Opinión

El Ibex y la agonía del Gobierno

Muchos valores de la bolsa están mal por decisiones del Ejecutivo, y hay muchas empresas con problemas por los nubarrones económicos

  • Fotografía del Ibex 35 -

Dure dos meses o dos años, la situación del gobierno español, sin suficiente mayoría parlamentaria y envuelto en denuncias por corrupción, está lejos de aportar la estabilidad que necesita un país que se enfrenta a importantes problemas económicos. Esto no parece importarle a nuestro principal índice bursátil nacional. No es una novedad, ya el año pasado comentamos que no debíamos politizar la evolución del Ibex y además no es algo exclusivo nuestro, puesto que en Estados Unidos el empate técnico entre dos opciones aparentemente tan distintas como Kamala y Trump, tampoco están evitando la euforia bursátil. Esta misma semana ha marcado máximos el Dax alemán a pesar de saberse que la economía del país germano está en recesión y nadie apunta a una mejora sustancial para 2025. Es decir, que los índices bursátiles tienen una dinámica propia que supera los obstáculos más obvios. Ni siquiera la mala situación geopolítica está haciendo mella, más allá de un aumento puntual de la volatilidad.

El 16 de marzo de 2020, dos días después del primer confinamiento, el Ibex cerró a 6.107 puntos, nivel que no se había visto desde la crisis de la deuda soberana (con la prima de riesgo española en los 600 puntos) de 2012. Los motivos para aquel desplome son obvios, así como los de la recuperación posterior. Eso sí, mientras el resto de bolsas mundiales empezaron a rebotar durante los siguientes meses de 2020, el Ibex no lo hizo hasta noviembre (el mejor mes de su historia) y necesitó de la presentación de la vacuna de Pfizer. La razón de ese retraso fue, principalmente, la composición del Ibex: sin tecnológicas que se beneficiaran de los confinamientos, con Inditex con las tiendas cerradas, la mayoría de los bancos agobiados tanto por el temor a un aumento de la morosidad como del escaso margen que les dejaban unos tipos de interés ultra bajos y, en fin, con un turismo casi a cero en un país cuyo crecimiento depende en un alto porcentaje de él… la perspectiva bursátil era pésima.

Máximos históricos

Sin embargo, la vacuna fue el inicio de la reacción y volvió el turismo y la inflación, y con él la subida de los tipos de interés que hizo volar a los bancos cotizados… pero no fue un camino de rosas. Si en mayo de 2021 el Ibex superaba los 9,200 puntos, en octubre de 2022 volvía a rondar los 7,200 puntos. El pesimismo respecto a la subida de precios, agravada por la guerra de Ucrania, había llevado a una mala situación bursátil global. La reacción desde esos mínimos de 2022 fue especialmente fuerte en el Ibex, hasta el punto que desde entonces sube tanto como lo ha hecho el S&P500, el principal índice bursátil estadounidense y, por tanto, mundial. Dado que los valores españoles son más generosos en el pago de dividendos, se puede afirmar que un índice compuesto, básicamente, por Inditex, Iberdrola, Santander y BBVA ha ofrecido mejores resultados a los inversores que otro en el que hay valores tan enormes y con tan potentes revalorizaciones como Nvidia, Apple o Microsoft. Llevaba años sin pasar algo así pero las estrellas se alinearon a favor del índice bursátil español, que ronda los 12 mil puntos, lejos aún de los 16 mil de 2007 (máximos nominales) pero máximos históricos si no se descuentan de las cotizaciones los dividendos abonados (de entre los grandes índices, sólo el Dax alemán no lo hace).
 

Soy escéptico con la tendencia alcista de los bancos en bolsa porque empieza un ciclo de tipos de interés a la baja pero, con todo, el principal negocio de BBVA y Santander es en el exterior


En todo este proceso la política nacional apenas ha estado presente, si acaso poniendo palos en las ruedas, como al establecer un impuesto “temporal” a bancos y energéticas, que casi todas han abonado sin merma de su evolución bursátil. Y digo casi porque en el caso de Repsol hay una clara injusticia, ya que se le impuso la tasa con un petróleo en 100$ y ahora, con una reducción del precio en una cuarta parte, es injusto que se le mantenga y quizás influye en ser de los valores grandes del índice con números más rojos este 2024. Sin embargo, es lógico pensar que la mala situación política nacional actual pueda influir de alguna manera. Muchos valores de la bolsa española están mal por culpa de decisiones del Ejecutivo, y hay muchas empresas con problemas porque la situación económica no es la que refleja el optimismo oficial, sin embargo el Ibex es otra cosa. Inditex es una multinacional que consigue mejorar resultados en un contexto de menor crecimiento mundial y mejora sus márgenes gracias al éxito de sus ventas por internet, Iberdrola acaba de adquirir Avangrid en Estados Unidos y tiene una gran parte de su negocio en Reino Unido, tampoco está muy preocupada porque, por ejemplo, no haya Presupuestos para 2025, algo que sí puede afectar a muchas empresas con negocio nacional que o no están en el Ibex o pesan muy poco. Soy escéptico con la tendencia alcista de los bancos en bolsa porque empieza un ciclo de tipos de interés a la baja pero, con todo, el principal negocio de BBVA y Santander es en el exterior, y otros valores -como IAG- van a seguir impulsados por un crecimiento del turismo que parece asegurado, si la geopolítica no lo estropea.

Puede resultar contraproducente que un país con una inversión extranjera a la baja, en gran parte por los problemas de un gobierno débil, dividido y fuertemente salpicado por una magna red de corruptelas, ofrezca un índice bursátil tan alcista como el Ibex. Tiene que ver con su composición, con las cotizadas de más peso, y no parece que a ninguna le vaya a afectar demasiado a su negocio la agonía del actual gobierno. En la bolsaal cabo cotizan las expectativas y todo apunta a que un posible cambio en 2025 -elecciones anticipadas mediante- no se tomaría como algo negativo.

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