Opinión

Una dieta rica en Ternera

Se dice en esta crítica de El Correo a la entrevista de Évole

Se dice en esta crítica de El Correo a la entrevista de Évole que Ternera es "el hombre que mejor encarna la historia de la banda". No es así. El hombre que mejor encarna la historia de la banda es Arnaldo Otegi, candidato serio y con opciones reales de convertirse en el próximo presidente del País Vasco. Porque la historia de la banda es ante todo la historia de un triunfo.

La de ETA y sus efectos en la sociedad española es una historia amarga, triste y desesperanzadora. Los asesinados, secuestrados y extorsionados no fueron el producto final. El dolor y el sufrimiento no fueron el objetivo fundamental. El objetivo fundamental era el poder. El producto final es Otegi. Las víctimas, y los terroristas como Ternera o el propio Otegi, fueron las herramientas necesarias para conseguir la posición política de la que hoy disfrutan en España. No hubo cientos de personas que “murieron en vano”. Tampoco fue el de Ternera y Otegi un empeño “inútil y sin sentido”. Sabían lo que hacían, y su trabajo dio frutos. 

Pero éste es un enfoque incómodo. Insistir en esta idea conduce a la irrelevancia. El enfoque socialmente acertado, el que te lleva a lugares como el Festival de Cine de San Sebastián, es el del triunfo de la democracia; y para vender la idea de la democracia triunfante el proyecto de ETA debía verse como un fracaso absoluto. Un fracaso político, un fracaso social y un fracaso personal. Para eso está Ternera.

La intención de Évole no es blanquear a ETA, sino reducir el proyecto de ETA al fracaso -relativo- de Ternera. Y al mismo tiempo ocultar a Otegi, con quien el entrevistador ya se abrazó en su día

Ésa es la historia que cuenta la película de Évole. Es la historia que siempre ha contado, porque es el enfoque que recibe premios en nuestra época. Ternera es el hombre derrotado, brusco, romo, viejo y agotado que necesita el relato evoliano. La intención de Évole no es blanquear a ETA, sino reducir el proyecto de ETA al fracaso -relativo- de Ternera. Y al mismo tiempo ocultar a Otegi, con quien el entrevistador ya se abrazó en su día.

La intención es exhibir al derrotado Ternera como representante mayor de ETA, ponerle el micro para que diga todas las barbaridades posibles, y a la vez, por la misma razón, renunciar a decir que Otegi y Bildu son moralmente lo mismo que el amargado Ternera.

La dieta de Évole es esencial en la España actual. Especialmente en el País Vasco. Aquí tenemos que consumir Ternera, entre otras cosas porque es nuestro producto de proximidad. Y hay que consumirla porque el último plato es Otegi. Se lo decimos a los niños desde siempre: si no te comes las verduras, te quedas sin postre. 

Ternera es, curiosamente, la verdura amarga. El plato de mal gusto. El que hay que comer de golpe y con la nariz tapada. Ya lo hemos pasado, ahora viene el dulce. Nuestro pastel vasco y el brindis. Es necesario escandalizarse con las previsibles palabras de Ternera, aunque sea un escándalo fingido, para poder después disfrutar de una buena cena con Otegi. 

Arnaldo es un hombre sonriente, simpático, campechano, feliz. Sabe que ha ganado. No se le ve la muerte en los ojos. Arnaldo Otegi es el postre, que en política se sirve siempre por la izquierda

El comensal invitado en este banquete de Évole es el PSOE. Ha pasado ya mucho tiempo desde el brindis de Idoia Mendia, líder de los socialistas vascos, con el líder de EH Bildu. Arnaldo es un hombre sonriente, simpático, campechano, feliz. Sabe que ha ganado. No se le ve la muerte en los ojos. Arnaldo Otegi es el postre, que en política se sirve siempre por la izquierda. No hay rastro de veneno en el líder de Bildu. No hay serpiente enroscada en la copa del socialismo. No hay palabras duras ni nostalgia de la violencia. Aquello ya pasó, cumplió su función. Hoy todos se emborrachan con chacolí y se empachan con las nueces confitadas.

Se destaca en otra pieza sobre la película, esta vez en ABC, que la de Ternera fue “una vida dedicada al crimen”. Es correcto, pero tan impreciso como decir que un herrero ha dedicado su vida a golpear metales. La de Ternera fue una vida dedicada a la política. A la transformación social. Igual que la de Otegi.

Ayer y hoy.

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