Además de una estética muy personal que refleja ese espíritu, cambia ligeramente la postura de conducción respecto a la Street Twin. El piloto va situado más alto y algo más atrasado, con una altura del asiento que, sin embargo, permite llegar al suelo con facilidad. Una vez a sus mandos, con una postura deportiva pero en absoluto incómoda, encontramos sobre el faro un panel de doble esfera que recoge la mucha información disponible. Desde un pulsador en el manillar podemos acceder a visualizar el indicador de marcha engranada, los cuentakilómetros parciales, la autonomía, el nivel de combustible, el consumo medio e instantáneo y ajustar incluso el control de tracción.
Confortable, se siente también ligera incluso en parado. Al arrancar nos envuelve enseguida un sonido muy agradable. El propulsor que anima a la Street Cup es el mismo bicilíndrico de la Bonneville. Tiene 900 centímetros cúbicos, rinde 55 CV y ofrece un par máximo de 80 Nm a tan sólo 3.230 revoluciones. una cifra responsable de la agradable respuesta que ofrece a bajo régimen.
Una suavidad que llega, también, por la tecnología que ofrece. La respuesta del puño es inmediata a causa del sistema de inyección y de su acelerador electrónico. Sus 55 CV no desbordan, pero se siente más potente de lo que es. Gana velocidad con facilidad y puedes moverte a altos ritmos sin necesidad de buscar elevados regímenes de giro, que no es precisamente el punto fuerte de este motor.
Un motor que se adapta perfectamente al conjunto de chasis y suspensiones. De concepción clásica, con una horquilla convencional delante y un doble amortiguador detrás, cumplen a la perfección en su funcionamiento. suficientemente firmes, facilita mucho a la hora de moverse entre curvas. Estable en frenada y ágil y precisa en la entrada en curva, la Street Cup se disfruta en viradas y estrechas carreteras. En ellas, su conducción resulta toda una delicia. Frena con decisión, traza la curva con facilidad y acelera a la salida con suficiente viveza para sentirte piloto a sus mandos.
Todo ello acompañado de los más avanzados sistemas. ABS, control de tracción desconectable y embrague asistido y antirrebote son algunas de las características que hacen de esta Street Cup una clásica moderna. Y es que también tienen iluminación trasera por led, inmovilizador y toma USB. Además de ello, en opción puede ofrecer accesorios tales como el control de crucero y los puños calefactados, dos elementos imprescindibles si nos queremos plantear trayectos largos.
Una moto que puede ser conducida con el carné A2 gracias a un kit de limitación específico y cuyo precio no asusta de entrada, 10.500 euros. No es barata, pero diseño, personalidad y tecnología lo justifican.