Sería erróneo atribuir a Rosa María Mateo la crisis de audiencia y de modelo de negocio de Radiotelevisión Española, pues los problemas vienen de más atrás. Sin embargo, lo cierto es que en el último año la situación de la corporación ha empeorado ostensiblemente, como se demuestra, entre otras cosas, en que el pasado junio La 1 registró el peor dato de audiencia de su historia (8,7%). TVE tuvo el monopolio de la televisión en este país hasta que se pusieron en marcha los canales autonómicos y se repartieron las primeras licencias de la televisión privada. Desde entonces, ha perdido una gran parte de su audiencia y de su influencia hasta llegar a la situación actual, que las fuentes internas consultadas por Vozpópuli para realizar este artículo coinciden en que será difícil de superar.
Para ilustrar sobre la dimensión de esta crisis, basta con observar los datos de Kantar Media, que reflejan que el pasado mes de junio Telecinco registró el 15,5% cuota de pantalla. Su audiencia fue superior a la suma de todos los canales de RTVE (La 1, La 2, Teledeporte, Canal 24 Horas y Clan), que lograron el 14,7%.
Informativos
El caso de sus informativos también resulta significativo. El mes pasado, su audiencia fue de 1,4 millones de espectadores (11,3%), frente a los 1,82 millones de Telecinco (15,1%) y los 1,79 de Antena 3 (15%). En el último año, los telediarios de La 1 han perdido 250.000 seguidores y el 0,6% de la cuota de pantalla, de media.
La edición del mediodía de lunes a viernes es vista a diario por 325.000 personas menos que en junio de 2018 (-1,6%), mientras que la de las 21.00 horas, por 220.000 menos (-0,3%). Los fines de semana, la caída ha sido de 188.000 en la sobremesa (-0,3%) y de 221.000 por la noche (-0,1%).
Hace un año, los noticiarios de la televisión pública se encontraban a 39.000 espectadores del liderato, mientras que actualmente está a 421.000. En cuota de pantalla, está más cerca de La Sexta, que ocupa la cuarta posición (1,1 puntos), que de Telecinco, que ostenta la primera (3,8).
Con la llegada de Rosa María Mateo a RTVE y de Begoña Alegría a la Dirección de los Servicios Informativos, se produjo una caída de audiencia que se asoció en el sector al giro editorial. Sin embargo, los datos no han mejorado desde entonces, sino al contrario. En septiembre, el primer mes de la temporada televisiva, lograron un share de 12,4 puntos y 1.579.000 espectadores, frente al 11,3% los 1,4 millones de junio, el último mes de la actual campaña.
Peor todos los meses
Los 8,7 puntos de audiencia que consiguió La 1 el mes pasado son inferiores a los 8,9 que registró en julio de 2014, con Mediaset con los derechos de la Copa del Mundo de fútbol y Leopoldo González-Echenique al frente de la corporación, pocos meses antes de dimitir por asuntos presupuestarios.
Desde que el actual equipo directivo tomó el mando de RTVE, los datos de audiencia han sido inferiores, mes a mes, a los del año anterior. En agosto, fue del -0,2%, en septiembre, del -0,6%, en octubre, del -0,4%, en noviembre, del -0,7%, en diciembre, del 1%, en enero, del 1,7%, en febrero, del 1,5%, en marzo, del 1,3%, en abril, del 0,8%, en mayo, del 1,3%, y en junio, del 1,2%.
La situación en Radio Nacional de España no es mejor. En el último año, ha perdido 203.000 oyentes y actualmente cuenta con 1.188.000, su dato más bajo de los últimos años. Su programa matinal es escuchado por 920.000 seguidores, frente a los 948.000 del año anterior. En la última oleada del EGM (que mide un período de 3 meses), ha perdido 152.000 fieles.
Cuadrar las cuentas
A los problemas de pérdida de audiencia y de influencia hay que sumar los presupuestarios, que derivan de la necesidad de prorrogar para 2019 el límite de gasto establecido en las cuentas de 2018, es decir, las que están vigentes en el país.
Esto ha provocado dificultades para cuadrar el balance en RTVE, donde el gasto en personal se ha incrementado ostensiblemente en este ejercicio como consecuencia del crecimiento vegetativo de la plantilla.
Actualmente, al corporación destina más de 400 millones de euros a abonar los sueldos y las cargas sociales de sus aproximadamente 6.500 efectivos. Eso prácticamente impide competir de igual a igual con las televisiones privadas, dado que limita la posibilidad de gastar en la parrilla de programación.
Tarde o temprano, los diputados deberán abordar la renovación del Mandato Marco, es decir, la norma que determina los objetivos que debe perseguir RTVE y los recursos que deben tener asignados, que está caducada desde el 31 de diciembre de 2017. Habrá que ver si, una vez se apruebe, se opta por reducir el tamaño de la plantilla con un plan de bajas o un nuevo ERE; o si se mantiene el número de trabajadores, que es aproximadamente dos veces mayor a la suma de Atresmedia y Mediaset.