de toda estrategia castrense.

Hay que tener en cuenta que estas maniobras subrepticias se dirigen tanto a las infraestructuras críticas y las Administraciones públicas como a las principales compañías de cada país, lo que da una idea del daño que pueden generar en su economía. En este sentido, el excongresista de Estados Unidos Mike Rogers, durante un acto organizado este lunes por Telefónica y la Fundación Esys, ha puesto como ejemplo el ataque que sufrió su país en 2015, que provocó la caída durante dos horas de Facebook, una red social que pertenece a una de las cinco empresas más grandes del mundo.

Un problema de seguridad nacional

Durante los últimos años, los Estados se han visto obligados a hacer frente a un enorme torrente de amenazas que hace no mucho no existían, que se registran a diario y que pueden poner en riesgo la seguridad nacional.

Para ejemplificar la magnitud del problema al que se enfrentan las autoridades españolas -desde los jueces hasta los fiscales o los agentes de la autoridades- el secretario de Estado del ramo, José Antonio Nieto, ha precisado que en este país se detectaron el año pasado un total de 66.586 delitos en internet, principalmente fraudes, estafas, amenazas y coacciones. Esto supone casi un 40% más que hace un lustro, según ha matizado Nieto, que ha advertido que el 25% de los ciudadanos españoles vieron vulnerada la seguridad de sus dispositivos digitales en 2015.

En España se detectaron el año pasado 66.586 delitos en internet, es decir, un 40% más que en 2012.

La mayoría de los expertos que han participado este lunes en la jornada de debate ha coincidido en que Europa está varios pasos por detrás que Estados Unidos en todo lo que tiene que ver con la regulación del nuevo entorno tecnológico, desde en lo relativo a la ciberguerra, hasta en materia de protección e intercambio de datos; o en la lucha contra el ciberterrorismo y el crimen organizado online.

En este sentido, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha advertido de la necesidad de desarrollar un nuevo marco de valores para minimizar los riesgos inherentes de la gran transformación tecnológica que se espera para los próximos años, que conllevará la conexión a internet de decenas de millones de nuevos equipos. Esto implicará desde la modificación del código civil y el código de circulación para regular los automóviles autónomos, hasta el desarrollo de las leyes de la robótica para evitar efectos negativos que hasta ahora formaban parte de la ciencia ficción.

Un proceso imparable

Lo que les espera a los ciudadanos lo ha resumido en una frase Félix Pérez, director de la Escuela Tecnológica Superior de Ingenieros de Telecomunicación: "El avance tecnológico va a ir más lejos incluso de lo que podemos pensar". Eso hará, entre otras cosas, que los países dispongan de muchos y más sofisticados recursos para librar la 'ciberguerra'.

El experto en estrategias de seguridad, Ramsés Gallego, ha puesto como ejemplo de estas tecnologías el "ordenador cuántico", que será capaz de descifrar cualquier información cifrada que se encuentre en el entorno digital. 

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