Desde que se aprobó la Constitución, nuestra vida democrática se ha regido básicamente por el contenido de las normas constitucionales, así como por las dispuestas en las leyes que las desarrollan. Junto a ello y como complemento fundamental, han funcionado también un conjunto de reglas y principios no escritos que, relativos a cuestiones fundamentales o de Estado, han sido respetados escrupulosamente por el Gobierno de turno favoreciendo así la estabilidad y fortaleza en el funcionamiento básico de nuestro marco democrático. Son los llamados consensos básicos de nuestra democracia. Sin embargo y desde hace tiempo, el Gobierno viene quebrando las reglas que han sido sustento fundamental de la política española desde 1.978.
Probablemente el primer caso fue el indulto concedido por el Gobierno a los independentistas catalanes condenados por el grave delito de sedición tras haber atentado contra el orden constitucional utilizando las instituciones en las que gobernaban. Es la primera vez que se ha indultado a un político, en este caso fueron varios, sin que mediara un acuerdo entre los grandes partidos nacionales, rompiendo así una norma de conducta respetada hasta entonces.
No fue menos relevante la decisión de nombrar a Dolores Delgado como Fiscal General del Estado. Es cierto que todos los Gobiernos, rojos o azules, han elegido siempre a juristas de su confianza para ocupar el puesto. Pero nunca hasta ahora se había designado como Fiscal General a quien había formado parte del propio Gobierno que hace la designación. Es otro valor consuetudinario de nuestra democracia que ha sido violentado.
Pedro Sánchez ha pisado el acelerón de la ruptura y parece haberse despojado de cualquier vínculo de unión con la cultura democrática que ha guiado hasta ahora el funcionamiento
Recordemos que cuando el Tribunal Constitucional declaró la anticonstitucionalidad de las normas por las que fueron adoptados los estados de alarma, el Gobierno lanzó a varios de sus ministros, todos los que eran magistrados de profesión, para arremeter ferozmente contra el Tribunal. La agresividad inter Institucional desplegada por los colaboradores de Sánchez nunca hasta entonces se había visto en nuestra democracia.
Pedro Sánchez ha pisado el acelerón de la ruptura y parece haberse despojado de cualquier vínculo de unión con la cultura de respeto institucional que ha guiado hasta ahora el funcionamiento de nuestra democracia
Hasta aquí el comportamiento pasado del Gobierno, poco edificante por romper varias de las normas de conducta política que habían sido siempre respetadas. Sucede que en estos momentos -últimas semanas, días, horas-, Pedro Sánchez ha pisado el acelerón de la ruptura y parece haberse despojado de cualquier vínculo de unión con la cultura democrática que ha guiado hasta ahora el funcionamiento de nuestra democracia. Solo así pueden entenderse sus últimos pasos, todos ellos considerablemente graves.
En el sentido indicado, el Gobierno ha empezado a cumplir su reiterada amenaza de limitar la autonomía fiscal de las Comunidades Autónomas, y lo ha hecho con la creación del Impuesto sobre las Grandes Fortunas que invade flagrantemente las competencias autonómicas y supone que, por primera vez desde 1.978, se modifiquen las normas de desarrollo del Título VIII de la Constitución sin mediar consenso político entre Gobierno y oposición.
Le sigue la rebaja de la condena del grave delito de sedición acompañada de un cambio de denominación para intentar disimular la intención real del cambio que, evidentemente, es favorecer a unos delincuentes condenados cuya virtud es disponer en el Congreso de los votos que necesita el Gobierno. En dirección parecida se encuentra el cambio en la tipificación del delito de malversación, proyectando diferenciar según los fondos públicos malversados hayan sido desviados hacia el bolsillo del malversador o hacia personas y entidades afines al comitente del delito. En este caso, se favorece de nuevo a los delincuentes con poder parlamentario y, al tiempo, a varios delincuentes del propio PSOE -por ejemplo, Griñán- que están a la espera de cumplir su condena. Ambos supuestos son reformas del Código Penal ad nominen, con nombres y apellidos, que no persiguen el interés general sino privilegiar particularmente a determinados delincuentes. No existe en nuestra Historia democrática reciente -la nacida en 1.978- un caso semejante.
El Gobierno ha proclamado la posible creación de un nuevo delito para castigar a los vocales del CGPJ que no sigan los nuevos criterios que pretende imponer
Por si lo expuesto no fuera ya suficiente, el rupturismo del Gobierno ha vuelto a apuntar al Tribunal Constitucional. Primero, designando como magistrado a su antiguo ministro de Justicia, traspasando así una nueva línea roja, pues nunca había formado parte de la institución alguien que ha sido partícipe activo de las normas cuya constitucionalidad debe decidir el Alto Tribunal. Segundo, porque acaba de anunciar que pretende modificar los criterios, plazos y requisitos del nombramiento de los magistrados del Constitucional reformando, de nuevo sin pacto alguno con la oposición, nada menos que la Ley Orgánica que lo regula. Para mayor agravio, coincidiendo con el carrusel de rebajas de penas a secesionistas y malversadores que hemos reseñado, el Gobierno ha proclamado la posible creación de un nuevo delito para castigar a los vocales del CGPJ que no sigan los nuevos criterios que pretende imponer.
No hay que darle más vueltas. Es evidente que, frente a lo manifestado por él, Pedro Sánchez no pasará a la Historia por mover los restos de alguien que murió hace cuarenta y siete años. Al contrario, lo hará por haber quebrado los consensos básicos respetados en el más largo periodo de vida democrática que ha disfrutado España y, con ello, provocar materialmente el fin de nuestra democracia tal y como ésta ha funcionado desde 1.978. Lo que suceda después de este final es hoy desconocido, pero nadie puede desconocer el riesgo de que su diseño dependa básicamente de aquellos que no quieren formar parte de España -independentistas vascos y catalanes-. Es ya innegable que Sánchez está dispuesto a ello si de ello depende su permanencia en La Moncloa.
Karl
Resumiendo a Gustave de Molinari (1819-1912): Los partidos políticos son ejércitos entrenados para conseguir el poder; Su método es alcanzar un número de seguidores que garantice una mayoría electoral. A los electores se les promete para ello tal o cual participación en los beneficios que seguirán al éxito, pero tales promesas —generalmente un "carguito" o un privilegio— sólo pueden ser satisfechas mediante la multiplicación de «poltronas» y/o mayores impuestos. A un político no le importa que el resultado sea un aumento de impuestos o deudas. La incesante competencia bajo la cual trabajan, primero en sus esfuerzos por asegurar el cargo, y luego para mantener su posición, los obliga a hacer del interés partidario su único cuidado, y no están en posición de considerar si este interés personal e inmediato está en armonía con el bien general y permanente de la nación.
Karl
“¿Quién no conoce y confiesa que es muy difícil contener con leyes las fuerzas y el poder de un hombre en cuyas manos están concentrados todos los medios de que dispone la república?” ~Juan de Mariana, †1624
ma
Cómo se puede hablar de democracia cuando las empresas se niegan a contratar a nadie con 45 años... Si quiebra el principio de igualdad y de no discriminación ni hay estado democrático ni hay estado de derecho
Garci2022
Su artículo, sereno y conciso, podría servir de base para que los defensores de la Constitución hagamos una labor de concienciación. Los Partidos Políticos que la defienden deberían empeñarse en ello hasta las próximas elecciones Autonómicas y Generales. Los ciudadanos con su voto harán justicia.
Tony010
Sr. Ruiz Jarabo, parece que Vd. se va dando cuenta de que su querido PP ha colaborado por acción y omisión en llegar a este punto de ruptura democrática en el que ha caído España, aunque todavía no lo reconozca públicamente. A lo mejor resulta que VOX no es tan enemigo como parecía, simplemente está defendiendo lo que otros, ahítos de Poder en sus CCAA, se niegan a defender, por aquello de esta vez tú la próxima yo. El problema es que no va a haber próxima.
Mazarino
El Pp Es CopartÍcipe De Que Estemos A Las Puertas Del Infierno. En Dos Ocasiones Ha Tenido La MayorÍa Absoluta Y Ese Es El Resultado. ¿alguien Se ExtraÑa?el Mariano De Cubatas Cuando El Chulo La Liaba
Mazarino
El Pp Es CopartÍcipe De Que Estemos A Las Puertas Del Infierno. En Dos Ocasiones Ha Tenido La MayorÍa Absoluta Y Ese Es El Resultado