La aparición de una nueva serie en la parrilla televisiva, sobre todo si es de humor, siempre consigue atraer el favor del público. Los telespectadores quieren encontrar su nueva 7 vidas, su nueva Aída, algo con lo que pasar las noches con risas, humor y diálogos ingeniosos, pero no lo tienen fácil. Tras el estrepitoso fracaso de Antonio Resines con Aquí paz y después gloria -la época de Los Serrano hace ya mucho que pasó-, las esperanzas estaban depositadas en Allí abajo, la apuesta de Antena 3 para recoger el público del fenómeno Ocho apellidos vascos, y parece que el invento ha funcionado. ¿Quién no se iba a reír con tópicos sobre vascos y andaluces uno detrás de otro? Luego nos quejamos de los teatritos que monta José Luis Moreno en Alfombra roja palace, claro.
Entre el reparto de la serie, encabezado por María León y con presencias estelares como la de su madre, Carmina Barrios, y Mariano Peña -en un papel ampliamente cuestionado por los espectadores-, destaca por méritos propios Jon Plazaola, el nuevo sex symbol a tener en cuenta. ¡El lumbersexual ha llegado a la televisión! Barba poblada, camisas de cuadros, brazos hirsutos y ese sex-appeal animal tan propio del pueblo vasco -pese que la serie explote, como no, el tópico de que es la comunidad donde menos encuentros sexuales se producen-, una combinación letal que consiguió el favor de la mayor parte del público de la serie. Y es que no hay nada que guste más que un hombre guapo que cree que no lo es.
Plazaola llega virgen, como su personaje, al éxito. Tras haber trabajado principalmente en Euskadi, tanto como monologuista como presentador, éste supone su primer salto a nivel nacional y lo ha hecho por todo lo alto. ¿Quién se acuerda, a estas alturas, de los guapos de El Príncipe? Ni Rubén Cortada, ni Álex González, ni el fichaje de Jesús Castro, el actor de El niño, van a conseguir hacerle sombra a este vasco empeñado en conquistar a una andaluza. ¿Nos hemos cansado ya de hombres demasiado perfectos en televisión? El reparto de la serie de Telecinco es físicamente espectacular, hay que reconocerlo, pero tan ideal que resulta difícil empatizar con ellos. ¿Quién no ha estado cerca de un Jon Plazaola en los últimos meses? ¿Quién no ha querido llevarse uno así a casa?
No tenemos claro qué ocurrirá con la serie en las próximas semanas. Posiblemente, aguante el tipo, aunque terminará cayendo frente al peso de productos de largo recorrido como Masterchef, que suele incrementar su audiencia con cada gala. Tampoco ayuda que su guión se quede a medias, sus chistes estén tremendamente manidos y los acentos impostados de la mayoría de los personajes chirríen a la primera de cambio -¿Por qué, Mariano Peña, por qué? Con lo bien que estabas en 'Aída'-. Eso sí, siempre tendremos un lugar en nuestro corazón -y en algún otro sitio- para Jon Plazaola. Queremos un spin off que nos cuente sus aventuras sexuales en Euskadi, un reality sobre su vida como monologuista y una campaña de publicidad en la que nos anuncie que ha llegado el verano sin camiseta. Esa es la principal baza de Allí abajo. Bueno, y María León, que todo lo que toca lo borda.
