Queremos vivir en una España mejor. Todos queremos vivir en un país donde todos tengamos la oportunidad de prosperar, ser felices, y disfrutar de la vida con la gente que queremos. Queremos barrios seguros, una vivienda decente, un par de supermercados cerca, y un bar de la esquina donde sepan cómo nos gusta el café.
Durante los próximos días, un montón de señores (y ocasionalmente, alguna mujer) muy serios van a dedicar su tiempo a contarnos que ellos también quieren lo mismo, o algo parecido, para nosotros y nuestras familias. Nos contarán sus propuestas, con más o menos fortuna, e insistirán con vehemencia que lo que el país necesita son ellos.
Cuando no cumplen con lo prometido (algo que, no voy a negarlo, sucede a veces) es más por su exceso de entusiasmo o sorpresas que no esperaban que por malicia
Cuando escuchéis lo que esta gente os cuenta, las historias que explican, las medidas que dicen van a implementar, ruego que os fijéis, ante todo, en lo que dicen directamente. Sé de sobra que casi nadie cree lo que dicen los políticos, pero en realidad, raramente mienten; son quienes dicen ser. Cuando no cumplen con lo prometido (algo que, no voy a negarlo, sucede a veces) es más por su exceso de entusiasmo o sorpresas que no esperaban que por malicia. Son gente extraña, estos políticos, que sinceramente quieren hacer algún bien.
Además de lo que dicen, también es importante escuchar con atención sobre los motivos que dan para prometer lo que prometen. Qué creen que es bueno; cuál es el origen de nuestros males. Por qué.
Hay políticos que hablan sobre sus valores, sobre sus convicciones morales; sobre por qué algo es necesario, sobre qué quieren conseguir. Hay otros que gustan de hablar de los valores de otros, de lo que ellos opinan sobre otros líderes, o activistas, u otra gente al azar.
Esto políticos suelen hablar del prójimo no con admiración o respeto, sino insistiendo que ellos son como tú, no como esa gente. Ellos comparten tus valores y tus ideas, son de los tuyos, no como esos grupos que no son como nosotros. Hablan de como otros te miran mal, o cómo son un problema, o una amenaza, o alguien que ha dado la espalda a la gente común. Insisten, además, de que esos grupos van a por ti, de que quieren que cambies, de que te desprecian. Son élites, o intelectuales, o feministas, o activistas, o intrusos, o separatistas, o antiespañoles. Estos políticos te van a pedir que les votes no por sus valores, sino por el resentimiento que dicen debes sentir contra esos grupos, que son los que tienen la culpa de que tu vida no sea mejor.
Y te dirán que cuando no había banderas de arcoíris había menos divorcios, que otros aman a España menos que tú porque hablan otro idioma distinto
Esos líderes utilizarán a menudo palabras grandes, como patria, o España, o nación, y te recuerdan agravios pequeños, como no poder hacer chistes sobre mariquitas, lo que cuesta aparcar en el centro con los carriles bici, o que los niños tienen que aprender sobre cosas extrañas en el colegio. Y te dirán que cuando no había banderas de arcoíris había menos divorcios, que otros aman a España menos que tú porque hablan otro idioma distinto, y que, desde luego, si esa gente dejara de protestar e imponerte toda clase de cosas, todo iría mejor.
Hay muy pocas armas políticas más potentes que el resentimiento. Vivimos en un mundo que es a menudo injusto, donde trabajar duro, ser responsable, y ser honesto a menudo no da para llegar a fin de mes. Cuando un líder coge un micrófono y te cuenta que entiende tus frustraciones y que va a contarte quienes son los culpables de tus problemas, aquellos que se han llevado tu felicidad perdida, es fácil prestarles atención.
Hay una diferencia importante, sin embargo, entre quienes buscan culpables y quienes buscan soluciones. Los primeros prometerán un castigo, y seguramente cumplirán con lo que prometen, porque los políticos (de verdad) suelen hacerlo. Los segundos quizás sepan arreglar el problema, o quizás estén equivocados, pero no su objetivo será ayudarte a ti, no hacerte sentir bien por ver sufrir a otros. Los políticos del resentimiento buscan darte una satisfacción, no resolver nada. Su objetivo es enojarte y mantenerte enojado.
El populista no apela a ideas, ni al odio; odiar es un sentimiento desagradable. Apela al resentimiento, a decir que tus problemas son el fruto de que alguien ha cogido algo que te pertenece y debe ser castigado
Estos días que quedan de aquí a las elecciones, entonces, preguntaros qué está haciendo un político cuando os dirige la palabra. ¿Está hablando de qué quiere hacer, o sobre qué debes enfadarte? ¿Está hablando de lo que el defiende o de lo que otros odian? ¿Está hablando sobre cómo construir un país mejor o quiénes son sus enemigos? ¿Te está pidiendo que mires el futuro con esperanza, o quiere que mires a otros con el resentimiento?
El populismo, esa palabra tan repetida y manoseada estos días, está construido sobre rencor, sobre o ellos o nosotros, sobre a quién toca envidiar, y echar la culpa de los males del país. El populista no apela a ideas, ni al odio; odiar es un sentimiento desagradable. Apela al resentimiento, a decir que tus problemas son el fruto de que alguien ha cogido algo que te pertenece y debe ser castigado. Castigar es placentero, porque parece justo. Raramente sirve para solucionar nada.
Estas elecciones, no votéis a quienes os exigen que miréis a otros con rencor como principal argumento. La política no es una terapia, es un esfuerzo por arreglar problemas. Entre un político aburrido que habla en porcentajes y un salvapatrias que clama contra los enemigos del país, escoged siempre al primero.
Hulshof
¿Te está pidiendo (...) que mires a otros con el resentimiento? Me encaja como un guante en la extrema derecha e izquierda de este pais. En cuanto a esta frase :"La política no es una terapia, es un esfuerzo por arreglar problemas". La extrema izquierda en el gobierno nos ha intentado hacer creer que estaba arreglando problemas a través de leyes que no hacían falta porque esos problemas ya están resueltos con leyes ya establecidas. La actitud de las feministas radicales en contra de las feministas tradicionales de Lidia Falcón, no se puede considerar como una gestión en la que se haya querido debatir la ley trans, sino aplicar el rodillo de quien estaba en el poder.
José
¿De qué resentidos está hablando este señor? Supongo que de los nacionalistas siempre resentidos contra el resto de españoles, hasta el punto de matarles, y de los que pactan con ellos
Wesly
Gracias Sr. Senserrich por iluminarnos sobre a quien no hay que votar. Nos queda claro que no hay que votar a quien genera odio, rencor, resentimiento, a quien tacha a los que no piensan como él de fachas, a quien pretende imponernos un régimen autócrata dictatorial a base de colocar a sus peones más sectarios y obedientes en las principales instituciones del Estado, fiscalía y Poder Judicial incluidos, a quien no quiere acordar nada con la oposición (no es no) a quien se alía con delincuentes condenados en firme (y les indulta) y con los herederos de ETA para asegurar su estancia en La Moncloa, a quien se dedica a repartir regalos pagados obligatoriamente por los contribuyentes actuales y futuros a cambio de votos, a quien regala el Sahara a Marruecos sin acordarlo ni informar al Parlamento, al Rey ni a su propio gobierno, a quien pretende reescribir la historia para generar división y odio. Gracias, Sr. Senserrich, le haremos caso.
Santivago
ya, como la de los bancos...
JaimeRuiz
Alemania, 1933. ¡No votéis por odio sino escoged al que hace cuentas serias! ¡Nada de hacer caso a los que ven enemigos, mejor a los que arreglan problemas! Así, ¿cómo podría alguien oponerse a los nazis o a los comunistas? Resulta que el hecho de ver enemigos de la nación es resentimiento, y ¿a quién se le va a ocurrir votar para que los asesinos de ETA no sigan mandando? A veces este periódico publica unas cosas... Un día una que dice que los inmigrantes están en la Edad de Hierro, ahora este prócer con un cuento de tal calibre porque le parece que condenar a Sánchez y la desolación que trae es resentimiento y populismo.
Petrarca
A mí me interesa más la Patria que los porcentajes. No das nombres, pero se te ve al vuelo que hablas del PP (porcentajes), y de VOX (salvapatrias, orgullo de ser Nacional). Los valores más altos de una Nación, es decir, del pueblo en general, son la Ley, el Orden, la Justicia y poder transitar por las calles con alegría, trabajando, como hemos hecho todos los ciudadanos honrados. ¿De qué valen los porcentajes y la macroeconomía si vas al Mercado y constatas que todo lo que compras vale entre el 16 y el 30 por ciento más, o que tu hipoteca ha subido de 600 euros a los impagables 900? haces mal en no respetar lo que significa el amor patrio o el orgullo de ser una de las Naciones más antiguas del Mundo. No quiero gente aburrida. Quiero gente que irradie voluntad de recuperar la tradición de lo que fuimos y podemos ser. Entre el PP y el PSOE hay la misma diferencia que entre las churras y las merinas.
esperanzado2023
Sr. Senserrich: su artículo es sesgado: resulta que el que miente y pacta con independentistas es un hombre honesto que no quería mentir, sino que solo cambió de opinión porque antes en campaña se había entusiasmado demasiado, obviando que es un hombre que ha basado toda su carrera en el "no es no" y en la división y el odio. Por otro lado está la malvada derecha que solo vive del rencor y el resentimiento. Usted no va a cambiar pero por lo menos sabrá que no todos compramos su sesgado argumento. PD: No soy votante de vox.
mariem
De todo lo expuesto por D Roger, una cosa me ha quedado clara-cristalina: Bajo ningún concepto hay que votar a Sánchez- el trolas.
Psykokala
No me ha quedado claro qué quiere decir con lo del resentimiento. ¿Se refiere a la memoria histórica? Porque en este país parece que sólo existen carreteras que tienen "cunetas" a la derecha. Mis abuelos podrían contarle que también habían cunetas a la izquierda, tantas como a la derecha. Pero, lamentablemente, no pueden porque los dejaron allí tirados. Lo pone usted bastante fácil, si no debemos votar a aquellos que nos hacen mirar a otros con rencor
Alon101
El artículo le ha quedad asqueroso al Sr. Senserrich. ¿ A quién quiere engañar ?
vallecas
La equidistancia no es una virtud. En el caso de un Periodista/columnista es un pecado. "Los políticos no mienten, sólo tienen un exceso de entusiasmo". Nos toma el pelo D. Roger, Todo para defender al mentiroso, al rey de la trola, su amado Pedro Sánchez. El resto sus vaguedades, cosas sin chispa. Hablar por hablar. Cantinflear.