No se siente “para nada” una mujer envidiada aunque, para muchas, sea un lujo ser la novia de Richard Gere. Quizá, Alejandra no se sienta así porque, sencillamente, aún sigue legalmente casada.
De hecho, la empresaria que, aunque afincada con su hijo Albert en Madrid, aún dirige el hotel de lujo Villa Tre Ville en Positano (Italia), nos ha revelado que “no puedo hablar de mi relación sentimental porque estoy en un momento delicado”.
No se refiere a otra cosa que al estado civil en el que aún se encuentra, y a la pelea por la custodia de su hijo, que para ella, “es lo más importante”.
Esto explicaría también su ausencia en la fiesta de Porcelanosa de Nueva York protagonizada por Isabel Preysler y Vargas Llosa, a la que Gere asistió solo –momento en el que saltaron los rumores de ruptura-. “No fui porque ese día empezaba mi hijo el colegio. Fue una lástima no poder ir, pero soy madre por encima de todo”.
También entenderíamos que ahora se centre más en su labor humanitaria desde España. “Todo el dinero que recaude con este tipo de eventos en los que me expongo a la prensa, será destinado a gente desfavorecida, sin techo y refugiados aquí en España”.
Ese, y el budismo, sería ahora mismo el punto de mayor unión en la pareja. “Desde aquí coordino la ONG Rais y Richard me apoya mucho, ahora mismo eso es lo que más nos une”, explica.
Precisamente, sobre el budismo, Alejandra cree que era algo que tenía en su interior “hace ya mucho tiempo” y que el actor le habría descubierto. “Me convertí al budismo hace unos dos años y he tenido la suerte de conocer al Dalai Lama”, reconoce.
No obstante, Silva recuerda que se casó “con un cura, en Mozambique”. Después se iría a vivir a Canadá con su marido, con quien posteriormente se mudaría a Madrid “para tener a nuestro hijo, que ahora tiene dos años y medio”.
Richard Gere también vive una situación complicada
Primero fue la modelo Cindy Crawford, que acaba de lanzar Becoming, un libro de memorias a sus 50 años en el que, sobre su matrimonio con Gere, relata unas palabras nada amables hacia el actor: “El final de mi primer matrimonio fue un hecho que me marcó. Yo había vivido todo como un cuento de hadas. Todos queremos saber que se siente tener un amor como el que se ve en las películas, pero no siempre es así. Mi divorcio (con Richard Gere) me destruyó y me llevó a aprender a ver todo de una forma más realista".
Ahora el actor continúa su proceso de divorcio con su segunda mujer, Carey Lowell, aunque no se lo está poniendo nada fácil al pedirle una gran fortuna.
¿Superarán todos estos obstáculos?
Alejandra lo tiene claro: “El tiempo lo pone todo en su sitio y cuando pase este momento delicado, seguramente podréis etiquetarnos como queráis”, ha concluido.