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Charo, la primera española que conquistó Estados Unidos

“¿Quién es Charo Baeza?”, se estarán preguntando. ¿Y si les decimos que es la murciana más internacional de la historia, que fue cabeza de cartel en Las Vegas haciéndole competencia al mismísimo Frank Sinatra y que tuvo su propio personaje en Los Simpsons? Pues si no les suena de nada, es el momento de descubrir a Charo, la inventora del cuchi-cuchi.

  • La cantante Charo / Gtresonline.

“My name is Charo, I shake my maracas”. La que habla es Charo Baeza la primera española que se interpretó a sí misma en un capítulo de Los Simpsons -años después cogería el testigo Javier Bardem, a raíz de la película No es país para viejos-. Y es que por mucho que en España no tengamos ni idea de quién es Charo Baeza, en Estados Unidos es una auténtica estrella.

La cantante, nacida en Murcia, paseó su gracejo latino -y su terrible inglés, mucho peor que el de Sofía Vergara en Modern Family- y su exuberante figura por casi todos los programas y series de televisión americanos durante las décadas de los 60 y 70, convirtiendo su famoso ‘cuchi-cuchi’ -un latiguillo que la cantante repetía constantemente- en un himno nacional. Pero, ¿quién es Charo? ¿Por qué no sabemos nada de ella en España?

De Murcia a Estados Unidos 

Charo nació en Molina de Segura, Murcia, en un año incierto entre 1941 y 1951. Incierto porque la propia cantante ha ido narrando versiones diferentes a lo largo de los años. Según los documentos oficiales, la murciana nació en 1941, pero ella declara que lo hizo 10 años después -de hecho, llegó a acudir a un tribunal en Estados Unidos, acompañada de sus padres, para demostrar que, efectivamente, nació en 1951-.

Independientemente del momento, María del Rosario Mercedes Pilar Martínez Molina Baeza, ‘Charo’, pasó su infancia en Murcia acompañada de su madre -mientras su padre residía en Casablanca- estudiando baile, cante y guitarra, instrumento del que acabó siendo una virtuosa. Charo siempre tuvo claro que iba a dedicarse al mundo del espectáculo. En 1963 ya participó en un par de películas, Nuevas amistades y Ensayo general para la muerte, pero entonces se cruzó en su camino Xavier Cugat y su vida cambió para siempre.

En los años 70, Charo tenía un caché tan alto como el de Frank Sinatra o Dean Martin.

Cugat tenía 66 años y ya se había divorciado de su tercera mujer cuando conoció a Charo. Ella, según los registros oficiales, tenía 15 años, pero declaró que tenía 25 para que la diferencia de edad no fuese tan escandalosa. La pareja se casó en Sant Cugat del Vallés y rápidamente se instalaron en Nueva York, con la madre y la tía de la cantante. Charo declaró posteriormente que el matrimonio solo había sido un acuerdo de negocios para que a ella le fuera más fácil trasladarse a Estados Unidos, ya que Cugat quería convertirla en su nueva estrella. Juntos actuaron en Nueva York y Las Vegas -fueron los encargados de inaugurar la capilla del mítico Caesars Palace- y viajaron por todo el mundo acompañados de la orquesta de Xavier Cugat.

Charo hizo sus pinitos como actriz en un par de películas, pero donde labró su carrera fue en televisión. Se convirtió en una habitual de Hollywood Squares -programa que en España conoceríamos bajo el nombre VIP Tarde y VIP Noche con Emilio Aragón y Belén Rueda- e hizo apariciones en series como Ironside, Vacaciones en el mar -donde obtuvo el récord de participaciones como estrella invitada, interpretando a la cantante April López- o Azafatas del aire, con Connie Sellecca.

Éxito profesional y divorcio en los 70

Los 70 fueron la década donde Charo se convirtió en una auténtica estrella, llegando a protagonizar shows en Las Vegas con un caché tan alto como el de Frank Sinatra o Dean Martin. Además, fue una presencia habitual en algunos de los shows televisivos con más audiencia de la época, como La hora de Carol Burnett, The Dean Martin Show, The Sonny and Cher Show o The Brady Bunch Hour. En 1977 se nacionalizó norteamericana, grabó su primer disco -que como no podía ser de otra forma, se tituló Cuchi, cuchi- y se divorció de Xavier Cugat. Rápidamente se casó con Kjell Rasetn, que pasó a ser su manager y con el que tuvo un hijo. Hacia finales de los 70, Charo se había sobreexpuesto tanto en televisión que los americanos empezaron a cansarse de ella. Así que se retiró a Hawaii con su marido y su hijo, buscando un entorno más tranquilo donde instalarse, y fundó su propio restaurante, donde también hacía shows. 

Charo regresó en el año 2000 a Las Vegas con nuevos espectáculos. A partir de entonces volvió a retomar su presencia televisiva y publicó varios singles, entre los que destaca su versión del pasodoble España cañí, un homenaje con maracas a su país natal. En el vídeo, Charo, que es miembro de la organización ecologista PETA, lanza un mensaje antitaurino. Sus guiños a España no acaban aquí: también la hemos podido ver felicitando el día de Murcia... a través de vídeo, eso sí. La cantante no deja Estados Unidos si no es por una buena razón y un buen presupuesto -cuenta Mario Vaquerizo que para la celebración de su boda con Alaska en el reality, sus amigos trataron de traer a Charo para la ceremonia, pero que el caché que pedía y el séquito de ayudantes que necesitaba eran tan altos que tuvieron que desechar la idea-.

¿Descubrirá España en algún momento a su estrella más internacional? ¿Por qué Charo nunca aparece en las listas de españoles que han triunfado en el mundo? Para que vean lo que cuesta ser profeta en tu propia tierra. De momento, disfruten de uno de sus mayores éxitos, Dance a little bit closer, y bailen en honor a Charo.

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