Este lunes por la mañana, el juez que lleva el caso de Mariló Montero contra los directores de la agencia Código Press, los paparazzi Gustavo González y Diego Arrabal, ha dictaminado en un auto judicial la concesión a la periodista de la más importante de las tres medidas cautelares que había solicitado: la prohibición de difundir o publicar las fotografías de Mariló en topless durante sus vacaciones en la Polinesia Francesa con una amiga. Así lo ha determinando el juez en el auto donde concede "un cese provisional en la exhibición, comunicación y/o publicación por cualquier medio de las fotografías y vídeos con la imagen de la actora a las que se refiere el presente litigio, así como en la distribución, venta y comercialización de las mismas a cualquier persona física, revista o medio de comunicación escrito o audiovisual".
Ni siquiera las imágenes en las que sale en bikini podrán salir a la luz, ya que el juez se reafirma en que el lugar en el que se encontraba era un sitio privado y no público, como alegaba la parte contraria. Tal y como reza el auto, "afectan a escenas de la vida cotidiana de la señora Montero siendo tomadas en la más estricta intimidad y en un lugar privado, cual es el bungalow en el que pasaba sus vacaciones y por tanto cosntitutivo de su domicilio".
Las otras dos medidas que no se han concedido son la identificación de quién había sido el autor del reportaje -algo que ya comprobaron al presentarse la otra parte- y "la intervención y depósito de todos los soportes donde están contenidas las fotografías, tanto en soporte físico como digital". Tras la difusión del auto, Diego Arrabal ha compartido sus impresiones con Marabilias: "De las tres medidas, la que se ha concedido es muy delicada porque no sólo terminaría afectando a la prensa el corazón sino a cualquier medio y podría crear jurisprudencia". Una decisión que le llama la atención "porque por primera vez se está poniendo la tirita antes que la herida". Sin embargo, después de la vista previa de la semana pasada a Diego ya le parecía previsible que esto sucediera porque era "la antesala de una denuncia".
Una vez que se le ha concedido esta medida cautelar, la periodista tiene 20 días para decidir si pone una demanda a Código Press, algo que seguramente haga si quiere que estas imágenes nunca salgan del cajón en el que están. Con la presentación de esa demanda se aseguraría que las fotos no se publiquen hasta que haya una resolución judicial.
La noticia ha causado una gran alegría a la periodista de Las Mañanas de La 1, que lo ha pasado muy mal con este tema ya que sintió que se había vulnerado su intimidad y consideraba una humillación que esas imágenes estuvieran circulando por todas las redacciones. Durante la vista, Montero manifestó a este medio su opinión al respecto: “No me voy a un sitio tan lejano y con tantas horas de vuelo para que me hagan fotos. Además, yo nunca he vendido mi vida, ni he cobrado por reportajes así”.
El equipo de abogados que defiende a Montero también ha mostrado su entusiasmo por esta resolución: “Es un éxito haber obtenido estas medidas porque no suelen concederlas o como ocurre a veces, primero se publican y luego se indemniza a la persona por cuestiones del derecho al honor, la intimidad, etcétera. cuando ya se ha causado el perjuicio o daño”, ha explicado a Marabilias Mercedes Ruiz-Rico, una de las abogadas que llevan el caso.
Mariló Montero salió muy satisfecha tras la vista previa
El pasado 19 de mayo Mariló Montero se veía las caras con los directores de la agencia Código Press, los paparazzi Gustavo González y Diego Arrabal, en una vista previa a la que fueron citadas ambas partes. A la salida del encuentro judicial, Mariló y su abogada se mostraban bastante contentas y esperanzadas ya que todo parecía indicar que su petición de las medidas cautelares iba por el buen camino debido a que la Fiscalía se posicionó de su parte. En aquel momento, Ruiz-Rico mostró su satisfacción: “El Ministerio Fiscal nos hada dado la razón y ha considerado que era clarísimamente un lugar privado, que ella no consintió y que ella no sabía que se la estaban tomando las fotografías. Además, aquí no hay interés del público. Se han podido aportar unas fotografías que nos ha mandado desde el hotel hoy mismo y que prueban que era un lugar privado”.
Mariló también se mostró bastante satisfecha, como así declaró a Marabilias: “De momento vamos bien. Yo creo que los abogados han hecho el trabajo perfecto y la defensa también. Yo estaba en un hotel exclusivamente privado. En bungalow privado, en una playa privada... hasta el agua es privada". Sin embargo, Arrabal mantenía una postura diametralmente opuesta el día que tuvo lugar la vista: “Es una cosa muy rara porque eran fotografías en una playa, de un personaje público en una playa pública… Es muy extraño que estas cosas pasen. No por ser Bora Bora tiene que ser un lugar recóndito. Tú te puedes ir allí y te puedes ir al centro de Bora Bora y eso es como si te vas a Torremolinos”.