Nueve de la mañana. El Tribunal Feminista de la Verdad de Género se reúne en la sala de vistas habilitada en el Ministerio de Igualdad. Sobre el estrado, domina la estancia el lema oficial del feminismo: “Hermana, el Estado te cree”. Hoy tienen por delante una larga jornada, pues juzgan a dos personajes ilustres: el futbolista argentino recientemente fallecido Diego Armando Maradona y el artista español señalado públicamente Plácido Domingo.
Las “miembras” del tribunal, todas ataviadas con las correspondientes togas moradas, deberán decidir si los “señoros” acusados son autores de un delito contra el feminismo tipificado en el Código de perspectiva de género. Salvo que la sentencia sea absolutoria, la pena consistirá en eliminar todo cuanto pudiera recordar al condenado: imágenes, monumentos, inscripciones y la prohibición de representar sus obras o recordar sus logros. Incluso hasta pronunciar su nombre en público. La rehabilitación de la damnatio memoriae romana, que exterminaba de la vida social la memoria de aquél que era considerado enemigo.
Fidel y el Che
El primer caso en ser tomado en consideración por las hermanas juzgadoras será el del astro futbolístico. La ponente es una periodista argentina, destacada activista del feminismo peronista y lesbiano, llamada Adriana Carrasco. Como prueba de cargo está la declaración de una de sus exparejas, Rocío Oliva, que en 2017 denunció a la policía que Diego la había agredido. Aunque el asunto se archivó y el futbolista aseguró que jamás la había maltratado, ella filtró una grabación de 2014 en la que Maradona aparecía golpeándola. El Tribunal de la Verdad de Género ha de condenar y condena, pero suspende la ejecución de la pena. Entienden que Maradona es merecedor de un indulto porque le resulta de aplicación la atenuante anticapitalista: era amigo personal de “líderes izquierdistas” como Fidel Castro, admirador de la figura del Che Guevara y defensor de la “democracia cubana”. Recuerden que los dictadores siempre son de derechas y que los regímenes comunistas siempre son democráticos.
Considerar al futbolista un mero maltratador es reduccionista y sus méritos merecen ser juzgados al margen de su vida privada
Por todo ello, estiman que considerar al futbolista un mero maltratador es reduccionista y que sus méritos merecen ser juzgados al margen de su vida privada. Diego era un “hombre racializado en un contexto culturalmente homofóbico” cuya violencia machista heteropatriarcal e individualista era insignificante en comparación con la violencia capitalista a la que combatía. Maradona es indultado y su figura podrá ser ensalzada silenciando aquellos detalles incompatibles con la transversalidad y la perspectiva de género.
Proceden ahora a conocer de la causa contra el artista español Plácido Domingo. Él no ha fallecido, aunque las hermanas y “aliades” que integran las asociaciones feministas reclaman su muerte social. Contra el tenor no hay ningún vídeo, ni tan siquiera una denuncia a la policía. Una cantante que presumía en las redes de haber compartido escenario con él afirmó que se le había insinuado. Además, un sindicato de actores confirmó las acusaciones de conducta sexual inapropiada vertidas contra él por mujeres cuya identidad se desconoce. En este caso de Plácido Domingo, el principio inculpatorio del “a las mujeres hay que creerlas sí o sí, siempre” despliega todos sus efectos. Ha de ser y es declarado autor de un delito de actuación heteropatriarcal con agravante de género, que implicará su defenestración pública sine die. Porque las condenas feministas son vitalicias.
Abominar de la derecha
Obviamente, el Tribunal descarta conceder el indulto a Plácido Domingo, pues no les consta que profese la ideología oficial progresista. No se ha aportado ninguna prueba o evidencia sobre su condena al neoliberalismo, al colonialismo o al indigenismo. Tampoco consta que esté racializado o que reniegue de la derecha. En su caso, su vida personal es un demérito que condiciona toda su carrera profesional. Los indultos feministas no son para todos, bonita.
Esta distopía judicial feminista está mas próxima a la realidad de lo que el tono jocoso del artículo pudiera dar a entender. Lamentablemente, avanzamos sin remisión hacia una sociedad en la que la identidad de género será un condicionante económico y jurídico y un instrumento para implantar y consolidar el pensamiento único y la censura. Plácido Domingo ha visto cómo la representación de sus obras era cancelada al tiempo que se reclamaba retirar su nombre de escuelas y auditorios. No veremos que nada de esto suceda con Maradona, a pesar de su atribulada vida personal. Como no podía ser de otra forma, la igualdad de género acaba donde empieza la ideología.