Motor

España dice que se ha asegurado protección del automóvil en tratado con Japón

El secretario de Estado español de Comercio, Jaime García-Legaz, se mostró este jueves satisfecho con el planteamiento de la UE para negociar un tratado de libre comercio (TLC) con Japón, y aseguró que se ha garantizado la protección de los intereses del sector automovilístico.

  • El secretario de Estado de Comercia, Jaime García Legaz.

El secretario de Estado español de Comercio, Jaime García-Legaz, se mostró este jueves satisfecho con el planteamiento de la UE para negociar un tratado de libre comercio (TLC) con Japón, y aseguró que se ha garantizado la protección de los intereses del sector automovilístico.

"En el texto del acuerdo hemos garantizado un tratamiento específico del sector del automóvil, atendiendo a sus características específicas", indicó a la prensa al término de un Consejo de Ministros de Comercio celebrado en Bruselas, en el que se tomó la decisión de pedir a la Comisión Europea que inicie negociaciones comerciales con Tokio.

"Se menciona de forma expresa el sector de la automoción como un sector a proteger mediante una cláusula de salvaguardia", algo que dijo que no existe de forma específica para la industria del motor, por ejemplo, en el TLC en vigor con Corea del Sur. 
Según explicó, en ese acuerdo era "más difícil activar la cláusula de salvaguarda".

Así, afirmó que se espera que el acuerdo con Tokio se empiece a negociar la próxima primavera a lo largo de tres años, tras lo cual entrará en un proceso de ratificación de dos años.

"Si todo va bien, entrará en vigor en 2018, cuando empezaría un periodo transitorio hasta 2025 para el conjunto de los sectores, y para 2028 en el del automóvil", apuntó.

Además, señaló que los países europeos han pedido a Japón que demuestre apertura en sus mercados en doce meses, o bien las negociaciones serán paralizadas.

En particular, García-Legaz pidió facilidades en los servicios y las compras públicas, en los que se ven implicados sectores como la banca, los seguros, las infraestructuras o las energías renovables.

Los obstáculos comerciales que impone Japón en sectores clave como el del automóvil, y el mantenimiento de barreras no arancelarias que suelen tomar la forma de ventajas reguladoras para las empresas locales eran las principales trabas que veían los europeos para iniciar las negociaciones.

El comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, afirmó por su parte que lo que incluye el mandato de negociación son unas salvaguardas para los "sectores sensibles", y pidió "no dramatizar" en lo referente a la industria automovilística dados los plazos en que se llegaría a liberalizar completamente ese sector.

La ministra francesa de Comercio Exterior, Nicole Bricq, señaló por su parte en una rueda de prensa que países como Francia, España, Italia, Alemania, Rumanía, Eslovaquia o Hungría han dejado muy clara su preocupación por cómo el acuerdo puede afectar a la industria automovilística europea.

Según dijo, la cláusula de salvaguarda incluida en la directiva de negociación "tendrá en cuenta la especificidad de sectores sensibles, incluido expresamente el del automóvil".

Bricq afirmó que antes de dar su visto bueno al inicio de las negociaciones, el Gobierno francés "consultó ampliamente a las empresas", y explicó que se abordó el asunto con 19 federaciones profesionales que agrupan a 30.000 firmas, constatando que la mayor oposición procedía del sector del automóvil.

También explicó que los países no han querido un "sistema clásico" de salvaguardas como el incluido en el acuerdo de libre comercio en marcha entre la UE y Corea del Sur.

De hecho, Francia pidió a la Comisión Europea activar esa cláusula en el acuerdo con Corea en julio pasado -consistente en primer lugar en incrementar la vigilancia sobre las importaciones coreanas de automóviles-, pero su solicitud fue rechazada por Bruselas al no constatar problemas particulares.

Para la responsable francesa, un asunto complicado en la negociación será la capacidad de ingreso de la carne de bovino al mercado nipón, así como las normas existentes actualmente en ese país relacionadas con los aditivos alimentarios, los medicamentos o las vacunas, una preocupación que dijo que compartieron varias delegaciones

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