Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de alzhéimer, la principal causa de demencia y discapacidad en personas mayores en todo el mundo. Desde que Alois Alzheimer describió por primera vez esta devastadora enfermedad en 1903 se han escrito cerca de 200.000 artículos de investigación, de los que casi 3.500 se han dado a conocer en los últimos meses.
“Toda la investigación realizada hasta ahora sobre la enfermedad de Alzheimer ha sido muy útil, pero no se ha traducido en nuevos tratamientos. Hay que arriesgar, hay que abrir nuevas líneas de investigación para intentar llegar a terapias más efectivas”, señala Inmaculada Cuchillo Ibáñez, investigadora del grupo “Mecanismos moleculares alterados en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias”, que dirige el Dr. Javier Sáez Valero, en el Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, en Alicante.
Las placas del alzhéimer
La última investigación de este grupo se ha dirigido precisamente en esa línea y ha permitido averiguar que una proteína denominada LRP3, poco conocida, controla los niveles de beta amiloide, la proteína que se acumula en el cerebro de las personas con alzhéimer formando las placas que caracterizan a esta enfermedad. Los detalles de la investigación se han publicado en la revista Alzheimer's Research & Therapy, y Cuchillo es la primera autora.
“Cuando estudiamos la función de LRP3, de la que apenas se conocía nada hasta ahora, descubrimos que influye mucho sobre los niveles de la proteína precursora de beta-amiloide (APP, por sus siglas en inglés). La APP recibe este nombre porque contiene una proteína muy pequeñita, la β-amiloide, que es el principal componente de las placas que se encuentran en abundancia en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer. LRP3 sería un factor beneficioso, y como es capaz de controlar los niveles de APP y de β-amiloide, podría ser una nueva diana terapéutica y una vía hasta ahora inexplorada de investigación en Alzheimer” precisa Cuchillo.
Pérdida de neuroprotección
La investigación, que se ha llevado a cabo con muestras humanas de corteza frontal procedentes del Banco de tejidos del Instituto de Neuropatología del Hospital Universitario de Bellvitge, analizó la expresión de LRP3 en personas de mediana edad sanas y con enfermedad de Alzheimer.
“En los cerebros de pacientes de alzhéimer los niveles de LRP3 estaban disminuidos al comienzo de la neurodegeneración”
“Vimos que en los cerebros de pacientes de alzhéimer los niveles de LRP3 estaban disminuidos al comienzo de la neurodegeneración. Es decir, que podían perder este papel protector del LRP3 respecto a los niveles de β-amiloide al comienzo de la demencia, y esto podría ser un lastre durante el desarrollo de la enfermedad, porque ya desde el principio se pierde la capacidad de disminuir los niveles de la β-amiloide y, por tanto, de controlar la presencia de placas seniles en el cerebro”, señala la investigadora.
Nueva vía de investigación
Con la identificación de la función presumiblemente neuroprotectora de LRP3, llevada a cabo por los investigadores del Instituto de Neurociencias, se abre una nueva vía de investigación hasta ahora desconocida que puede llevar al descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas más efectivas para lograr modificar o frenar el curso de la enfermedad de Alzheimer, un importante objetivo hasta ahora no alcanzado.
“Nuestro interés ahora es precisamente la relación entre ApoE y LRP3. Sabemos que ApoE4 es un factor de riesgo de Alzheimer y sería interesante averiguar su relación con LRP3 y, de forma indirecta, su efecto en los niveles de APP y β-amiloide”, explica Cuchillo.
Otra interesante vía pendiente es estudiar la relación de LRP3 con tau, la otra proteína implicada en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, que forma los ovillos neurofibrilares, apunta. “Hasta ahora se ha estudiado la relación entre tau y la proteína beta-amiloide en el alzhéimer, pero no se ha avanzado nada en cuanto a terapias nuevas.
Sabemos que tau es una proteína importante para anclar receptores a la membrana celular, y LRP3 es un receptor de la membrana celular. Si logramos identificar la molécula intermediaria entre Tau y LRP3, quizá abramos una nueva vía de investigación, porque el futuro de la investigación del Alzheimer pasa por abrir nuevas vías que relacionen lo que ya conocemos con lo que se acaba de descubrir”, matiza Cuchillo.
Referencia: The apolipoprotein receptor LRP3 compromises APP levels. Alz Res Therapy 13, 181 (2021). https://doi.org/10.1186/s13195-021-00921-5