Opinión

¿4.000 beneficiados? La gran mentira de la amnistía de Puigdemont

Entre las innumerables mentiras con las que Carles Puigdemont –el fugado de Waterloo en un maletero- adorna su victimismo y el de su causa 'indepe', una de las más descaradas, aunque no por ello menos importante, es la del número de 'v

  • El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. -

Entre las innumerables mentiras con las que Carles Puigdemont –el fugado de Waterloo en un maletero- adorna su victimismo y el de su causa 'indepe', una de las más descaradas, aunque no por ello menos importante, es la del número de 'víctimas de la tiranía española' que deberían verse beneficiadas por la amnistía que ya ha pactado con Pedro Sánchez.

Atacado por ese mismo virus que hinchó las víctimas del 1-O, que hace clamar al viento el "España nos roba" o culpa de las listas de espera en la sanidad catalana a la bajada de impuestos de Ayuso en Madrid –cualquier enemigo exterior es bueno para tapar la propia incompetencia- Puigdemont y sus huestes han hecho creer que la amnistía debería beneficiar a más de 4.000 personas "perseguidas" por todo lo que rodea al procés. Nada más lejos de la realidad.

Puigdemont y sus secuaces –con su abogado chileno a la cabeza, condenado por colaborar con el terrorismo en el secuestro de Emiliano Revilla y a la espera de juicio acusado de blanquear dinero de sus clientes narcotraficantes, ¡vaya joya, Gonzalo Boye!- llevan proclamando la cifra de los 4.000 beneficiados con el único interés de tapar que, en realidad, Puigdemont quiere la amnistía de Sánchez para él y para no tener que pasar ni un día en el trullo. Que Carles –al contrario que Junqueras- no tiene nada del espíritu mártir del católico líder republicano que siguió viendo a Dios en las celdas de Soto del Real y daba clase a Rodrigo Rato y a Luis Bárcenas.

Costa ataca a Puigdemont

Hace unos días, un antiguo hombre de confianza de Puigdemont desmontaba en un artículo el mito de los 4.000 beneficiados por la amnistía. Josep Costa, exvicepresidente del Parlament, con mucho aprecio entre los círculos indepes que no quieren "blanquear" a Sánchez por las 30 monedas de la amnistía, publicaba "Socializar Rendición", como muy bien recordaba esta misma semana el siempre avezado analista gallego afincado en Barcelona, Antonio Fernández.

"Una radiografía de la represión nos indica que los encausados con riesgo de ir a prisión no son miles. Ni tan solo centenares. Son, como mucho, unas decenas, de los que la mayoría son políticos o expolíticos. Básicamente, los exiliados, dos o tres docenas de altos cargos perseguidos por la organización del 1-O, quizá los responsables de Tsunami y algunos casos individuales", aseguraba Costa en su artículo, desmontando el mito que, machaconamente, proclama la propaganda de Waterloo y se traga la mayor parte de la sociedad catalana y, desgraciadamente, parte del resto de España.

Y Costa pasa a dar cifras que echan por tierra todo el relato mítico fantástico de Puigdemont con el que solo pretenden 'socializar' una amnistía que, en realidad, tiene casi un único beneficiario: Puigdemont y, si acaso, su guardia pretoriana. "Resulta que los independentistas que tienen o han tenido alguna causa judicial –detalla Costa- no llegan ni a 1.500. Según Òmnium Cultural, los potenciales beneficiarios de la amnistía que se está negociando serían, como mucho, 1.432".

Sin embargo, Costa sigue rebajando esas cifras infladas por Òmnium: "De las 1.432 causas judiciales, hay muchísimas que ya están archivadas o que han acabado en una absolución. Y de las que han acabado en condenas leves, muchas ya cumplidas, la amnistía servirá para cancelar antecedentes penales y poco más (…) De momento, las sentencias de prisión que se han dictado han acabado todas suspendidas y la inmensa mayoría no se deberán cumplir porque no superan los dos años".

Es decir, que la amnistía tiene como objetivo beneficiar fundamentalmente y casi de manera exclusiva a los políticos del procés que ya han sido condenados o a los que, como Puigdemont, tienen que ponerse aún delante del banquillo.

Los 'ultras' –que en esto del independentismo aún los hay más que Puigdemont- rechazan incluso la posibilidad de ser amnistiados. Es el caso de Roger Espanyol, un radical que perdió un ojo por una pelota de goma de la Policía en una protesta en la que el activista arrojó vallas a los agentes. Espanyol –en el apellido lleva la penitencia- optó al Senado por Junts y no sacó los votos necesarios. Ahora, rechaza la amnistía porque ello serviría para "blanquear" al presidente del Gobierno y, según ellos, para que el Gobierno español lavara su imagen en el plano internacional.

Fernández también citaba esta semana que, según el portal 'Verificat', aparte de los 1.432 activistas que se podrían beneficiar de la amnistía, habría 1.639 "víctimas de la violencia policial y de agresiones fascistas", 1.200 personas "afectadas por procedimientos administrativos y contables" y 65 "víctimas del espionaje político español": en total , 4.336, que coincide básicamente con el mito que propaga Puigdemont.

Pero el propio portal 'Verificat', nada sospechoso de españolismo, dice que de esos 4.336 solo hay unas 700 causas abiertas, y que de las 1.400 personas investigadas desde 2017 por los sucesos del procés, solo han ido a juicio poco más de 50 y solo la mitad han sido condenados.

¿A quién, entonces, beneficiaría la amnistía que con tanto empeño ha negociado Puigdemont con el inquilino de la Moncloa a cambio de investirle? Bien, pues según 'Verificat', a los siete fugados hay que añadir 30 investigados en el sumario que lleva el juzgado de Instrucción 13 de Barcelona, cuatro más de la Mesa del Parlament, cinco miembros de la Sindicatura Electoral del 1-O y algunos alcaldes.

De "los 712 alcaldes que la Fiscalía anunció que investigaría por el 1 de octubre, al final, la Justicia acabó abriendo diligencias contra 78. A 65 se les archivó la causa, dos fueron absueltos, dos fueron condenados y quedan nueve con la instrucción abierta o pendientes de juicio oral". Es decir, 11 ediles que podrían ser beneficiados, nada de cientos. A ellos habría que añadir los 12 acusados de los CDR en la operación Judas, 21 más por la causa Voloh y otros 10 en una causa que investiga posibles delitos en la acción exterior de la Generalitat.

En otros tribunales están 50 investigados por los cortes de carretera en Granollers, otros 200 en Figueras por el corte de la autopista en 2019, 8 condenados por las protestas en el clásico de diciembre de 2019 y 38 personas en tres causas que han interpuesto recurso de casación. Es decir, que tirando por elevación, los beneficiados de la amnistía no llegarían ni mucho menos a 400, la décima parte de los más de 4.000 que vende y proclama la Corte de Waterloo.

Josep Costa, antigua mano derecha de Puigdemont: "Quien quiera una solución personal, que deje la política y haga los pactos que sea para evitar la prisión o volver del exilio. Pero que no nos ponga de excusa"

Por ello, Costa –la otrora mano derecha de Puigdemont- sentencia que "no parece que la amnistía esté pensada para los independentistas de base. Ni cuantitativa ni cualitativamente (…) La mayor parte de la gente que tiene urgencia de arreglar su situación personal (evitar la prisión o la inhabilitación) vuelven a ser políticos y expolíticos", en un claro mensaje dirigido a Puigdemont. "Quien quiera una solución personal, que deje la política y haga los pactos que sea para evitar la prisión o volver del exilio. Pero que no nos ponga de excusa ni trafique con nuestra libertad nacional para poder continuar haciendo política", señala Costa.

Y es aquí donde mienta la bicha para Puigdemont: que quede al descubierto su tinglado y que, como le sucedió a Junqueras y los suyos cuando negociaron los indultos, acaben siendo acusados de 'botiflers' por el electorado indepe y en las elecciones catalanas –que son las que de verdad interesan a Puigdemont- acaben siendo defenestrados por haber "cambiado perdón por libertad". Y eso es lo único que, a estas alturas, retrasa el sí de Puigdemont a la investidura de Sánchez y tiene de los nervios a Moncloa.

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