Javier Tebas siempre ha sido un bocazas, pero una cosa es decir barbaridades desde la innegociable libertad de expresión personal de cada uno y otra bien distinta provocar incendios diarios siendo el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), su actual cargo.
Hace tiempo que Tebas cruzó varias fronteras de lo admisible, pero este sábado subió un peldaño hacia el peligroso abismo de la demagogia y de la cizaña. Es inadmisible sembrar la semilla de la confrontación entre clubes de fútbol e incluso entre ciudadanos españoles.
El señor presidente del fútbol profesional patrio participó en un debate, 'Fútbol ¿deporte o negocio?', se le fue calentando la boca y, sin calibrar las cosas que están pasando en la sociedad española, dejó algunas perlas que son de una inconsciencia supina.
Que Liga y Federación estén en guerra civil permanente es una lacra culpa de ambos organismos (si España ya es una potencia mundial en fútbol, ¿qué sería si los dos máximos organismos de este deporte caminasen juntos y unidos?), pero utilizar la demagogia más barata para pretender ganar la penúltima batalla es ruin y arriesgado.
"No estoy para nada de acuerdo en pagar una prima de 720.000 euros a los jugadores por ganar el Mundial", arengó Tebas. Lo que se calló el presidente de los endeudados clubes profesionales españoles es que la Federación da esa prima porque puede y le da la gana. Porque sale íntegramente de sus arcas privadas.
El organismo que preside Ángel María Villar es un desastre en algunas cosas, pero en el apartado económico no se le puede poner un pero. Y menos desde la óptica de lo público. Porque Tebas, habitualmente dañino, sabe de la crítica social que ha provocado esa considerable cantidad que percibirán los elegidos por Del Bosque para Brasil. Y, en lugar de explicar la verdad o pasar de puntillas, hurga en una herida injusta.
O, a lo mejor, es envidia. Porque el presidente de la LFP sabe de sobra que si España gana el Mundial su odiada FEF recibirá 27 millones de euros de la FIFA. Y sabe también que Villar ha sido capaz de buscarse 17 patrocinadores que ingresan en caja unos 50 millones al año. Y, sobre todo, sabe que debido a esa boyante economía la Federación renuncia desde hace tres años a la jugosa subvención de dinero público que, por Ley, le tendría que dar el Consejo Superior de Deportes.
Tebas es malo para el fútbol español. Por lo antes contado y porque en la misma conferencia volvió a exhibir su descarado favoritismo hacia los dos grandes clubes: “Una Liga europea (entre los grandes clubes de cada país) es inviable. Barcelona y Madrid no sobrevivirían en una competición que no ganen siempre".
No se paró ahí. También tuvo tiempo y cara para intentar pinchar la ilusión de los aficionados del Valencia. "La entrada de Peter Lim (nuevo accionista mayoritario del club) no me gusta. No soy partidario de ese modelo de club”. ¿Teme quizás que el dinero del multimillonario de Singapur convierta al Valencia en verdadero rival de Madrid y Barça?
¿O quizás barrunta que con las espaldas económicas bien cubiertas, el Valencia encabece por fin una revolución en la LFP cuyo primer paso sea pedir la cabeza del propio Tebas? Desde luego, el fútbol español saldría ganando.