Opinión

Cupo catalán: vuelta al origen del procés

Las lecciones aprendidas por España durante el procés separatista en Cataluña han quedado sepultadas bajo las necesidades de Pedro Sánchez. El chantaje inaceptable del independentismo al resto del país vuelve a hacerse

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés. -

Las lecciones aprendidas por España durante el procés separatista en Cataluña han quedado sepultadas bajo las necesidades de Pedro Sánchez. El chantaje inaceptable del independentismo al resto del país vuelve a hacerse presente. Y lamentablemente hemos regresado al punto de partida de aquella deriva. El pacto fiscal, el cupo catalán o como se quiera llamarlo. Así prendió la crisis que desembocó en octubre del 2017. Y así echa andar el siguiente pulso.

Las élites independentistas están aprovechando la debilidad parlamentaria del actual Gobierno para reamarse de cara a la siguiente embestida. Tienen, en primer lugar, una crisis de credibilidad ante la sociedad catalana, que se tragó la mentira de que la independencia sería posible e incluso beneficiosa. Y, en segundo, el recuerdo del 155 y la acción de la Justicia por las acciones de ruptura de aquellos días.

El separatismo trata de recuperar el terreno perdido. Ha rearmado y duplicado sus embajadas en el exterior y trata de reconstruir la unidad de acción independentista en la sociedad civil. Esta segunda parte les está costando bastante. Y ahora tenemos a ERC planteando un cupo económico inasumible para el resto de España. Lo saben, pero también entienden que es el momento de presionar.

Presionar al PSOE; esperar al PP

Su momento no ha llegado todavía. Sus opciones pasan por seguir exprimiendo las urgencias parlamentarias de Sánchez. Para calentar la calle ya habrá tiempo. Concretamente el tiempo del PP en La Moncloa, que como todo en la vida llegará.

Y cuando los populares vuelvan al poder -y no digo nada como sea de la mano de Vox-, será el momento de separatismo de agitar el agravio y las calles. Es la gasolina que necesitan y que ahora no tienen, porque es más inteligente seguir sacando cesiones al PSOE para que cuando un nuevo Gobierno retire algunas de las más absurdas se puede agitar de nuevo que España ataca Cataluña. Está todo demasiado inventado.

Es tan obvio y esperable, que da bastante pena que algunos se empeñen en cerrar los ojos a ese evidencia.

Y en ese momento tendrán la estructura engrasada para volver a presionar en el mundo. Y habrá una crisis económica para reclamar el cupo catalán como solución a todos los males. Y el referéndum. Y la independencia. Y vuelta a empezar.

El procés y las instituciones

La siguiente embestida sorprenderá a las instituciones del Estado más débiles. Pero seguramente no lo suficiente. Tampoco estará en su mejor momento el constitucionalismo catalán, golpeado y humillado. Pero que nadie dude de su capacidad de resiliencia -este palabro que se dice mucho ahora-.

Por supuesto está la Corona. La intervención decisiva de Felipe VI el 3 de octubre del 2017 es un legado de legitimidad que estará en pie para lo que tenga que venir.

Y los partidos. ¿Qué será del PSOE post Sánchez? ¿Y del PSC? Es una de las incógnitas que quedan por resolver. Por supuesto que una gran parte del PSOE no comulga con el separatismo catalán. Pero está por ver hasta donde ha calado este frentismo absurdo que vivimos. Y, sobre todo, qué decisión sobre sus futuras alianzas toma el liderazgo que emerja de Ferraz llegada la hora.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli