Tamara Falcó: “Claro que me apetece tener novio”. Pero, a ver, Tamara, ¿en qué quedamos? O entregas tu cuerpo a Dios o se lo entregas al primero que pase, pero las dos cosas juntas no son compatibles. La heredera del imperio Preysler se dejó caer en la inauguración de una tienda de joyas y complementos y volvió a predicar para los infieles. “Tengo el amor de Dios”, declaró la joven religiosa. Ustedes igual no se lo esperan, pero dentro de treinta años, en los colegios -si es que todavía siguen existiendo- estudiaran los éxtasis de Santa Teresa y Santa Tamara. Menos mal que la literatura no es uno de sus puntos fuertes, que si no, ahora mismo, tendríamos ya a la nueva Paloma Gómez Borrero entre nosotros. (Lecturas)
Dani Mateo: “Fui un niño gordo y eso te marca toda la vida”. El humorista y presentador Dani Mateo puede presumir de ser uno de los hombres más guapos de la televisión. Eso es así. No es que tenga muchos competidores, claro -tan solo hay que echar un vistazo al resto de presentadores y colaboradores para darse cuenta que el atractivo físico es muy relativo en televisión, y sobre todo, en La Sexta, donde apuestan por mujeres guapas y hombres... ¿graciosos?-. Pero, aun así, Mateo nos cuenta, por fin, la verdad: “Siempre apelo a la lástima. El humor no es erotizante: nunca haces reír a una mujer y, luego, te vas a la cama con ella. El fracaso amoroso inspira a los cómicos”. ¡Por fin! ¿Cuántas veces han escuchado a una mujer atractiva que una de las cosas que más le gusta de un hombre es que le haga reír? Pues bien, gustarle, le gustará, pero si le hace reír y además tiene unas abdominales de acero, mucho mejor. Para que luego digan que los hombres somos más superficiales... (Diez Minutos)
Víctor Manuel: “Cuando empezaron a salirme canas, me las teñía”. A ver, ¿alguien puede explicarme qué interés despierta ahora Víctor Manuel? Sí, es un clásico de la música española. Sí, está casado con una de las grandes mujeres que ha dado España. Sí, tiene hijos y sobrinos que luchan por ser famosos. Pero, ¿y qué? Pues tres páginas de entrevista, con la excusa de que va a celebrar un concierto en homenaje a sus 50 años de profesión. Ahora, la visión que tiene el cantante de la realidad es más que cuestionable. “Las canciones que no canto no las utilizo para mí ni para ningún otro cantante. El abuelo Víctor no pensé que pudiera gustarle a nadie más que a mí, y sin embargo ya ves el éxito que tuvo y tiene, porque aún se escucha mucho y la conocen las jóvenes”. ¿Se escucha mucho? ¿La conocen los jóvenes? ¿Qué jóvenes? Porque los que yo conozco pueden recitarte entero el Así soy yo de Kiko Rivera, pero de El abuelo Víctor no te cantan ni el estribillo. En fin, que el cantante dice que no se siente mayor, pero que ha dejado de hacer algunas cosas, “por si me caigo”. ¿Acrobacias a los 66, Víctor? No, hombre, no. (Diez Minutos)
Elena S. Sánchez: “Me da mucha pena que termine ‘Corazón’”. ¿Saben esa chica morena que se encarga de sustituir a Anne Igartiburu cuando la presentadora se va de vacaciones? Pues se llama Elena y dice que lleva doce años en TVE. ¿Se imaginan llevar doce años en la empresa y solo trabajar cuando una rubia se coge puente? Elena merece un programa propio ya. La periodista dice que siempre tiene proyectos pendientes y que sabe que algo le saldrá cuando acabe la edición de tarde de Corazón, que es la que ella presenta. Nosotros no estamos tan seguros de eso, pero nos alegramos de que Elena sea tan optimista. ¡Di que sí, chica, que la vida son dos días! Siempre puedes continuar sustituyendo a Anne en vacaciones y esperando a que la presentadora se rompa una pierna o coja una baja por depresión, que viendo su situación en TVE, tampoco sería tan extraño Por cierto, ¿cuántos días habrá cotizado esta mujer? Porque a media hora cada dos meses, las cuentas no salen. (Semana)
Isabel Satorius: “No me preocupa envejecer; en absoluto. Pero sí las ‘goteras’ y la salud”. La ex novia del príncipe, por mucho que ella trate de hacernos creer que interesa por sí misma, se ha hecho madrina de una marca de pastillas para adelgazar, como ya vimos la semana pasada, y ahora ha decidido hacerse una sesión de fotos con bien de Photoshop y bien de retoque. Hay que tener valor para declarar que tiene problemas de peso y, a la vez, quitarse quilos digitalmente. Pero Isabel es consciente de sus problemas. “¡Cómo no voy a hablar de mi lucha contra el peso, si es que se me ve en las fotos!”. ¿En qué fotos? Porque en las que acompañan al reportaje está lista y tersa como una jovencita. “Sé que cuidar mi peso será una batalla que tendré siempre. Me gusta comer y, además, tengo tendencia a engordar desde que en 1999 me quitaron el tiroides”. Pero eso no quita que Isabel se encuentre estupendamente. Le va bien en el trabajo, su hija se ha hecho mayor, está feliz… Vamos, que por mucho que no consiga adelgazar, a ella le da bastante igual. ¡Pues vaya forma de vender las pastillas! Si es que tendrían que haber fichado a Terelu... (¡Hola!)
Y hablando de Terelu, ¿quieren saber qué ha hecho la colaboradora esta semana? Pues, tomen asiento, prepárense una tila y relájense, porque hoy Terelu lo ha enseñado todo. Sí, queridos lectores de Marabilias, si pensaban que ya no les quedaba nada por ver de la pequeña de las Campos, se equivocaban. Tras la ausencia de la semana pasada, Terelu ha decidido volver por la puerta grande y emulando a uno de los grandes sex symbols de la historia del cine. ¡Ríanse ustedes del cruce de piernas de Sharon Stone en Instinto Básico! Terelu acudió a la entrega de los Premios Naranja y Limón y regaló a la prensa una preciosa instantánea dejando clara su preferencia por las braguitas blancas. Sonriente, con el cardado bien alto y un vestido con toques naranja -como el premio-, la colaboradora hizo un cruce de piernas y dejó entrever el secreto que ha conquistado a hombres como Pipi Estrada o Carlos Pombo, su último ex. Y no contenta con esta exhibición erótica, también sacó tiempo para irse a comer con su madre, su hija, su hermana y el hijo de ésta, para celebrar el día de la madre. Suponemos que Terelu pidió ensalada, para continuar cuidando la línea, pero viendo las fotos, todo nos hace pensar que no. ¡Terelu, hija, que a este ritmo volverás igual que te fuiste!
Y para terminar, una buena ración de sexo, aunque sea de mano de Jorge Javier. El presentador se sincera en su diario y nos cuenta algo que ya todos sabíamos: está salido. “Cuando yo tenía veinte años empecé a salir por el ambiente gay. Siempre acababa en Metro, discoteca donde he consumido la mayoría de los fines de semana de mi primera juventud. Salía a ligar y cuando no lo hacía, volvía a casa cabreado como una mona. Luego he seguido saliendo para ligar, jamás he entendido a esos que dicen que salen para pasárselo bien. Yo, si no había cama de por medio, consideraba que había echado la noche a perder”. Querido Jorge, cuando uno tiene veinte años y todas las cosas en su sitio, siempre se sale a ligar, aunque de primeras no sea esa la intención. Ya sabes, la libido, el ímpetu de la juventud... Pero cuando uno ya pasa de cierta edad, se convierte en ese que babea desde una esquina mientras los chicos jóvenes se quitan la camiseta. Contrólate, querido Jorge, contrólate, que luego te hacen fotos y pasa lo que pasa... (Lecturas)