Una de las tendencias de más éxito en divulgación científica en los últimos años es lo que los anglosajones llaman “Big History”, que consiste en abrir el objetivo de la cámara con la que miramos la historia y construir un relato global de cómo hemos llegado a ser lo que somos. En su último libro (“Orígenes” , Debate, 2020), el biólogo y divulgador británico Lewis Dartnell ha incluido como protagonista al propio planeta Tierra y relata la manera en que el escenario condicionó la aparición del propio ser humano y el devenir de las civilizaciones. En sus páginas seguimos el hilo conductor que conecta el hundimiento de un antiguo océano con la construcción del Partenón, los movimientos de las placas tectónicas hace 70 millones de años con las elecciones norteamericanas o las variaciones en la costa del norte de Europa con la aparición del capitalismo. Charlamos con él por videoconferencia desde Londres, donde trabaja y reside.
¿Al final, lo que viene usted a decir es que el planeta no es solo el paisaje de fondo, sino que también “escribe” parte de la historia?
Sí, exactamente. Lo que cuento es que la Tierra no es solo el escenario de la historia humana, también es uno de los participantes activos, uno de los personajes que ha jugado un papel de muchas maneras diferentes. Para este libro de “Gran Historia” no quería describir los hechos en orden cronológico, quería agruparlos y relacionar diferentes temas que suceden en tiempos distintos.
La geología explica dónde nos asentamos y cómo se establecieron rutas de intercambio, ¿se diría que el planeta establece rutas predeterminadas, como los pasillos del Ikea?
¡Ja, ja! Sí, pero creo que hay que ser cuidadoso y no caer en ese determinismo geológico. No digo que todo estaba predeterminado o definido para que sucediera de tal manera. Todas las cosas de las que hablan los historiadores - la cultura, la sociología, la política o la economía- todo eso es importante, lo que digo es debajo de ese primer nivel de explicaciones hay causas más profundas, causas subyacentes que tienen que ver con la geología, con las cordilleras o la circulación global del viento. Hay un par de ejemplos en el libro, como cuando hablo de los patrones de vientos del planeta y cómo los exploradores españoles y portugueses sacaron partido el conocimiento de esos patrones para establecer sus imperios comerciales. Si por cualquier razón los navegantes chinos hubieran hecho lo mismo en la dirección contraria, si hubieran cruzado el Pacífico y colonizado Norteamérica, habrían seguido el mismo patrón de vientos que seguía el Galeón de Manila. Así que ves los mismos patrones, pero pueden dar lugar a diferentes variaciones a lo largo de la historia.
“Si los navegantes chinos hubieran colonizado Norteamérica, habrían seguido los mismos vientos que seguía el Galeón de Manila"
Pero incluso los lugares donde se encuentran los recursos en la Tierra han condicionado la forma en que los países se reparten el poder, ¿no?
Claro, los recursos no están distribuidos uniformemente. El planeta está parcheado por concentraciones de elementos que están en unos sitios y en otros no, y esto ha sido explotado en la edad de bronce, de hierro y más tarde con el carbón y el petróleo. Y este es el motivo por el que los humanos han comerciado durante miles de años, para buscar lo que tiene tu vecino, y por eso se han establecido rutas como la Ruta de la Seda que tenía miles de kilómetros y se mantuvo durante miles de años.
El mismo aumento de temperatura que tuvo lugar durante el máximo térmico del Paleoceno/Eoceno e hizo desaparecer a miles de especies, favoreció a los primates y a lo que hoy es nuestro ganado. Si no hubiera habido esos cambios, ¿viviríamos en un mundo alternativo?
Seguramente. Y ese periodo es el ejemplo natural más parecido al calentamiento que estamos causando los humanos hoy en día en la atmósfera, así que supone una advertencia muy temprana de lo que puede pasar y lo que debemos evitar con el cambio climático en nuestro propio futuro. Pero a la vez lo que pasó hace 55 millones de años cambió el mundo para crear las condiciones en las que los humanos vivimos y para la rápida evolución de los primates. Y también la de los animales que luego usamos en la ganadería y agricultura, que aparecieron y evolucionaron muy rápido, como los caballos o las vacas.
“Los humanos evolucionamos por una combinación de fuerzas planetarias que nos permitió adaptarnos a un entorno caótico y cambiante”
La especie humana también evolucionó por una serie de carambolas geológicas, ¿se puede decir que el valle del Rift fue como el “horno” que permitió “cocinar” nuestra especie?
Sí, hay una especie de misterio alrededor de nuestro propio origen y la aparición de una especie tan inteligente. Parece claro que fue en el este de África y como consecuencia de que zonas de selva se convirtieron en secas. Muchos lugares del mundo se desecaron y en ellos parecieron especies como el camello, pero ¿qué hizo especial a esa zona del planeta hace unos 5 millones de años y qué nos condujo a ser tan inteligentes y versátiles? Pues parece que hubo una combinación de fuerzas planetarias, el paisaje de este rift, de esta grieta en la piel la tierra, y los bamboleos del planeta alrededor del Sol, provocaron fluctuaciones climáticas y esto a la vez hizo que nos adaptáramos a un entorno caótico y cambiante. Y pienso que todo esto es asombroso, es una de las cosas que más me emocionó descubrir mientras escribía “Orígenes”.
Cuando yo estudiaba nadie me habló de los volcanes, las fallas y las corrientes oceánicas como copartícipes de la historia de las civilizaciones. ¿Empezamos a tener una compresión de la historia mucho más integral?
Sí, de todos los libros que he escrito hasta ahora intento ser interdisciplinar y hablo de diferentes áreas de la ciencia como la física, la química o la biología, que se solapan sobre otras como la historia o la tecnología. Creo que este tipo de aproximación, esta visión interdisciplinar y pensar en la foto más amplia y ver cómo unas materias se conectan con otras, es muy importante para pensar en el mundo, especialmente ahora que estamos afrontando problemas muy complejos como el cambio climático. Y en la escuela uno tiene la Química los miércoles por la tarde y la Historia un viernes por la mañana, y todo parece separado, pero en realidad todo ese saber está conectado.
“La vida contribuyó a la construcción de las pirámides de Egipto”
Los antiguos seres vivos se acumularon hasta levantar cordilleras y acantilados, ¿también se puede considerar a la vida “coautora" de las pirámides?
Ja, ja. Sí, porque los humanos construyeron todos estos grandes monumentos, como el Partenón o las pirámides, pero por supuesto la Tierra tuvo que aportar el material de construcción en primer lugar. En los enormes bloques que componen las pirámides puedes ver pequeños fósiles de organismos vivos, así que la vida antigua contribuyó a construirlas, y los egipcios la acumularon para construir una montaña artificial y darle un aspecto impresionante.
Cuenta usted que se puede reconocer un patrón geológico a partir de un mapa electoral. ¿Podremos atisbar un patrón geológico en el mapa de votos de las próximas elecciones de Estados Unidos, por ejemplo?
Sí, existe una correlación estrecha entre los condados que votan demócrata en los Estados del sur con las áreas donde las rocas se formaron hace 70 millones de años en un mar tropical templado. Este antiguo mar tiene una influencia en el mapa político moderno de Estados Unidos. Es largo de explicar, pero ese efecto seguro que se ve en estas próximas elecciones y se ha mantenido durante millones de años. No podría predecir el resultad de la votación, pero seguirá existiendo una profunda relación entre la formación del terreno, las plantaciones que se hicieron allí y la esclavitud, la demografía y el mapa político actual. Eso siempre va a estar ahí, pase lo que pase.
¿Y se puede conocer la geología a partir de la distribución de rascacielos de una gran ciudad como Nueva York?
En los lugares donde se pueden levantar grandes rascacielos, o donde puedes hacer una buena red de túneles para el metro, hay un patrón geológico muy distintivo. Hay otros ejemplos bonitos, uno de ellos en la historia de España, que se produjo en el principio de la era de las exploraciones. Portugal se adelantó porque en España las barreras montañosas impidieron completar la “reconquista” de Granada mientras que, debido a su geografía, Portugal pudo ponerse a explorar antes. Este retraso fue por efecto de la distribución geográfica de la península.
“Vasco de Gama consiguió lo que buscaba, mientras que Colón tuvo suerte de sobrevivir”
De hecho, subraya usted que el portugués Vasco de Gama consiguió aquello en lo que Colón fracasó.
Colón tuvo suerte. No era tonto y manipuló los números para que le financiaran el viaje, que nunca habría tenido éxito si él hubiera tenido razón, pero tuvo la inmensa suerte de que se tropezó por el camino con un nuevo continente. Eso salvó su vida y le colocó en los libros de historia. Me interesa más la exploración sistemática de los portugueses de la costa de África que terminó llevando a Vasco de Gama hasta la India y las islas de las especias. Él consiguió lo que buscaba, mientras que Colón fue afortunado.
No lo menciona en el libro, pero me imagino que la propagación de las enfermedades también tendrá una componente geográfica importante.
Un ejemplo de esto, que comento en el libro, es la Ruta de la Seda y cómo conectó durante siglos el Mediterráneo con China y en particular el Imperio Mongol aprovechó esta “autopista” para avanzar. Esta ruta sirvió para intercambiar especias, ideas y religiones, pero también enfermedades, como la peste negra. Todas estas rutas están determinadas por la geografía, por los desiertos que las limitan o las grandes cadenas montañosas que te impiden avanzar, como el Himalaya. Así que hay una gran interacción entre las rutas, los movimientos humanos, las enfermedades… y todo eso transforma la historia.
Para terminar, y hablando de pandemias, en España su anterior libro se tituló “Abrir en caso de Apocalipsis”. ¿Lo abrimos ya?
Ja, ja, no creo que haga falta. Fíjate en que, además, en la primera página digo “imagina que hay una pandemia” y ahora me siento como una especie de Nostradamus (risas). Pero la respuesta es no, están pasando cosas muy malas, habrá un enorme impacto en la salud y en la economía, pero no va a colapsar la civilización. Creo que la gente que está acumulando armas y comida preparándose para el fin del mundo se están precipitando. Pero es verdad que vivimos fascinados por la idea de apocalipsis, en la ciencia ficción, y es una buena oportunidad para explicar cómo funcionan las cosas y cómo las hemos aprendido, que es muy parecido a lo que intento hacer en este libro.