Anoche tenía prevista una cena cerca de la zona de los atentados. Aunque los turistas conocen más la parte de la Torre Eiffel, Trocadero o los Elíseos, la zona céntrica por la que salimos los parisinos a comer, cenar y divertirnos es la zona en la donde se llevaron a cabo los atentados. Sabían perfectamente dónde atacaban y a quién lo hacían. La cosa es que al final me enredé en el trabajo y salí tarde, sobre las 19:30, por lo que anulé mi participación en la cena y me fui a casa.
Una vez allí comencé a ver lo que estaba pasando por televisión. Me puse en contacto rápidamente con mis amigos, que sí habían salido a cenar por la zona de los atentados, y me dijeron que la situación era caótica y no tenían datos de lo que estaba pasando. No diré que nos extraña lo que ha pasado, porque hace tres semanas me encontré con un despliegue policial inusual al salir del trabajo. Había rumores de que algo importante podía pasar, pero eso es algo que lleva ocurriendo con cierta frecuencia durante los últimos meses.
París no ha dormido. Hay mucho miedo y la gente no quiere salir a la calle. Hay que recordar que los cuatro terroristas de Bataclan murieron en el asalto de la policía, pero hubo atentados en siete u ocho puntos de París y el resto de terroristas no ha sido detenido. Hay miedo en las calles a que aún se produzca algún atentado más a manos de esos terroristas. La gente camina con la cabeza baja y la mirada perdida. No hay niños en las calles. Ni familias. La gente que ves por las avenidas camina sola y rápido. Se nota el pánico y la conmoción.
Los atentados estaban perfectamente planificados para enganchar a la gente frente a sus televisores y provocar el miedo de la sociedad. Es ese miedo el que les permite manipularnos. No creo que esto pare aquí. Seguirán las matanzas. Yo no tengo miedo. No quiero tenerlo. Creo que cada uno tiene un destino escrito y se irá cuando le toque, sea por una enfermedad, un accidente o un atentado. Tenemos que salir a la calle, volver a hacer París nuestro. Es la única forma de
no salir derrotados de esto.
Como persona dedicada a la comunicación quiero destacar una última cosa que ha sido decisiva en el transcurrir de los atentados. Las redes sociales han sido el verdadero canal de información de los parisinos y de los franceses. Las televisiones han ofrecido el horror que ellos han querido que se viera con sus atentados. Pero la información de servicio ha llegado a través de las redes sociales.
* Natalie Robles, parisina, es responsable de Comunicación Digital de SNFC