Goldsmith, probablemente el familiar más dicharachero de Middleton, ha lanzado al mercado La Maison de Bang Bang, la lujosa villa ibicenca en la que vive, por 6,5 millones de libras, es decir, más de 9.100.000 euros. En ella pasaron una temporada los duques de Cambridge y Pippa Middleton durante unas vacaciones.
En esta localización de Ibiza, situada cerca de la cala Jondal, Gary sufrió una trampa relacionada con las drogas tendida por el periódico News of the World y es donde actualmente reside junto a su cuarta esposa, Julie-Ann. Y es que el millonario la ha acondicionado para que no falte ni el más mínimo detalle de modernidad estrafalaria, lujo y derroche a espuertas.
En la puerta principal, una estatua de un mayordomo sirviendo champagne recibe a todo el que tenga la oportunidad de adentrarse en La Maison. Puesto ahí según el dueño porque “siempre es importante tener un mayordomo para recibir a la gente de la casa”, y aunque estaba diseñado para estar en un restaurante, a él le gustó “por el hecho de que puede escribir en su pizarra ‘bienvenido’”.
El príncipe Guillermo pasó horas en la habitación de juegos cuando se alojó allí.
La ‘chabola’ tiene un gimnasio exterior, una habitación de juegos ubicada en una tienda de campaña marroquí, bar y cabina de dj, todos situados al aire libre. Cuando el príncipe Guillermo estuvo alojado allí se pasó horas jugando al backgammon en la habitación lúdica, que además contiene una mesa de billar, una Wii o una máquina de marcianitos entre otras cosas.
La mansión con nombre de canción de Nancy Sinatra fue adquirida en 2006 por Goldsmith por la suma de 5.058.520 millones de euros sin apenas darse cuenta. Él mismo cuenta cómo fue: “Paseé hasta el final de la piscina, miré a mi alrededor y me paré a pensar: ‘¿cuándo empezó a ir todo mal?’”-obviamente, en tono jocoso-.
El opulento propietario alardea de haber contratado a un diseñador de interiores por una pequeña fortuna, tras firmar el contrato, para que se encargase de la decoración de la gigante villa. Al parecer, le dio una lista con veinte cosas que le gustaban y le dijo que lo interpretase a su manera. Entre los objetos ornamentales se encuentra un picasso grabado en un baño, candelabros de oro en la sala de comer o un piano blanco en la sala de estar. Para entender de las dimensiones de las estancias de las que hablamos, basta decir que en una de las duchas “podrías meter a un equipo de fútbol dentro”.
¿Quién será el nuevo poseedor de tan rimbombante ‘choza’?