Si hay una actriz a la que se le ha colgado la etiqueta de sex symbol durante décadas, esa ha sido Sharon Stone. Con los 57 años cumplidos hace menos de dos meses la actriz asegura, sin embargo, que su imagen pública es diametralmente opuesta a su personalidad y que, quizás por la fama que la rodea, no consigue que los hombres se acerquen a ella.
“Me gustaría que hubiera más hombres que se me abalanzaran”, asegura Stone en una entrevista concedida al diario británico Daily Mirror. “Los hombres me huyen. La gente se ha creído que soy un sex symbol, pero no es así. En realidad, soy la chica con la ropa holgada y una bolsa de libros”, asegura.
En la entrevista, en la que llega a reconocer que “la gente me tiene miedo”, destaca que la única compañía masculina que tiene a su lado ahora mismo es la de sus tres hijos, Roan, Laird y Quinn. “Están en esa edad en la que empiezan a convertirse en hombrecitos, así que ya se dedican a cargar con sus bolsas hasta el coche y a abrirme la puerta”, comenta orgullosa.
Además, no paran de tener detalles con ella: “Me dejan notas en el volante del coche con frases como ‘Que tengas un gran día en el trabajo’”. Stone siente que su vida ha cambiado por completo desde que los pequeños están a su lado: “Son maravillosos y hacen que me sienta bella y que mi vida tenga sentido”, apunta.
Stone confiesa que al principio de su carrera no conseguía trabajos porque nadie se fijaba en su sex appeal, algo que cambió tras posar para Playboy en 1990 y convertirse en la malvada esposa de Arnold Schwarzenegger en la primera versión de Desafío total. Con el paso de los años, recuerda aquellos primeros momentos de ‘patito feo’ con cariño: “Que la gente me pregunte si soy un sex symbol me alegra el día, porque al comienzo de mi carrera, esa carrera ni siquiera existía porque nadie me consideraba sexy”, bromea.
Con el paso de los años, su figura se ha convertido en sinónimo de la sensualidad más elegante, pero ella sigue teniendo recelos con algunas partes de su cuerpo. “Mi culo es realmente plano”, reconoce en una época en la que esa parte de la anatomía femenina se ha convertido en el gran reclamo. “Hoy mismo tuve una discusión sobre qué llevar por ese mismo motivo”, añade. Eso sí, trata de mejorar gracias al ejercicio físico: “No es que me vuelva loca por entrenar, no me parece algo tan importante, pero sí que me encanta ir al gimnasio”.