Mémesis

Epitafios. El Twitter de los muertos

 

  • Recopilamos los epitafios (reales) más cómicos y singulares que circulan por la web
  • El epitafio es un arte milenario, tan antiguo como la muerte, tan moderno como Twitter
  • Todavía hoy pueden encontrarse verdaderas obras de arte paseando por cementerios españoles

  • Cementerio de Badajoz

Mucho antes de que pudieras hacerte un selfie y subirlo a instagram o Twitter alguién pensó en hacer lo mismo para decorar su el mármol de su tumba. Mucho antes de que alguien te robara ese tweet, esa cita maravillosa o aforismo hortera que te copian en redes sociales alguien hacía lo mismo con la lápida del vecino, robándole el epitafio al poeta del pueblo o al autor de moda para hacerlo suyo. Mucho antes de quedar en ridículo con ese tweet mal escrito alguien atentaba al lenguaje para la eternidad en la lápida del panteón familiar con letras doradas sobre mármol.

La última nota del músico que odiaba a Montoro

El epitafio es un arte milenario, tan antiguo como la muerte, tan moderno como Twitter. Una suerte literaria entre el morbo y la poesía, el aforismo y la cita. El último tweet de tu vida ha dejado obras de arte, jeroglíficos incomprensibles, chistes morbosos, venganzas en prosa y verso o mensajes subliminales para los que se quedan a llorar tu muerte.

Cementerio de la Almudena de Madrid. Fuente  Nieves Concostrina 

 

Internet está lleno de epitafios chuscos y colecciones de fotos, recuerdos de lápidas o anécdotas de viajeros. Incluso hay webs o aplicaciones para realizar montajes con tus mejores frases sobre mármol fúnebre para convertirlo en un juego. Es difícil discernir entre realidad y ficción, montaje o fotografía. Pero el arte existe… solo hay que buscar bien.

La fabulosa periodista Nieves Concostrina lleva 7 años recopilando sus famosos 'pepitafios' en su Web, pidiendo a sus lectores la colaboración para que compartan aquel epitafio famoso en el camposanto del pueblo, la frase del abuelo guasón o la anécdota del cementerio de su ciudad.

 

 Fuente Nieves Concostrina 

 

Durante casi 10 años ha dirigido y presentado en Radio Nacional el espacio “Polvo Eres” donde la muerte y sus ritos han inspirado toda suerte de anécdotas. Es autora también del libro “…Y en polvo te convertirás”, una selección de imágenes de los mejores y más sorprendentes epitafios que pueblan los cementerios españoles. (La Esfera de los Libros, 2010).

El epitafio es un ejercicio que recuerda a Twitter por la necesidad de concreción, por el deber de comprimir un pensamiento, una idea, una denuncia, una vida... en un espacio imposible y para siempre.

 

Fuente Nieves Concostrina 

 El epitafio, como el tweet, está pensado y redactado para seducir, para destacar entre millones de lápidas (o tweets muertos) del cementerio y para ganar adeptos. No pidas una copla al rockero, un poema al obrero o un chiste verde al cura…(bueno, esto no sé)

 

 

Detrás de un epitafio gracioso también hay una historia que contar. Esta maestra mexicana de Álamos, Sonora, nunca quiso desvelar su edad. Cuando en vida le preguntaban siempre respondía lo mismo “¡Coman Churros!”. Su última voluntad fue llevarse el secreto a la tumba… el mensaje sería el mismo.

 

 

O este críptico mensaje en una lápida en el cementerio de Washington, Nueva York. Sin comentarios.

 

Como en Twitter, el arte de la leyenda mortuoria tiene a sus puristas, aquellos que cumplen a rajatabla el protocolo y construyen sus pensamientos con las reglas clásicas de la literatura o poesía. Muchos de forma impecable.

Pero también están los que retuerce las normas, los convencionalismos para construir mensajes más modernos, utilizando todo tipo de recursos (apropiados o no) para resumirnos lo que ha sido su (intensa) vida. Son los transgresores y suelen destacar más por el ruido que por la calidad de sus mensajes. ¿Os suena esto ? Los segundos son unos horteras para los primeros. Los primeros son unos rancios para los otros. Como en Twitter y en la vida misma.

https://twitter.com/escolteume/status/554364299121274881

 

Algunas veces el mal gusto es tal que obliga a tomar medidas…

 

Pero lo más normal es encontrarse una historia de amor como despedida. Aunque a veces la última leyenda pueda ser desgarradora. Así reza el epitafio del sargento Leonard Matlovich, un veterano de la guerra del Vietnam expulsado del ejército por ser Gay.

“Cuando estaba en el ejército ellos me dieron una medalla por matar a dos hombres…y me expulsaron por amar a uno.” Sargento Leonard Matlovich”

...pero todos sabemos que es con el humor como el mensaje trasciende mejor. Tanto en Twitter como en el cementerio.

Fuente. Nieves Concostrina

https://twitter.com/NConcostrina/status/174498258335449088

La tumba más famosa del cementerio de Ávila. "La Peineta"

 

https://twitter.com/NConcostrina/status/396350652898496512

 

 

https://twitter.com/isilvaplata/status/694002484231192577

"Échate para allá que me estás clavando el codo". Fuente. Nieves Concostrina

 

...la señalización también puede ayudar a quitar transcendencia a esto de la muerte.

Fuente. Nieves Concostrina

También el epitafio tiene un espacio para la venganza, los reproches o, directamente, los insultos.

Fuente. Nieves Concostrina

El epitafio del famoso tiene también las mismas ventajas que sus tweets. Todos conocemos su vida, sus hazañas o su obra y su último aforismo se suele aprovechar de ello para hacerse más viral. Y si no es así, siempre podremos inventarnos un bulo, como el de Groucho Marx.

 

 

https://twitter.com/anagorria/status/700262714208342016

 

 

Pero quizás, el epitafio más duro sea aquel del hombre que no existe... por olvidado y tiene poco que contar a los que solo con un número le enterraron.

https://twitter.com/Grimal2010/status/590611487183527938

 

     

 

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