Juan Carlos de Borbón siempre ha sido un hombre de buen comer y sus costumbres no han cambiado tras la abdicación. El padre del rey Felipe VI no pierde ocasión para visitar restaurantes de alto copete y este mismo fin de semana ha podido disfrutar de las viandas que se sirven en el restaurante cacereño Atrio, según el diario El Mundo.
No es la primera ocasión en la que el rey, que en otros tiempos era asiduo a la comunidad extremeña para disfrutar de su pasión cinegética, come en Atrio. El monarca solía parar en el establecimiento regentado por Toño Pérez y José Polo después de sus cacerías en la finca Las Golondrinas, aunque en esta ocasión ha visitado el restaurante en compañía de su hija Elena.
La infanta y su padre compartieron tabla y mantel con invitados como el restaurador Miguel Arias en una zona pública del restaurante, ajenos a las miradas del resto de comensales, que no salían de su asombro por encontrarse con el ex jefe del Estado comiendo en la mesa de al lado. De hecho, fueron los propios clientes del restaurante los que dieron aviso, a través de sus redes sociales, del comensal tan especial que tenían como vecino.
Juan Carlos y sus acompañantes pudieron disfrutar del menú del restaurante, valorado en 110 euros, y que incluye, entre otros platos, raviolis de zanahoria, gambas marinadas, lubina asada o huevo frito con caviar. Al finalizar el almuerzo, todos los participantes visitaron la cava de vinos propiedad del restaurante, de acuerdo con la información publicada por El Mundo.
