Hoy quisiera contarles un cuento inspirado en el Imperio bizantino. Está basado en hechos auténticos, que sucedieron en el siglo XV, pero es una invención. Dice así:
Estamos en Constantinopla (o Bizancio), capital de un imperio grande y próspero. El emperador o basiléus era el buen Filipos VI, pero este contaba poco porque apenas tenía poder y además se pasaba la vida regañando con su amplia y peligrosa familia. Quien de verdad mandaba en el imperio, o al menos eso pensaba él, era el patriarca Petros I Sancheólogo, que también tenía sus problemas: el más importante era el visir Paulos Eklesiastikós, quien, como todos los visires (véase la maravillosa serie El visir Iznogud, creada por Goscinny y Tabary hace casi 60 años) soñaba con reemplazar a su superior y ser patriarca en lugar del patriarca.
Todo iba más o menos bien hasta que ante las puertas de Constantinopla se presentaron, de improviso, los otomanos, comandados por el sultán Suleimán Pachá Covid XIX. Pretendían conquistar el imperio y devastarlo, como habían hecho con medio mundo. Hubo guerra. Hubo muchos muertos, muchísimos. Tras la primera acometida, el patriarca Petros Sancheólogo se puso al frente de las tropas bizantinas; decidió defender la ciudad fortificando todos sus barrios y cerrando sin contemplaciones los mercados, los bazares, las tabernas, las iglesias, las casas de baños y hasta las prósperas fábricas de mosaicos. Funcionó. Los otomanos de Covid XIX fueron contenidos y acamparon fuera de las murallas, en espera de que los sitiados cometiesen un error.
Empezaron a discutir todos con todos, y a gritar: queremos saliiir, queremos volver a nuestra vida de antes, el enemigo ha sido derrotado y tú, patriarca, eres un torpe que no se entera
Y el error fue la división. Había en Bizancio muchos nobles, duques y condes, eparcas y strategoi, y cada uno tenía sus seguidores, su hueste, su feudo y sus propios planes. Eso había funcionado bien durante generaciones, porque todos tenían claro que el imperio era lo primero. Pero, con el paso del tiempo, aquella gente de alto rango había dado en pensar que ellos eran mucho importantes que los ciudadanos, y que el patriarca Sancheólogo era un piernas al que había que derribar como fuese, para ocupar su lugar. Y al ver que los otomanos de Covid XIX parecían vencidos y se habían retirado al otro lado del Bósforo, empezaron a protestar. Ya vale de encierros, ya vale clausuras, ya vale de opresión y tiranía, dijeron. Y dieron en proferir grandes voces en la Asamblea que los reunía en la Basílica de los Leones, y empezaron a discutir todos con todos, y a gritar: queremos salir, queremos saliiir, queremos volver a nuestra vida de antes, el enemigo ha sido derrotado y tú, patriarca, eres un torpe que no se entera de nada. Y el patriarca Petros dijo: muy bien. Si así lo queréis, y para que dejéis de chillar, que me estáis poniendo la cabeza loca, pues hala, pues abrimos las calles y los bazares y los jardines y haced lo que os dé la gana.
La culpa es del patriarca
En cuanto los otomanos vieron que los sitiados relajaban sus defensas y se distraían, hicieron lo lógico: embistieron de nuevo. Una segunda vez y, poco después, una tercera, con refuerzos de mercenarios extranjeros (los temibles covid XIX made in England). Volvió el miedo, volvió la angustia, volvieron las casas de salud a llenarse de cadáveres. Y qué hacemos ahora, se preguntaron todos, gimientes y asustados. ¡La culpa la tiene el cretino del patriarca, que nos dejó salir cuando ninguno queríamos! El patriarca Petros dijo: ah, a mí no me miréis. Yo tomé hace un año decisiones muy duras que funcionaron bien, pero os quejasteis y me llamasteis tirano y dictador y mil perrerías más. Así que ahora os dejo que hagáis cada uno lo que consideréis conveniente.
Y allí se armó el desastre. Los eparcas y estrategos de diferentes barrios y provincias y feudos empezaron a tomar decisiones contradictorias. Unos mantenían las defensas, otros no. Unos decían que había que estar en la domus a las seis, o a las ocho, o a las diez, o a las doce. Unos, que había que viajar; otros, que no. La eparquesa del centro de Bizancio, la temible Elisabeta Ayusopoulos, se complacía en llevar la contraria a todos los demás, dijeran lo que dijesen, porque lo que en realidad quería era ganarse el favor del pueblo para suplantar al jefe de su facción, el estrategós Paulos Pantremenos (en español: casado), y, más adelante, llegar a ser patriarca ella misma. Las escuadras del torvo caudillo Santiagós Abaskaliadis, de quien se decía que en realidad estaba de parte de los otomanos para destruir el imperio y proclamar una tiranía como la antigua del huno Atila, se oponían a todo, fomentaban el miedo de la gente y, atizando la desesperación, ganaban partidarios. Unos eparcas decidían que de su barrio o feudo se podía salir, pero no entrar. Otros dictaminaban que en sus dominios se podía entrar, pero no salir. Alguno, como el norteño Mikelangelós Revilladakis, decía: pongámonos de acuerdo de una puñetera vez. Y otros replicaban: no estamos de acuerdo en que debamos ponernos de acuerdo. Somos libres. Somos soberanos. Somos diferentes, ya lo ves, esta verdad destrosa el corasón (bolero constantinopolitano).
Y aquí el cuento se junta con la historia. El 29 de mayo de 1453, los otomanos emprendieron una acometida irresistible contra Constantinopla. Dice la leyenda que entraron hasta la basílica en que estaban todos los líderes reunidos, enfrascados en una vehemente e iracunda discusión sobre qué sexo tenían los ángeles. Y los pasaron a cuchillo a todos. Como es natural.
Contamos con un aliado muy poderoso: las vacunas. Pero es un aliado lento, caro y que tardará mucho tiempo en funcionar para todos
Bien es cierto que nosotros, a diferencia de los bizantinos del siglo XV, contamos con un aliado muy poderoso: las vacunas. Pero es un aliado lento, caro y que tardará mucho tiempo en funcionar para todos. Las vacunas no han impedido que nuestros eparcas y strategoi se pongan a hacer lo que más les gusta: reñir, discutir interminablemente, dar voces y hacer muecas y visajes mientras disputan sobre temas tan apasionantes como la Semana Santa, las fechas de la Semana Santa, si se puede cambiar de sitio en el calendario a la Semana Santa o eso le quitará santidad, sobre la conveniencia o no de permitir los viajes para ver procesiones o para huir de ellas…
Yo creo que alguien tiene que poner orden en todo esto. O se toma una decisión común, para todos, y lo hace quien puede y debería hacerlo (como sucedió en marzo del año pasado), o más vale que nos vayamos preparando para la cuarta ola de los virus otomanos, porque sin la menor duda llegará. Y la quinta. Y quién sabe cuántas más. Porque el virus se transmite por el aire y por el contacto personal, eso ya lo sabemos, pero su velocidad de transmisión aumenta exponencialmente a través de la indecisión, de los titubeos, de los politiqueos egoístas, de las improvisaciones, de las querellas de partidos y, por decirlo de una vez, de las gilipolleces que a todos nos llegan ya más arriba de la cintura. Al precio insoportable de 70.000 muertos. Hasta hoy.
¿Y el patriarca Petros Sancheólogo? Pues no recibe, está enfermo. Se le ha infectado la muela vicepresidencial y el dolor no le deja vivir, de día no duerme y de noche no come. Ni con nolotiles se le pasa, pobrecito.
Pedro Del Pulgar
Tengo la sospecha de que el señor Cacho, el cual ha pasado su vida porculizando periodísticamente a todo quisqui, ahora el ovetense se le ha estrechado y ha puesto censura estricta a los comentarios de los lectores.
Pedro Del Pulgar
Alon102ha bebido más en "la copa o caliz" de Algorri que la Lola en la del juez Garzón. Guarretes
Sor Intrepida
Se me olvidaba: el Jefe del EM de la guardia pretoriana del gran visir el General De Santiago nos avisó el 19/04/20: "Nosotros estamos trabajando con nuestros especialistas en dos direcciones. Una, a través de la jefatura de información, con el objetivo de evitar el estrés social que producen todas estas series de bulos Y otra de las líneas de trabajo es también minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno. Todos estos bulos los tratamos de desmentir a través de nuestras redes sociales". Se refería a las acciones enemigas para socavar nuestra moral de combate.Por mi parte, nada que reprochar al General,gracias por el aviso mi General.No bajaremos la guardia.
Renglon
Vaya panorama
Zrem
¿Porqué a la Presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso la califica de temible?. No llevaba la contraria a todos los demás, era la única que no era sumisa y no se conformaba con usar políticas sanitarias erróneas, solucionaba los problemas con antelación y se defendía de los acosos continuos y defendía Madrid. La aproximación del gobierno a la resolución de la pandemia equivocada y sin diálogo, se ha mostrado de una forma clara con la actitud virulenta en contra de las soluciones sanitarias y económicas tempranas, que Isabel Díaz Ayuso, en su soledad y sin apoyos, ha propuesto desde el inicio y que a pesar de las furiosas manifestaciones orquestadas, vejaciones y ataques con insultos graves de los medios de comunicación palmeros, el uso extremo del poder y de la fuerza política incluso con intentos de moción de censura, al final, esas soluciones han prosperado, ante el asombro de todo el mundo. Los que siempre han llevado y llevan gravemente la contraria y contra la ley es la Comunidad de Cataluña, que no menciona. Pero que tampoco interesa. ¿Cómo puede acusar al jefe de un partido político constitucional de usarse del Covid –19 para destruir la Nación Española e instaurar una dictadura? Decir eso es una gran irresponsabilidad y una impúdica falsedad. Lo que si que se reconoce es que es Ud. un extraordinario mal cuentista, ni Iván Redondo se saca de la manga un relato fabricado como el suyo tan fantástico. El jefe del gobierno estuvo ausente al principio de la pandemia y después del 8M. Nos sumió en un estado de excepción tan fuerte como en la Edad Media, no consiguieron ni mascarillas y el vicepresidente no visitó ninguna residencia de ancianos. No hubo nunca una política sanitaria sino solo proagandistica. Nunca se venció al virus y la desescalada fue extraordinaria rápida y violenta, en vez de escalonada y con claras normativas al no existir expertos de prestigio. Se abandonó la pandemia en manos de las 17 Comunidades y 2 ciudades (Casi nada), pero lo que se pedía era que después el estado ejerciese una coordinacióne ntre las comunidades que no se hizo. Se olvida de las elecciones catalanas, del 8M del 2020, donde a muchos se les empezó a ir la vida, y del 8M que viene con 60.000 Señoras dando saltos y cantando en la calle, etc. Que seamos la nación peor en datos pandémicos no es culpa de los españoles, ni de las autonomías, han hecho siempre lo que han podido sin una guía ni coordinación. Sumidos y desconcertados en un sórdido mundo de propaganda.
Carabino
El principal problema de Bizancio, fué no aprender de sus enemigos, copiar sus estrategias de combate mejorándolas y adaptándolas al terreno, haciendo de este, un aliado más, como ya hicieran los romanos, copiando, no solo las formas de combatir, sino incluso el armanento como la espada, la falarica, el soliferrum y las estrategias hispanas de combate, que tantas victorias le proporcionaran a las armas de Roma. Una cuarta ola no és imposible, máxime si se facilita que el virus pueda contagiar al mayor número posiblr de personas jóvenes que son las que mas se mueven y mas tiempo conviven con otros grupos de jóvenes, lo cual posibilitaría un número infinito de mutaciones del patógeno,que lo lo haría, sino mas agresivo si, mucho más contagioso y mas activo cada nueva mutación..
Urente
Se debería contar más bien como que Sancheólogo al combatir la primera oleada la cagó bastante, antes, durante y después de ella, y recibió tantas y merecidas críticas que su asesor decidió que el toro no los volvía a pillar. Por ello, decidió hacer dejación total de funciones y que cada jefe de barrio hiciese lo que le viniera en gana. Mientras él siguiese ocupando el Palacio Imperial y pudiese seguir tocando la lira disfrutando del espectáculo de desolación, allá películas. Etc.
Pedro Del Pulgar
Un catalán ni de joven es chaval. Tome nota.
Jeribeque
Excelente artículo, como todos los de Luis Algorri. Diferente, elegante, divertido. Un lujo para Voz Populi y un placer para sus lectores no sectarios. Gracias
Arcano1964
Este artículo atufa a fuel de apisonadora gris. Es obvio que debe haber un mando único. Y no solo para España, sino para toda Europa. Es obvio que se debe minimizar riesgos, con cabeza y, sobre todo, con proporcionalidad. No puedo prohibir manifas en Madrid y en Valencia hacerlas, no puedo permitir manifas y prohibir actos religiosos. O la gente se puede juntar manteniendo las distancias o no puede, no según conveniencia. Porque si permitimos que haya, con distancia, gente en un espectáculo en recinto cerrado, permitimos los que se junten al aire libre para lo que sea; si ponemos distancias, los cierres perimetrales no se entienden, pero si se ponen, son para TOD@S: los de la localidad, los de la provincia, los de la autonomía y los del estado y los que puedan llegar de otros estados. Sentido común y proporcionalidad.
alon102
Esplendido cuento, ironico y divertido. Se sale del habitual comentario politico, que siempre se parece a otros porque es lo que hacen todos. Da gusto leer a este hombre.
galaxyS9+
Desconocimiento de la historia. En el imperio romano de oriente se empleaba el griego koine antes de pasar a formar parte del imperio otomano y no el griego actual, bastante diferente.
mariem
REALA, lo que usted señala es sólo una parte de la cuestión. Para mí lo más significativo es ¿conseguiría alguien, por ejemplo Cayetana, aglutinar todo el voto anti-Sánchez, o seguirían siendo acérrimos votantes de Sánchez todos los de las paguitas y los del cerebro absorbido por sus vísceras? Eso es lo preocupante.
REALA
En España hay una Milei, con suave y firme acento porteño: Cayetana Álvarez de Toledo. Pero el PP la tiene semiescondida, no vaya a hacer sombra a los dizque mandatarios
SirBaskerville
Bon dia des de Barcelona, capital de Catalunya. Sinceramente, hoy ha estado GENIAL!! Sr. Algorri, toda una lección de fina ironía, usando magistralmente un paralelismo histórico. Sin duda la mejor de las columnas escritas por usted en los últimos meses, sino años. Saludos.
Pedro Del Pulgar
Menudo pestiño.
alon101
¿ Qué estupidez ? ¿ No ? Además, blanqueando a Sánchez.