No ha sido una negociación fácil, pero la nueva furgoneta K-9 se fabricará a partir de 2017 en la planta viguesa de Citroën tras cerrarse unos acuerdos que garantizan al futuro a corto y medio plazo de la factoría gallega del Grupo PSA. Una planta que tuvo que rivalizar con la de Trnava, en Eslovaquia, pero que factores como los ajustes salariales asumidos por los trabajadores o la amplia experiencia en la fabricación de furgonetas han podido resultar claves.
Y es que Citroën lleva fabricando en Vigo furgonetas desde hace más de 30 años, destacando en su larga historia uno de los modelos más populares, la C15, que se mantuvo en producción desde 1984 durante más de 20 años y que es, a día de hoy, el modelo con mayor producción en la fábrica tras el Xsara Picasso, con casi 1,2 millones de unidades producidas. Un modelo que contribuyó al progreso de la propia fábrica y del tejido industrial de las muchas empresas proveedoras de la zona y decisivo para lograr después la adjudicación de las furgonetas Berlingo y Peugeot Partner.
Ahora, 30 años después de la exitosa C15, la fábrica de Vigo vuelve a adjudicarse una nueva furgoneta, la K-9, un modelo que será clave en el futuro devenir de la planta pues de su adjudicación dependía la puesta en marcha de un proyecto industrial que permitirá acoger en el futuro nuevos modelos. De paso, garantiza la estabilidad laboral en una zona en la que cerca de 19.000 familias dependen del sector de automoción.
La inversión necesaria para afrontar este nuevo proyecto se estima será de unos 600 millones de euros, un proyecto sin duda relevante por cuanto contempla la fabricación de nada menos que 250.000 unidades al año hasta el año 2028, un volumen de producción que podría llevar en el futuro a un aumento considerable de la plantilla, actualmente de unos 6.000 empleados.