Imagina que tu hijo es autista, que toda tu vida está entregada a cuidar y hacer de él una persona feliz. Imagina que tu hijo lleva bebiendo de la misma taza desde que era casi un bebé. Que es uno de sus objetos favoritos. Que su mente y su cuerpo encuentran en ese objeto un grado de paz y tranquilidad imposible de igualar con otro.
Imagina ahora que cuando tu hijo pierde o no tiene su taza a mano deja de beber y acaba ingresado por deshidratación en un hospital. Imagina después que la empresa que comercializa su maravillosa taza azul ha dejado de fabricar ese modelo hace ya unos años… y solo te queda una en casa.
Ahora piensa el grado de desesperación que te entraría si perdieras ese último modelo de taza azul. Ese pequeño objeto que a tu hijo le da la paz suficiente para beber con normalidad diariamente.
No hay que imaginar más. Tal cual ha sido la historia de Marc Carter, de 42 años, el padre de Ben.
Utilizando su cuenta de Twitter personal (hoy convertida en proyecto solidario) Marc lanzó una llamada desesperada:
¡Recompenso por un vaso como este! Mi hijo tiene autismo severo y se deshidratará con CUALQUIER otro vaso de distinta forma y color…. Por FAVOR COMPARTIR
Reward for cup like this! Son has severe #autism & would rather go to A&E dehydrated than use ANY other cup - colour shape etc PLEASE SHARE pic.twitter.com/iglWs9IKA9
— ????????? (@OrigGrumpyDad) November 14, 2016
El mensaje se hizo viral rápidamente llegando pronto a los 20.000 retweets. El hashTag #CupForBen corrió como la pólvora. Madres y padres de niños autistas ofreciendo su ayuda, entendiendo y explicando a los incrédulos lo importante que es un objeto en la conducta de un niño autista.
Pero muchas de las ayudas no eran suficientes. No valía cualquier vaso parecido del mismo color. Tenía que ser exactamente el mismo modelo. El niño tiene 14 años y sabe identificar sus formas perfectamente.
I have a yellow one if that's any use. My eldest son is also autistic so I know how it feels when they latch onto something pic.twitter.com/u2A3M7Q4uj
— Nicola Stewart (@Nicstew) November 14, 2016
Fue entonces cuando Tommee Tippee, la empresa fabricante, se unió a la búsqueda. La compañía informó que habían dejado de fabricar el modelo hacía unas temporadas pero puso en sus redes la información exacta para intentar localizar alguno de segunda mano.
https://twitter.com/tommeetippee_UK/status/799577346734981121
Cuando el padre —desesperado— estaba pensando ya en fabricar por sus propios medios un modelo 3D como mejor alternativa, llegó la buena noticia. Un portavoz de la compañía informó que habían logrado encontrar en una de sus fábricas los moldes originales de la taza y estaban dispuestos a fabricar 500 nuevas unidades para dar a Ben un suministro de por vida.
"Yo no estaría más feliz si me tocara la lotería. Nos hemos movido hacia el abismo y no necesitamos mucho. La taza nos dará paz suficiente...”, dijo el padre de Ben al conocer la noticia.
También aparecieron unidades de segunda mano desde varios rincones del mundo. Australia, EEUU,...
is this the cup? #CupForBen pic.twitter.com/4pvC6WN4JP
— Saskia Gordon (@GSaskia) November 19, 2016
https://twitter.com/tommeetippee_UK/status/800052579162058752
El fabricante se encargó de costear los gastos para recopilar todas las unidades posibles:
This weekend I sent a #CupForBen @PMPProject @GrumpyCarer pic.twitter.com/2vVlChFqCq
— Dr Tim - also say hello on Blue Sky & Mastodon (@timsenior) November 21, 2016
La alegría no solo llegó a casa de Marc y Ben, (han abierto un Crowdfunding para financiar un documental de la historia) todos aquellos que habían participado de la búsqueda se contagiaron. La empresa encontró una promoción estupenda para su marca, los padres de niños autistas un espejo donde mirarse, y miles de tuiteros sintieron que, por una vez, su mensajes habían valido para algo.
Ben enjoying his milkybar buttons from the lovely @tommeetippee_UK and - of course - juice! #CupForBen pic.twitter.com/djPniBbUWv
— ????????? (@OrigGrumpyDad) November 19, 2016
A veces twitter es maravilloso