En España se nos acaban las folclóricas. No es algo ni bueno ni malo, simplemente es un hecho. Isabel Pantoja, de descanso obligatorio en prisión, no va a encontrar sustituta en ninguno de sus dos vástagos -lo de Kiko Rivera no puede considerarse cantar-, como ya le ocurrió a la desaparecida Rocío Jurado -su legado vocal queda en manos de su sobrina, Chayo Mohedano, con todo lo que eso significa-. María del Monte no parece que vaya a dejar descendencia -cosas más raras se han visto- y Charo Reina está más centrada en la actuación que en otra cosa. Con este plantel, todas las esperanzas se habían depositado en el clan Flores, muy dado a la música y al baile, pero incluso esta estirpe va a terminar decepcionándonos en el tema folclórico.
El destino de las herederas naturales de Lola Flores ha sido diverso y variado. Tanto Rosario como Lolita han conocido el éxito, pero también el fracaso -sobre todo, la mayor del clan, que vive en una permanente batalla contra las deudas-. Han rescatado los grandes temas de su madre -y de su padre- cuando lo han necesitado, se han desprendido de parte del legado material que les dejó La Faraona y han redirigido sus carreras hacia donde han podido, obviando oportunidades de oro con total tranquilidad.
Tal vez la contradicción, los problemas con Hacienda -ya saben, el crowdfunding lo creó Lola Flores con su famosa petición de la peseta por cada español- y los enfrentamientos dentro del mismo clan forman parte del patrimonio genético de los Flores. Y la historia se repite.
Elena Furiase y Alba Flores se han convertido en actrices muy seguidas por los jóvenes.
Si tras a la 'lucha' -entiendan la exageración- entre Lola y Carmen Flores, llegó la batalla entre Rosario y Lolita, ahora, la tercera generación de artistas tampoco va a quedarse sin su enfrentamiento familiar. Esta vez las protagonistas son primas y han sustituido la canción por la interpretación. Elena Furiase, hija de Lolita y Guillermo Furiase, y Alba Flores, hija del desaparecido Antonio Flores y Ana Villa, han recogido el testigo de su abuela y lo han adaptado a los tiempos que corren, librándose de tanta 'zarzamora' y convirtiéndose en dos de las actrices jóvenes más seguidas por el público.
Han labrado su carrera en televisión, se han dejado tentar por las revistas del corazón y se han enfrentado a la fama de manera muy diversa. Tan diversa como, posiblemente, lo hicieron sus respectivos padres.
Elena Furiase fue la primera en llegar a la popularidad. Su papel en El internado le valió el reconocimiento del público y la fama inmediata. Tanta fue la aceptación que la actriz se convirtió en la gran esperanza de los Flores. Tras el final de la serie llegaron algunas películas, obras de teatro y una retirada de los escenarios por agotamiento -con recomendación médica-. Y ahí quedó todo.
La carrera de Furiase se estancó cuando prácticamente acababa de empezar. Volvió a hacer apariciones en televisión, algunas regulares durante unos meses, y a declarar que había vuelto a casa de su madre mientras esperaba que le llegaran proyectos interesantes -algo muy parecido a lo que ya le había pasado a Lolita en múltiples ocasiones-. Todo lo contrario que su prima Alba.
Un segundo plano
La hija de Antonio Flores, como su padre, ha vivido la fama de una forma totalmente distinta a la de sus tías Rosario y Lolita. Alba Flores siempre ha permanecido en un segundo plano, abrazando una vida más bien hippie y tratando de restarle importancia a la herencia familiar -aun así, ha elegido el apellido Flores como nombre artístico-. Empezó con la música, llegando a interpretar éxitos de su propia abuela -con un resultado cuestionable-, pero ha sido la interpretación lo que la ha seducido.
Al contrario que su prima, sus primeros pasos fueron pequeños papeles en series y películas hasta que El tiempo entre costuras llamó a su puerta. El éxito se confirmaría con una participación en Cuéntame de lo más prometedora y el reciente fichaje por Vis a vis, donde da vida a Saray, la mala de la prisión.
De nuevo, una Flores en boca de todos y la otra esperando el resurgir. Elena Furiase ha vuelto a la interpretación compaginando dos películas, una sobre el padre Poveda y la otra sobre la vida de santa Soledad Torres, donde coincidirá con su propia madre. Ahora falta ver si será la oportunidad que estaba esperando para recuperar el espíritu de El internado, o si tendrá que dejarle el protagonismo a su prima Alba, que encadena éxito tras éxito. Se admiten apuestas. ¿Ustedes son de Alba o de Elena? ¿De Rosario o de Lolita? ¿De Lola o de Carmen? La enemistad está servida entre las Flores.