Francia sigue dando pasos en su lucha contra la contaminación en los grandes núcleos urbanos. París, ha fijado ya unos plazos que se adelantan a los planes del Gobierno francés, que en julio pasado dijo que aspiraba a que para 2040 ya no haya vehículos diésel y de gasolina.
Las autoridades parisinas destacan en un comunicado recogido por Efe que el horizonte previsto "tiene en cuenta de forma pragmática la evolución cada vez más rápida del sector de los transportes estos últimos años".
El desarrollo de coches eléctricos se ha acelerado, la oferta de transporte público se está reforzando, incluyendo en ella a la región parisina, y los carriles bici cobran cada vez un protagonismo más destacado, apuntan.
"Este objetivo no está formulado como una 'prohibición' en el horizonte de 2030, sino más bien como una trayectoria que parece a la vez creíble y sostenible", añade su comunicado, en el que se prevén reuniones con los fabricantes automovilísticos en los próximos meses para asociarlos a esa meta.
París fue sede en diciembre de 2015 de la cumbre del clima (COP21), en la que se aprobó el primer acuerdo universal de lucha contra el cambio climático.
Durante los picos de polución por partículas finas en el aire, es habitual que se impongan en la ciudad restricciones al tráfico, con medidas de circulación alterna o la oferta gratuita de transporte público.