Gente anónima, coordinada por un tuitero anónimo, movilizando a una cantidad enorme de españoles anónimos entregados a aliviar el dolor de sus compatriotas

Andaba yo revuelta en la noche del lunes lidiando con el sueño, refugiada bajo el peso de las mantas, mientras el silbido amenazante del viento sonaba al otro lado de la ventana de la habitación. Era como tener un monstruo susurrándote al oído que viene