Año 1976. El PSOE celebró su 27 Congreso en el Hotel Meliá de Madrid. Todavía no era un partido legalizado. Nadie se hubiera atrevido a enviar a la policía a interrumpir una cita a la que asistieron Willy Brant, Olof Palme, François Mitterrand y otros cuantos líderes de la socialdemocracia mundial.
Asistí como delegado por la Federación Provincial de Badajoz. Entre las enmiendas que presenté a ese cónclave sobresalía la que dejaba en libertad a los afiliados socialistas para no tener que militar obligatoriamente en el sindicato de la Unión General de Trabajadores. Creo que no tuve tiempo de hablar en la comisión correspondiente. Casi se me echa físicamente encima el entonces Secretario general de la UGT, Nicolás Redondo Urbieta. La bronca fue de campeonato. No tuve más remedio que retirar la enmienda porque en aquellos tiempo los mayores y con años de militancia a sus espaldas se revestían de una autoridad que ellos no exhibían sino que se la concedíamos los más jóvenes. Ni Nicolás me guardó rencor ni yo he dejado de militar en el sindicato socialista aunque hace ya unos años que la militancia en el mismo no es obligatoria.
Nicolás Redondo fue muchas veces a Extremadura. Cada vez que lo hacía manifestaba su interés en mantener un contacto conmigo que, en esos tiempos, yo ocupaba la presidencia de la Junta de Extremadura. Manifestaba un enorme interés por las medidas que se adoptaban en mi región y, particularmente, por el desarrollo de los pueblos y de la gente que se dedicaba a las labores agrícolas. Los jornaleros extremeños y andaluces formaban parte de sus preocupaciones como dirigente sindical. Siempre preguntaba por cómo se estaba aplicando el llamado Plan de Empleo Rural y que efectos tenía dicho plan sobre la economía de los trabajadores acogidos a esa modalidad y sobre los pueblos en los que vivían.
Jamás le escuché una crítica sobre la política que llevábamos adelante en la Junta de Extremadura y siempre se ofreció como nuestro interlocutor ante algunos ministros del gobierno socialista que no estaban de acuerdo con nuestra posición sobre el cierre de las obras de la Central Nuclear de Valdecaballeros o sobre las expropiaciones de algunas fincas manifiestamente mejorables.
La última vez que coincidí con Nicolás Redondo fue en Mérida, hace cinco o seis años con ocasión de su presencia en la sede regional de UGT de Extremadura para el acto de entrega de algunas distinciones con que se reconocía el trabajo de algunas personas en favor de los intereses de los trabajadores extremeños. Como siempre, la charla que mantuvimos sirvió para aprender de la larga y dilatada experiencia de una de las personas que más hizo, junto con Ramón Rubial, Felipe González, Alfonso Guerra y los hermanos Múgica, para que la transición de la dictadura a la democracia fuera un proceso consensuado y para que el PSOE se incardinara en la realidad española desde la juventud y la veteranía.
Siendo UGT un sindicato que en los pueblos compartía sede con el PSOE, nunca nadie pudo acusarlo de estar mediatizado a los intereses del gobierno socialista. La mejor prueba de eso fue la Huelga General del 14 de diciembre de 1988 que supuso un quebranto en las relaciones entre sindicato y partido socialista. Algo se rompió pero nadie pudo acusar a Nicolás Redondo de antisocialista. Cumplió con lo que entendió que era su deber ante una política que los sindicatos más representativos consideraron lesiva para los intereses de los trabajadores. Muchos socialistas que ocupábamos responsabilidades institucionales en ese momento sentimos que la única gran huelga general que se hizo en España en el periodo democrático la tuviera que soportar el gobierno socialista liderada por un sindicato socialista.
Que descanse en paz, Nicolás Redondo Urbieta y que su recuerdo impregne a quienes no han llegado a comprender que la firmeza de las convicciones no está reñida con el entendimiento con los contrarios. El sindicato ugetista pierde un referente histórico al que España debe respeto, admiración y agradecimiento.
Urenga
"Nadie se hubiera atrevido..." Es que los socialistas ni aparecían en el radar de la Brigada Político Social. En la universidad eran sencillamente inexistentes. Ya lo decía el adagio: "Cien años de honradez y cuarenta de vacaciones", de la que luego se vio que sólo la segunda parte era verdad.
Wesly
Nicolás Redondo Urbieta fue un socialista honrado. Como lo es su hijo Nicolás Redondo Terreros, al que el PSOE actual ningunea.
Kubrik
Desde luego que le guardamos respeto, admiración y agradecimiento. Quienes no parecen guardarlo son quienes se supone que están actualmente en su bando. Hoy en día, encontrar un socialista honrado, íntegro y respetable es mucho más complicado sin su presencia. Descanse en paz Nicolás Redondo Urbieta.
NormaDin
Me alegro de que hasta hace unos pocos años Nicolás Redondo aún tuviera alguna actividad, aunque fuera protocolaria. Indicio de que llevaba bien su última etapa vital. Hace mucho que no tenía noticia de este hombre cabal, quizás más de 20 años, en una entrevista radiofónica. Definitivamente, fenece una época.
Mazarino
Pedro SÁnchez PichÓn No Sabe Nada De Nada Ni Se Ha LeÍdo Lo MÁs Elemental De La EconomÍa ,es Un Mentiroso Que DarÁ La Puntilla Merecida A La Psoe
Mazarino
los socialistas marxistas no necesitan abuela.Y escribo LO DE MARXISTAS PORQUE HASTA QUE FELIPE POR CONVENIENCIA ALEMANA BORRÓ EL APELLIDO QUE MANTUVO SU FILIAL EL PCE. ¿sabrá Ibarra que el PCE se creó de la mano del presidente de UGT UGT,Antonio García Quejido ?. RECONOZCO QUE REDONDO URBIETA,NICO ,HA SIDO UNA EXCEPCIÓN EN EL PSOE. UN HOMBRE HONRADO
Milana bonita
El autócrata ególatra de la Moncloaca se basta y se sobra para enterrar profundamente el PSOE... Eso es lo que quedará en los "anales" de la historia... Mal rayo le parta...
vallecas
Como han cambiado las cosas D. Juan Carlos. Lo que era el PSOE y los sindicatos y en lo que se han convertido. Ya que los Socialistas "viejos" no son capaces de poner orden, espero que las urnas lo hagan, eso esperando que el Presidente de España y Secretario General del PSOE Pedro Sánchez cuente correctamente los votos en las próximas Elecciones Generales. Ha demostrado que es capaz de eso y mucho más.