La filtración de los correos electrónicos de Sony Pictures también afecta a actores españoles. Los documentos hechos públicos por Wikileaks y alojados en su sitio web indican que Paz Vega solicitó a los responsables de la TV movie Beautiful and Twisted, en la que participó en 2014 junto a Rob Lowe y Candice Bergen, que le regalaran varias de las prendas de ropa que utilizó durante la filmación del mismo. Los productores acabaron cediendo ante la actriz, que consiguió de forma gratuita cinco piezas de ropa por valor de 1.196 dólares estadounidenses.
En el primer correo electrónico que presenta Wikileaks, fechado el 13 de agosto de 2014, el productor Neil Ahern le explica al vicepresidente ejecutivo de Sony Pictures Television, Ed Lammi, que han recibido una solicitud de Paz Vega “para quedarse con varias de las prendas que ha vestido en nuestra película”. El correo iba acompañado de varias imágenes de las piezas de ropa que la actriz sevillana había pedido a Sony Pictures. A este mensaje respondió el propio Lammi esa misma mañana, solicitando una descripción más detallada de cada una de las prendas.
Ahern respondió a la petición de Lammi detallando cada una de las prendas y su precio. De acuerdo con la información publicada por Wikileaks, Vega solicitó un vestido negro de la firma Black Halo valorado en 345 dólares, una blusa blanca de la marca Equipment de 218 dólares, una falda beis creada por Marciano cuyo precio era de 148 dólares, una chaqueta blanca de Rachel Zoe que costó 89 dólares y un vestido en dorado y plata de la firma Needle and Thread y cuyo precio ascendía hasta los 395 dólares.
Lammi tomó en ese momento la iniciativa y decidió reenviar el correo de Ahern al presidente de Sony Pictures Television, Steve Mosko, detallándole el precio de las prendas y explicándole que “están ajustadas a su cuerpo, por lo que probablemente no nos resultarán demasiado valiosas como stock”. Poco tiempo después, Mosko respondía con un lacónico “Ok” que daba luz verde al regalo de esas prendas.
IMPOSIBLE EN ESPAÑA
A Paz Vega le habría resultado mucho más complicado conseguir esas prendas en España, donde la industria audiovisual maneja unos presupuestos mucho más limitados. Se trata de “unos regalos” que los actores normalmente no suelen recibir y mucho menos gratis, según explican a Marabilias fuentes del sector familiarizadas con el mecanismo de utilización de vestuario: “Como norma general, los actores no se quedan nada, ni lo piden”. De hecho, la misma fuente incide en que “muchas veces las jefas de vestuario buscan cesiones de marcas y eso hay que devolverlo. Si la ropa es comprada tampoco se da por si tiene que volver a ser utilizada en una secuencia o, por ejemplo, en fotos de promoción. De hecho, los intérpretes no suelen pedir ninguna prenda porque saben todo esto”. Hay casos excepcionales en el mundo del cine: “Alguna vez se quedan con una cosa determinada, con un vestido, por ejemplo, pero no con varias prendas” como le ha ocurrido a Paz Vega.