Cuesta felicitar el año cuando apenas ha empezado y no pinta nada bien. Pero no quiero ser negativa, así que voy a aprovechar para hacer una lista de buenos deseos para el año próximo, que esas cosas se estilan mucho por estas fechas.
Deseo que este año tengamos un presidente que no nos mienta, que no haga decretos inconstitucionales ni tome medidas en base a comités de expertos inexistentes. Un presidente que se preocupe por la situación de los españoles, más que de cómo mantenerse en el sillón de la presidencia a toda costa. Y, puestos a pedir, que los españoles dejemos de aplaudir y de votar a quien nos miente, nos roba, nos defrauda y nos engaña, aunque “en mi casa es que siempre votamos a los mismos”.
Voy a pedir también que el Ministerio de Igualdad no sea un chiringuito montado para mantener a unas pobres niñatas que no tendrían donde caerse muertas, que no despilfarre en campañas absurdas el dinero que a todos los ciudadanos nos cuesta tanto ganar y que deje de discriminar al hombre en todo lo que hace.
También me gustaría que este año se dejara de criminalizar a todos aquellos que tienen una opinión distinta. Que a los ofendiditos les escueza de verdad, pero que se den pomada y al resto nos dejen en paz. Que no te llamen facha para callarte la boca, porque casualmente los que suelen usar ese término son más fascistas que nadie.
Así todos competirían con las mismas pruebas. No volveríamos a ver un hombre que se queda fuera, que no consigue plaza, frente a una mujer, aún habiendo obtenido marcas superiores
Pero sobre todo voy a pedir cordura para esos niños y adolescentes que con la ley trans no van a necesitar el permiso de sus padres para mutilarse el cuerpo y empezar un tratamiento hormonal de por vida. A los padres solo puedo desearles suerte, porque cuando nos insistían en que los hijos son del Estado, no sabíamos cómo se las iban a ingeniar para quitar todo el poder de decisión a los padres sobre sus propios hijos. Los problemas que esta monstruosidad de ley va a traer, no los veremos hasta dentro de una década. Y estoy convencida de que lo veremos, con horror.
Aunque no todo va a ser malo con esta ley. Puestos a pedir, creo que estaría genial que los hombres que están opositando para bombero, policía, guardia civil, etc., cambiaran su género en el registro. Es un trámite sencillo, más fácil que empadronarse. Y así todos competirían con las mismas pruebas. No volveríamos a ver un hombre que se queda fuera, que no consigue plaza, frente a una mujer, aún habiendo obtenido marcas superiores que ella en las pruebas físicas.
Pero vayamos más allá. Puestos a soñar, que todos los hombres cambien su género. Se acabó el género masculino. Sería el fin de la ley de violencia de género. Ya no habría violencia machista, ni hombres asesinos que matan a sus hijos para hacer daño a su mujer, mientras que hay pobres mujeres que suicidan a sus hijos porque tienen mucho miedito. La violencia volvería a ser violencia, sin importar quién la ejerce. Como siempre tuvo que ser.
Diréis que es tirar piedras contra mi propio tejado, porque las mujeres biológicas estaríamos en desventaja en muchos ámbitos, al tener que competir con los hombres biológicos cuyo género ha sido cambiado, pero el caso es que ya estamos vendidas. Así que de perdidos al río.
A lo mejor así veríamos algunas revistas que dan su premio a la mujer del año sin extrañarnos. Nos parecerían normales las cosas que han sucedido, como en 2016, que se declaró al cantante de U2, Bono, como mujer del año por la revista Glamour. La publicación explicó la decisión diciendo que hay que abrir los esquemas y pensar que hay hombres como Bono, que están luchando por los derechos de las mujeres y la equidad de género. Ahí es nada.
Voy a pedir que el gobierno dé ayudas a los más necesitados, a la ancianita que cobra una pensión miserable, pero que no le dan nada porque tiene su piso en propiedad y eso consta como patrimonio
Podría hacer una lista con las mujeres del año nombradas por distintas publicaciones y nos echaríamos unas risas viendo que, de un tiempo para acá, cuesta encontrar una mujer biológica en las premiadas. Así que como las mujeres estamos ya abocadas a perderlo todo y a ser víctimas o invisibles, por mí que todos los hombres se vuelvan mujeres registralmente, a ver si así nos damos cuenta del disparate de mundo que estamos creando.
Por último, voy a pedir que el gobierno dé ayudas a los más necesitados, a la ancianita que cobra una pensión miserable, pero que no le dan nada porque tiene su piso en propiedad y eso consta como patrimonio. Así a lo mejor cuando me entero de que se ha detenido a otro narcotraficante, no me llevo las manos a la cabeza cuando me confirman que cobraba subvenciones del Estado por su situación de inmigrante. Que sí, que ya lo sé, que me vais a llamar racista y xenófoba por decir estas cosas pero qué le vamos a hacer, ojalá viviera yo en la ignorancia que vivís muchos y no me enterara de esas historias. Y no, no es un hecho puntual, desgraciadamente. Estamos subvencionando a camellos de alta y baja gama.
De verdad que quiero ser positiva, pero basándome en la experiencia, me temo que estos buenos deseos van a seguir el mismo camino que el de ir al gimnasio, dejar de fumar y comer sano. Yo ya ni me propongo estas cosas, soy realista: no las voy a cumplir…
Así que alzo mi copa para felicitaros el año a todos y a ver si podemos cumplir algún deseo de la lista, aunque sea el de dejar de fumar, porque lo del presidente que no mienta lo veo más complicado que desengancharse de la nicotina a las bravas.
¡Feliz año nuevo y que Dios nos pille confesados!
ma
He aquí un fiel reflejo de la mentalidad patológica y acomplejada de los españoles
Wesly
Genial Rosa, como siempre. Sin pelos en la lengua, con ingenio y sano sentido de humor, denunciando las tropelías de este gobierno sectario, incompetente y despilfarrador. Feliz año. Esperamos seguir este nuevo año leyendo tus certeros y agudos escritos. Gracias.
rubenedelrio
Feliz año nuevo Rosa !. Un artículo genial. Enhorabuena.
vallecas
Entiendo su intención pero he de decirle que no me gustan nada las cartas infantiles a los Reyes Magos escritas por adultos.