La Unión Europea ha pedido este jueves a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se pronuncie sobre la legalidad de la denominada 'tasa de reciclaje' que Rusia impone a los vehículos importados. Bruselas alega que esta tasa es discriminatoria y perjudica las exportaciones de vehículos de la Unión a Rusia, que representan 10.000 millones de euros al año.
"Hemos explorado todas las vías posibles para encontrar con Rusia una solución aceptable para las dos partes", ha dicho el comisario de Comercio, Karel De Gucht, en un comunicado. "Como la tasa continúa obstaculizando considerablemente las exportaciones de un sector esencial para la economía europea, no tenemos otra opción que pedir a la OMC que se pronuncie para que Rusia respete sus obligaciones internacionales", ha resaltado.
Bruselas ya pidió el pasado julio entablar consultas oficiales con Rusia en el seno de la OMC sobre esta cuestión, pero las negociaciones no han dado resultado y la tasa, que se introdujo hace más de un año, sigue en vigor.
La UE alega que esta tasa supone un recargo para las exportaciones europeas y neutraliza la reducción de aranceles que Rusia había aceptado cuando se adhirió a la OMC. Se aplica a las importaciones de coches, camiones, autobuses y otros vehículos de motor.
Su importe oscila entre 420 y 2.700 euros para un coche nuevo y entre 2.600 y 17.200 euros para un vehículo de más de tres años. Pero puede llegar hasta 147.700 euros en el caso de los camiones de obras. Según las estimaciones de Rusia, aporta 1.300 millones de euros suplementarios a las arcas del Estado.
Se aplica a todas las importaciones procedentes de la Unión, pero los vehículos producidos en Rusia, Kazajstán y Bielorrusia, que forman una unión aduanera con Rusia, están exentos. La UE considera por ello que la tasa es incompatible con las reglas de la OMC, según las cuales los productos nacionales no pueden ser tratados de forma más favorable que los importados y deben aplicarse las mismas condiciones a productos de procedencia distinta.