El lunes, los restos de José Antonio Primo de Rivera serán exhumados del Valle de los Caídos en cumplimiento de la nueva ley de Memoria Histórica. El fundador de la Falange –al contrario que Franco- sí fue víctima de la Guerra (in)Civil y podía permanecer enterrado en Cuelgamuros siempre y cuando no fuera en un lugar preminente, como estaba hasta ahora.
El propio José Antonio, fusilado en Alicante tras un simulacro de juicio y arrojado a una fosa común (sus restos pudieron ser identificados porque el enterrador de la cárcel se ocupó de dejar las pistas suficientes), dejó dicho que quería ser enterrado en un cementerio religioso, y la familia ha decidido no entrar en el juego del Gobierno: el lunes, sus restos reposarán definitivamente en el camposanto de San Isidro. Pedro Sánchez y su inefable edecán Bolaños no podrán seguir exprimiendo en campaña el ‘francomodín’ –Ayuso dixit-.
Ya que este Gobierno tiene tanto afán por remover huesos y el pasado cada vez que se acerca una campaña electoral –para los hombres y mujeres de Sánchez, ETA ‘ya no existe’ pero el franquismo está más vivo que nunca cuando les interesa- no estaría de más que en ese recurrente e interesado viaje al pasado redescubrieran la figura de Melchor Rodríguez, “el ángel rojo”, que el 15 de mayo será reconocido con la medalla del Ayuntamiento de Madrid.
¿Quién fue el 'ángel rojo'?
Trianero, torero y anarquista, Melchor Rodríguez encarna el humanismo libertario y la fe en el ser humano incluso en los peores momentos de una guerra civil. En Madrid, la República por la que luchó desde el sindicalismo anarquista para que llegara –y por lo que pasó varias veces por la cárcel- acabó, después de 1931, por encarcelarle también por denunciar cómo olvidaba a los obreros más desfavorecidos.
La guerra le pilló en Madrid y defendió la República, pero pronto empezó a denunciar los paseos, las checas y las sacas. A partir del 6 de noviembre del 36, cuando el Gobierno de la República huía a Valencia convencido de que la capital caería sin remedio, Santiago Carrillo y Amor Nuño se ocuparon –como demostraron finalmente las investigaciones de Reverte- de que los presos fascistas que se agolpaban en la Modelo de Moncloa no fueran liberados por las tropas que atacarían Madrid desde el Parque del Oeste a escasos metros de la cárcel.
En Madrid, la República por la que luchó desde el sindicalismo anarquista para que llegara –y por lo que pasó varias veces por la cárcel- acabó, después de 1931, por encarcelarle también por denunciar cómo olvidaba a los obreros más desfavorecidos
Eran las famosas ‘sacas’: bajo el pretexto de evacuar a los presos a Chinchilla y otras prisiones, eran ejecutados en Torrejón de Ardoz –hasta que las fosas se llenaron- y luego en Paracuellos. Hasta que Melchor Rodríguez, que exige ser nombrado delegado de Prisiones, pone fin a estos traslados. Con su Ford T y dos ayudantes –que al final resultaron ser de la Quinta Columna- recorre todas las prisiones y exige que no se firme ningún traslado de presos sin su autorización.
Él, con una pistola al cinto y su lema “Se puede morir por las ideas, nunca matar por ellas”, puso fin a las ejecuciones. Quizá por ello, Carrillo siempre le acusó de ser un quintacolumnista. Falso: el problema es que Melchor Rodríguez acaba con el mito de que las ejecuciones eran fruto de elementos “incontrolados” e imposibles de parar.
Melchor Rodríguez, junto con su grupo anarquista “los Libertos”, se incautó al principio de la guerra del Palacio de Viana. Allí dio cobijo a los criados de la casa y a muchos otros perseguidos. Hizo un inventario de todos los bienes y, cuando los legítimos propietarios lo recuperaron en 1939, “no faltaba ni una cucharilla de plata”.
Melchor Rodríguez también impidió el asalto a la cárcel de Alcalá de Henares, donde la muchedumbre clamaba venganza tras un bombardeo de la aviación franquista y exigía linchar a los presos. El ‘Ángel Rojo’ se abrió la camisa ante uno de los milicianos que le apuntaba con el fusil y le exigió que, si quería acabar con los reclusos sin un juicio, antes le matara a él.
Melchor Rodríguez precipitó el final de la guerra participando en el golpe de Casado, Cipriano Mera y Besteiro contra el Gobierno de Negrín y los comunistas –algo que tampoco le perdonó jamás Carrillo- y acabó entregando él como alcalde interino –el titular Henche de la Plata había huido- la capital a las tropas franquistas en el Palacio de Amboage, hoy sede de la embajada italiana.
Convencido de que no había hecho mal a nadie, participó tras la guerra en un homenaje a sus amigos, los hermanos Álvarez Quintero. No en vano, y ya como delegado de Cementerios, él había garantizado que Serafín fuera enterrado con un crucifijo el 12 de abril de 1938 en el Madrid sitiado, el único crucifijo que se permitió en los tres años de guerra en la capital. La noticia del homenaje se reprodujo en el ABC… y Melchor Rodríguez fue detenido.
El 14 de febrero de 1972, Melchor Rodríguez muere. Es enterrado en un ataúd arropado con una banda rojinegra de la CNT en pleno franquismo. Se canta el himno de la CNT y Martín Artajo reza un Padre Nuestro
En el juicio, el fiscal pide la pena de muerte por su participación en el Gobierno de la Junta de Defensa Nacional, pero el general Agustín Muñoz Grandes pide la palabra y muestra un manifiesto firmado por más de mil personas –entre los que se encuentran militares, literatos y personas anónimas- que piden interceder por quien intercedió por ellos. Se le conmuta la pena capital por la de 20 años de cárcel. En 1944, el ‘Ángel Rojo’ queda libre.
Melchor Rodríguez, junto a su hija Amapola, vive en la calle Libertad vendiendo seguros. Ministros de Franco como Martín Artajo le ofrecen entrar en el sindicato vertical ,lo que él rechaza. Vuelve a ser encarcelado por introducir propaganda en la cárcel en su visita a los presos. Nunca dejó su activismo y su preocupación por los presos: él había sido encarcelado más de treinta veces con tres regímenes distintos, la dictadura de Primo de Rivera, la República y la dictadura de Franco.
El 14 de febrero de 1972, Melchor Rodríguez muere. Es enterrado en un ataúd arropado con una banda rojinegra de la CNT en pleno franquismo. Se canta el himno de la CNT y Martín Artajo reza un Padre Nuestro. Melchor Rodríguez reconcilia a las dos Españas en el momento de su muerte. No tuvo una calle en Madrid hasta hace unos años y por iniciativa de Cs. Ahora recibirá la medalla de la capital. Su figura molesta a algunos.
jgarejula2
De donde se demuestra una vez más que ser decente y honrado en España es un acto de heroísmo. Ya lo dejó dicho Valle Inclán y ejemplos en nuestra Historia los hay a cientos desde hace siglos.
Franz Chubert
En apenas 10 segundos, el genocida cobarde Carrillo se define en el vídeo. Nunca se le debió permitir volver a España sino para pagar por todo lo que hizo.
Franz Chubert
Debería ser llamado rl ángel rojinegro. Nunca fue comunista. Y creo que de haber estado en Barcelona, lo habrían matado, o ERC antes o los comunistas ya después del 36. A José Antonio lo han movido ya cinco veces. A Santxez y a su caniche Bolaños se les recordará como lo que son, dos don nadies despreciados y despreciables. Sobre José Antonio se seguirá escribiendo, se le seguirá leyendo y admirando siempre.
Naviero
Agradecer la publicación de este artículo para darnos a conocer, al menos a mi, a una histórica persona de bien y de una valentía fuera de serie.
Pontevedresa
Creo que una persona con esa trayectoria humanitaria hacia los que la izquierda consideraba sus enemigos, debe ser reconocido.
Xirolme
Bonito artículo. Leo Ferré, Los Anarquistas!
Wesly
Es lo que tienen estos sectarios llenos de rencor y de odio. La arbitrariedad es su modus pensante. Violencia buena (la suya) y mala (la de los demás, los fachas), memoria histórica buena (la que nos pretenden inculcar) y mala (la que pretenden ocultar), corrupción buena (la suya) y mala (la de los demás), libertad de expresión buena (la suya) y mala (la de los demás, los fachas). Pretenden obligarnos a comulgar con las ruedas de molino que se inventan, pretenden obligarnos a aceptar acríticamente los dogmas de fe que se inventan. Está por ver si serán capaces incluso de penalizar a todos aquellos que no estemos dispuestos a someternos sumisamente a sus exigencias sectarias e irracionales.
vallecas
Posiblemente este señor, al igual nosotros, que durante décadas hemos sido engañados, no supiera que lo que se estaba dilucidando en la Guerra Civil era quien iba a ser el dictador de España. Franco o Stalin.
kayser
¡Qué necesitados estamos de referentes como Melchor Rodríguez para volver a reconocer la palabra dignidad! Que el último traslado de los restos de José Antonio, vil mente asesinado por los que se otorgan la etiqueta de la libertad, al menos sirva contra la propaganda comunista que todo lo arrasa sin apenas encontrar en su camino antídotos
Pablito 1
Lejos del olvido, hoy con los removidos de cadáveres por éstos delincuentes, hijos y nietos de aquellos piromanos asesinos de 1936, impostores, tanto o más que la actual Moncloa y sus consejeros, he sacado del estante una publicacion recopilatoria de los hechos y dichos de José Antonio Primo de Rivera. Como en otras ocasiones me he emocionado. En cierta forma, al cencerro de Pedro Sánchez, el mentiras, le tengo que agradecer volver a encontrarme con éste héroe, José Antonio, que asesinaron cómo a tantos otros los carniceros de la falsa República. Que Dios los perdone, aunque sea de mal cristiano, yo no puedo.
RAFA PEREZ
Si no triunfa el Alzamiento Nacional en 1939, los soviets se habrían instalado en España durante 50 años y hubiéramos vivido, hasta 1991, caída del “muro de Berlín”, como Hungría, Bulgaria, Polonia…. Esa era la intención documentada y confesada públicamente por el entonces líder de los golpistas social-comunistas, Largo Caballero. Los mismos socialistas que en 1934 ya intentaron el golpe de estado contra la República, disfrazado de huelga general y revolución popular. “El 21 de febrero de 1936, Edward Knoblaugh (1904-1976), corresponsal de la agencia de noticias Associated Press (AP) en España, publicó unas incendiarias declaraciones de Francisco Largo Caballero, presidente del PSOE, secretario general de UGT y convencido bolchevique: «Habrá soviet en España cuando caiga Azaña». Posteriormente, Largo Caballero, estando en la cárcel le dijo: “que su meta era una unión de Repúblicas Ibéricas Soviéticas". En algunos de sus artículos, cuando Edward Knoblaugh ya llevaba más de cuatro años entre los españoles, en un largo artículo, añadía: “Largo Caballero asaltará el poder cuando esté dispuesto... Antes de cinco años España será soviética” República, disfrazado de huelga general y revolución popular. Largo Caballero, era un político prosoviético, violento y golpista; sin embargo, actualmente, se sigue homenajeando, gracias a esa ley de memoria democrática que lo considera un héroe. Por cierto, ley que no tiene nada de democrática por ser sectaria, incluso, discriminatoria entre los suyos.
Urenga
"los presos fascistas que se agolpaban en la Modelo de Moncloa" Debería haber entrecomillado la frase como hago yo, salvo que también considere Vd. que también todos los menores, religiosos, católicos practicantes, ingenieros de ministerios y como tales con graduación militar, señores con sombrero que pasaban por ahí, etc. eran fascistas.
Poconospasa
Curioso que los hijos de los que le asesinaron, son los que le humillan ahora. Él no mató a nadie. Es infinita la maldad y bajeza humana de algunos individuos.
Poconospasa
Curioso que los hijos de los que le asesinaron, sean los que le humillan ahora. Él nunca mató a nadie. Es infinita la maldad y bajeza humana de determinados individuos.
agapito el viejo
Cuando seremos capaces los españoles de acabar con el cainismo historico de la G.C. mucho metemo que mientras la ixquierda siga queriendo convertir su derrota en victoria y mientraas la extrema derecha siga criticando al cetroderecha moderado, desprenderno de la division existente entre buenos y malos españoles seguira presente en nuestras vidas, y con figuras politicas como Sanchez y Abascal la situacion seguira agravandose. Solo con politicos como Moreno Bonilla la situacion de crispacion podria relajarse de forma que la politica silviera solo para mirar por el bien de toda la nacion española
Situ
La sensación generalizada es que al PP no le interesa mucho el debate y menos aún la derogación de la "in" ley de desmemoria histérica. No estaría demas en Madrid poner una placa conmemorativa en los 17 edificios públicos donde hubo ubicadas checas. Como en cualquier otro lugar conocido de nuestra geografía Barcelona Valencia etc