La normativa Euro 6 entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero de 2015, fecha en la que todos los vehículos nuevos que se vendan deberán cumplirla, aunque los fabricantes ya desde el pasado día 1 de septiembre están obligados a fabricar sus motores diésel bajo esta directiva. Así, los vehículos diésel nuevos no pueden emitir más de 80 mg de óxido de nitrógeno por kilómetro, reemplazando el anterior límite de 180 mg/km. Para Rolf Bulander responsable de tecnología de propulsión del Grupo Bosch, una de las empresas más involucradas en el desarrollo de los sistemas de inyección, "la Euro 6 hará que los coches diésel sean tan limpios como los de gasolina".
Desde la norma Euro 1 introducida en 1993, las emisiones contaminantes —como el CO2, los óxidos de nitrógeno y otras partículas— se han reducido notablemente gracias a los avances introducidos en la tecnología del automóvil. Así, desde 1990 las emisiones de partículas de los motores diésel se han reducido en alrededor de un 99 por ciento, mientras que emiten un 98 por ciento menos de óxidos de nitrógeno que los vehículos que se comercializaban en esas fechas.
Para cumplir con los límites inferiores establecidos en la Euro 6, los vehículos diésel con un peso de hasta unos 1.700 kilogramos adoptan un sistema de tratamiento de los gases de escape perfectamente ajustado, pero en el caso de vehículos pesados, habrá que adoptar además un catalizador específico con AdBlue, una solución de urea inodora que convierte los óxidos de nitrógeno en vapor de agua y nitrógeno inocuo. La solución AdBlue se rellena en un depósito coincidiendo con los intervalos habituales de mantenimiento.
La entrada en vigor de esta nueva normativa podría tener efecto sobre el precio de los automóviles, aunque más en aquellos ya fabricados que deban ajustarse antes de ser vendidos a la Euro 6, pues llegarán a los concesionarios con algunas características adicionales, como una transmisión diferente o unos neumáticos especiales de baja resistencia a la rodadura.