Se culpa –y con razón- a las redes sociales de los insultos y de las calumnias que se dicen y escriben desde el más absoluto de los anonimatos. Se pudiera llegar a pensar que quien escribe en un periódico analógico o digital está en posesión de la verdad. Eso no es cierto. Quien tiene ganas de insultar, de mentir, de difamar lo hace en cualquier sitio o lugar.
Hace unos días me remitieron un artículo escrito por Ana Pardo de Vera, titulado El diablo está en las primarias de Ayuso y que empezaba así: “Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que conforme cumple años se acerca más y más al PP, era muy reacio a la democracia interna en su partido, el PSOE. El expresidente de Extremadura decía siempre que a las primarias socialistas (un militante, un voto) las carga el diablo y solo dan pie a desgracias orgánicas, por ejemplo, cuando Pedro Sánchez ganó a Susana Díaz en 2017 con todo el aparato de Ferraz en contra, incluido el propio Ibarra”. Esta señora no escribe en las denostadas redes sociales. Lo hace en un periódico digital de nombre Público. Y sin encomendarse ni a dios ni al diablo (ese que ella cita en su artículo) hace un juicio de valor sobre mí situándome a partir de cada 19 de enero –fecha de mi cumpleaños- en las cercanías del PP. No se tienen noticias de que esa periodista esté en posesión de un derechímetro que le permita medir mis ideales y convicciones. Gratuitamente, sin ningún dato que aporte pruebas, me ubica en la esfera ideológica del PP. Su derechímetro ha debido medir y a mí me tocó estar en el área de la derecha. De dónde emana su autoridad para poner a unos y a otros en su lado izquierdo o en su derecho es un misterio aun sin resolver.
No creo que el estar en contra de las primarias como método de elección de los dirigentes de un partido te acerque o te aleje de la derecha o de la izquierda
Yo solo le he ganado seis elecciones autonómicas al PP. Creo que algunas más que ella. No creo que el estar en contra de las primarias como método de elección de los dirigentes de un partido te acerque o te aleje de la derecha o de la izquierda. No sé qué otros datos puede tener para tratar de difamarme. Tal vez no recuerde que fui yo quien articuló un impuesto a la Banca que fue declarado constitucional por el Tribunal Constitucional. O quizás olvida que fui yo quien legisló para imponer un impuesto a las compañías eléctrica y de telefonía. O un impuesto a los propietarios de los cotos de caza de Extremadura, o un impuesto a los solares sin edificar para evitar la especulación de los terrenos urbanos. En fin, Pardo de Vera emite juicios de valor que yo no califico ni hago lecturas espurias de los intereses o razones que la llevaron a valorarme de esa forma.
Nadie puede decir, sin mentir, que yo apoyé a Susana. En el famoso acto que esta última organizó en Madrid para presentar su candidatura a la Secretaría General del PSOE, yo no estuve.
Sí tengo que decir que miente descaradamente cuando escribe que “Pedro Sánchez ganó a Susana Díaz en 2017 con todo el aparato de Ferraz en contra, incluido el propio Ibarra”. Como es cierto que soy enemigo de las llamadas primarias, actúo en consonancia con esa enemistad y no me acerco jamás por las sedes del PSOE a depositar mi voto a favor de uno u otro candidato. No he votado nunca en las primarias y, en consecuencia, no voté a Susana Díaz en contra de Pedro Sánchez ni lo contrario, tampoco. Pero además, en esos años, yo ya estaba bastante retirado de la política y no pertenecía ni al aparato de Ferraz ni a ningún otro aparato. Nadie puede decir, sin mentir, que yo apoyé a Susana. En el famoso acto que esta última organizó en Madrid para presentar su candidatura a la Secretaría General del PSOE, yo no estuve. Aunque muchos me meten en el mismo saco, yo no estuve ni en la primera ni en la segunda ni en la última fila. Yo no fui, porque, señora Pardo, yo no participo en las primarias.
Como se ve, no hay que irse a las redes sociales para buscar calumnias, insultos y difamaciones. Eso te lo puedes encontrar a la vuelta de la esquina. Seguramente esta periodista dice que le dijeron que decían. Y ella va y lo escribe. No, señora Pardo, no estoy cercano al PP como tampoco lo estoy de Podemos, de ERC, de JxC, de Bildu, del PNV. Y por eso, soy de izquierdas. Porque unos movían el árbol, otros recogían las nueces y otros, como escribe mi admirado Martin Caparrós: “El nacionalismo cuando es coherente es de derechas, la noción de nación implica el privilegio de los que pertenecen a ella y la exclusión de los que no. Y esa es la base de cualquier idea posible de derecha: Que hay unos que sí y otros que no”. Pues eso.