Cerramos el año con los peores datos en asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. Hemos vivido un diciembre negro, el peor mes de 2022. Esta violencia contra las madres deja 38 niños y niñas huérfanas, algunos de ellos, por desgracia han tenido que presenciar el crimen. La gravedad es tal que no debería haber habido fisuras en el Gobierno de coalición, ni tampoco ser un tema de enfrentamiento en el terreno estrictamente político. La unidad para acabar con ETA fue clave como ha de serlo para combatir o frenar esta violencia contra la mujer. Por lo menos que estén protegidas.
Esa unidad en los mensajes que se lanzan a la ciudadanía ante los medios de comunicación, el transmitir fortaleza institucional, el todos a una de los partidos representados en el Congreso, de los parlamentos autonómicos, de los ayuntamientos, el todos a una institucional lanza un claro mensaje contra el agresor amén de sosiego, de confianza para que muchas mujeres pierdan el miedo a denunciar. Los datos oficiales hablan de más de 700 mujeres en estos momentos en riesgo extremo. Por todo lo que ha ocurrido hasta ahora y por la información que llega a la sociedad española, quien se vea en esta situación fatal de violencia -teniendo en cuenta que más de la mitad de las víctimas denunciaron a su agresor- va a tener más difícil el dar ese paso, el ir a comisaria a buscar refugio y ayuda.
Prefieren quedarse en casa, seguir aguantando, mejor eso que no ver crecer a sus hijos. De ello, la clase política parece no ser consciente
Sentirse sola y con miedo es el peor escenario por el que transitan las que sufren cualquier tipo de violencia. No digo estar sola, que no lo están, aunque para ellas ha fallado todo. Digo que se sienten porque los mensajes que escuchan a través de los medios, además de que llamen al 016 o acudan a la policía, son de batalla campal entre los políticos. ¿Cómo alguien va a confiar en quien ha de protegerla si tan sólo ve enfrentamiento, si escucha cómo ha muerto aquella que ha denunciado?. El hilo de mínima confianza en quienes pueden protegerla se debilita, se rompe. Prefieren quedarse en casa, seguir aguantando, mejor eso que no ver crecer a sus hijos. La clase política parece no ser consciente de ello. El mensaje institucional, la comunicación de los portavoces –cualquiera que sea- debe pivotar sobre la base de la unidad, de remar todos en la misma dirección. Sin reproches, sin fisuras.
Todas las alertas han saltado esta semana tanto en el Ministerio del Interior y el de Igualdad. La evidencia asusta, hay una sensación de miedo permanente en ese colectivo amenazado, sin salvavidas institucional porque está fallando, que hay muchas grietas, que por mucho que se haya trabajado –no hay que negarlo- el sistema está fallando por completo. Desde la vigilancia a la protección hay que revisar todos los protocolos activados, saber en qué se está haciendo mal y, para detectarlo y enmendarlo, hay que reconocer, en primer lugar, los enormes fallos.
La frase de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de “todos debemos hacer autocrítica” ha de ser seguida por todos los implicados en conseguir que esta sociedad sea más segura. Lanzarse mensajes en los medios de comunicación de lo que unos hacen bien y otros no les sirve a las víctimas. Sólo denunciarán si se sienten seguras, si confían en las autoridades, si perciben que socialmente, públicamente están protegidas. A los trabajos de protección institucionales, desde la policía a los jueces, a los servicios sociales, a las casas de acogida, a los servicios psicológicos, a toda esta maquinaria activa por la que se están colando múltiples errores a revisar, es fundamental que las mujeres que están en sus casas, en el coche, en su lugar de trabajo, escuchando la radio, viendo la televisión, leyendo los diarios, mirando las redes reciban un claro mensaje de protección, de seguridad. Seguir haciendo de la violencia de género un debate partidista es el peor de los caminos para quienes ya se adivinan víctimas.
Antonia Tobajas
Para desamparo, el de las víctimas masculinas: no les llega con que las maten, sino que hasta su misma existencia es negada por toda la burocracia del estado, por todos los grandes medios de comunicación, y, desde luego, por periodistas biempensantes como Inma Lucas.
KATAPUM
De los niños (y niñas, no se nos olvide la catetada inclusiva) a los que sus madres han asesinado, dejándolos, no huérfanos, sino muertos, no nos acordamos? Ande doña Inma, váyase al guano!!!...
Karl
"Para cualquier político eres un instrumento o un enemigo. No saben lo que es una persona." ~Friedrich Nietzsche
Wesly
A la hora de investigar cualquier asesinato, uno de los retos de los investigadores es averiguar el móvil del crimen, es decir, el motivo concreto que movió al criminal a cometer ese acto. Este dato es muy importante a la hora de combatir el crimen, pues no es lo mismo combatir una serie de crímenes que tengan causas sentimentales, que sean motivados por la venganza, que tengan causas sexuales, que sean fruto de la enajenación mental, el resultado de una riña o incluso que se hayan producido de forma accidental o en legítima defensa. Para combatir en serio un crimen hay que conocer su causa real. Sin embargo, en los crímenes que son etiquetados como "violencia de género", la causa del crimen es prejuzgada de entrada sin tener en cuenta los hechos y catalogada como un signo de opresión de las mujeres por los hombres. De hecho, este tipo de crímenes son los únicos que se prejuzgan por sistema en el Derecho penal. En todos los demás crímenes, los móviles son conocidos como resultado de una investigación. Si en los crímenes de "género" hay una excepción es porque la izquierda ha decidido que en este tipo de actos no hay nada que investigar. Es algo tan absurdo como si todo asesinato de un español a manos de un extranjero se catalogase como crimen de "hispanofobia", sin molestarse en investigar sus causas reales. En definitiva, más racionalidad, más objetividad y menos sectarismo a la hora de investigar, prevenir y combatir los crímenes, todos los crímenes.
vallecas
Hay personas que hablan (o escriben) sin decir nada. El ministerio de la Sra. Montero apenas dedica nada a prevención. ¿Es tan difícil, Dª Inma; pedir que , de esos miles de millones disponibles, se dediquen algunos cientos a prevención, trabajo de "campo", es vez de malgastarlo en anuncios inútiles? ¿Hay algo que le impida señalar directamente al Gobierno de PSOE y Podemos en vez de hablar de los "políticos"?
spqr
¿Los peores datos? Las cifras de crímenes contra las mujeres se han estabilizado en torno a los 40/50 al año, desde hace varios años. Terrible, pero la culpa es nuestra, jamás del gobierno y sus nefastas políticas.