Multiplicar por cuatro las ventas actuales del GLK en España. Ese el ambicioso objetivo que se ha marcado Mercedes-Benz con el lanzamiento del nuevo GLC, sustituto de aquél dentro de la nueva estrategia de denominaciones de la gama SUV, que se renueva por completo, aunque unos modelos en mayor medida que otros. Y entre los que más lo hacen, el compacto GLC que, a diferencia del GLE que llega en forma de puesta al día del anteriormente conocido como Clase M o ML, supone la llegada de una nueva generación que nada tiene que ver respecto al GLK, un modelo cuya estética no logró cuajar entre los clientes.
Por ello, lo primero que muestra el novedoso GLC es un diseño mucho más cuidado en sus formas, que huyen de las marcadas aristas que caracterizaban al GLK y que ahora propone formas mucho más estilizadas, de suaves trazos que acercan al GLC a los gustos del segmento. Por ello, y dado que en el segmento SUV el diseño marca mucho la decisión de compra, Mercedes-Benz tiene previsto en España multiplicar por cuatro las ventas respecto al anterior GLK, siempre muy por debajo de las de sus más directos rivales de Audi y BMW, el Q5 y el X3.
Pero además de nueva estética, el GLC está realizado sobre un bastidor diferente y, eespecto al GLK, además de más grande -llega hasta los 4,66 metros-, es 80 kilos más ligero de media y tiene claramente una mejor aerodinámica, con un CX que baja de 0,34 a 0,31. Es, por tanto, 12 centímetros más largo, 5 más ancho y apenas 1 centímetro más alto, con una distancia entre ejes alargada en 12 centímetros para mejorar tanto estabilidad como amplitud en las plazas traseras.
El sistema de tracción total es permanente con una distribución 45:55 y todas las versiones llegan con cambio automático de 9 velocidades de serie. De momento, la gama cuenta con dos motores diesel de 170 y 204 CV de potencia, versiones GLC 220d 4Matic y GLC 250d 4Matic, con precios de 47.900 y 49.900 euros respectivamente, similar al de modelos rivales como el Audi Q5 2.0 TDI clean diesel 190 CV quattro S-tronic y algo por encima del BMW X3 xDrive20d de 190 CV con cambio automatico. Más adelante, llegará una interesante versión híbrida, el GLC 350e 4Matic, con motor de gasolina y eléctrico, casi 300 CV de potencia conjunta y una capacidad para circular en modo completamente eléctrico de 34 kilómetros y hasta 140 km/h.
Por dentro, mejora sustancialmente la amplitud frente al GLK, sobre todo en las plazas traseras y en el maletero, que gana 80 litros ofreciendo ahora 580 litros de volumen de carga, más que un Audi Q5 o un BMW X3. Mediante un botón en en maletero, se pueden abatir de forma automática los respaldos de los asientos traseros. El puesto de conducción resulta diferente en si diseño al del GLK, y es ahora similar al de un Clase C. Los mandos son prácticamente idénticos, excepto si se opta por el paquete off-road, que incluye botones específicos para variar la firmeza de la suspensión neumática, la altura de la carrocería o el control de descenso. Incluye, además, 5 modos de conducción off-road diferentes.
La suspensión de serie es de muelles helicoidales con amortiguadores de dureza variable regulados de forma mecánica, pero ofrece otras dos opciones, una de muelles helicoidales pero amortiguadores de dureza controlados electrónicamente y la suspensión neumática AIR BODY CONTROL. La breve toma de contacto con el GLC y esta última suspensión nos ha transmitido una clara mejoría frente al GLK tanto en el confort de rodadura como en el comportamiento en carretera, con mayor sensación de control en curva. Y en campo, con el paquete off-road, se mantiene como uno de los SUV del segmento más capaces.