Días después de su fallecimiento, su esposa explicó que Williams padecía parkinson, lo que le llevó a sufrir una depresión severa que finalmente le empujó al suicidio. Como reveló la prensa estadounidense, el actor colocó notas de suicidio por toda su casa para que sus familiares pudieran encontrarlas. En ellas se podían leer frases como “es hora de irse” o “he terminado con todo”.
Tras su fallecimiento, el actor recibió decenas de homenajes, tanto de admiradores como rostros conocidos, que a través de las redes sociales manifestaron su incredulidad y tristeza ante la muerte de Williams a través de bonitos mensajes, imágenes y hasta una canción. El rapero estadounidense Ceelo Green compuso un tema, que estrenó días antes del que habría sido el 64 cumpleaños de Williams, en homenaje al actor, y que ha acabado convertido en el primer single de su nuevo disco.
La viuda y los hijos del actor en pie de guerra
Pero, a pesar de la conmoción por su fallecimiento, sus familiares no tardaron en comenzar una batalla legal por su herencia. El actor se había casado hacía tan solo tres años con su mujer, la diseñadora gráfica Susan Schneider. La viuda de Williams y sus tres hijos, Zachary, Zelda y Cody, comenzaron una litigio legal por los objetos personales del actor. Antes de morir, Williams había especificado en su testamento que donaba toda su fortuna a una fundación, en la que estaban incluidos sus tres hijos, y que además se debía crear un fondo para su tercera esposa, a la cual dejó también la casa donde vivían situada en Tiburon, California.
La disputa comenzó cuando la viuda denunció que los hijos del actor se habían llevado objetos de su casa sin su permiso. Como publicó el medio estadounidense New York Times la pelea en los juzgados no solo se limitaría a esos objetos, la viuda tampoco estaba de acuerdo con el dinero que estaría recibiendo para el mantenimiento de su casa. Schneider especificó en su demanda que el dinero del fondo no era suficiente en el caso de que la casa necesitara una reforma “inesperada”.
Los hijos han negado haber entrado a la casa de su padre y han afirmado que los que sí entraron fueron unos peritos para tasar algunas pertenencias de Williams. Además, han mostrado también su enfado ante la idea de Schneider de quedarse con los objetos que su padre coleccionaba y por el desprecio mostrado por todo ello al llamarlo “baratijas”.
Una vida dedicada a hacer reír
El actor consagró su vida al cine. A pesar de haber conseguido la fama gracias a la serie Mork&Mindy, obtuvo sus mayores éxitos gracias a su participación en películas como Good Morning Vietnam, El Rey Pescador, El club de los poetas muertos, Señora Doubtfire o El indomable Will Hunting, filme por la que obtuvo el Oscar al mejor actor de reparto en 1997. Williams será recordado siempre como uno de los actores de humor más reconocidos, aunque a lo largo de toda su carrera demostró ser un actor versátil capaz de encarnar personajes dramáticos. Williams, además, puso voz a personajes de animación, como por ejemplo el Genio de Aladdin o Dr. Amor en Happy Feet.
El actor falleció sin ver estrenados algunos de los últimos trabajos en los que participó, como la tercera parte de Noche en el Museo o Absolutamente cualquier cosa, en la que pone voz a Dennis, el perro del protagonista.
https://youtube.com/watch?v=uOFOsv7tE1k
Un vacío en Hollywood
El actor dejó en el recuerdo de todos interpretaciones memorables como su famoso discurso en la película El club de los poetas muertos. Pero, ¿existe algún actor que pueda llegar a ocupar el lugar que dejó Robin Williams? Esta ha sido una de las preguntas que ha generado el anuncio del remake de Jumanji, una de las películas más memorables del actor. Sony Pictures anunció que el 25 de diciembre de 2016 se estrenará una readpatación de la película con nuevos actores. Aunque ya han sonado algunos nombres que podrían interpretar el papel Alan Parrish, al que dio vida Williams, como el histriónico Jim Carrey, o el polifacético Johnny Depp, es muy difícil que puedan llegar a desbancar la figura que Robin Williams consiguió erigir tras más de tres décadas al frente de la cámara.