A Xavi García Albiol se la tiene jurada la equidistante izquierda caviar sociata, los comunistas de sueldazo e Internacional, los separatas a los que pone fuera de sus casillas, los cupaires que escupen de rabia a la que ven un uniforme. Y es que Albiol demuestra que se les puede vencer simplemente siendo un buen alcalde. Albiol encarna el sentido común, que debería presidir la gestión de cualquier cargo electo. Arreglar una acera, una farola, poner una zona verde , atender al pequeño comerciante, a la infancia, a nuestros mayores, al deporte o a la sanidad no tiene color, mejor dicho, sí lo tiene: es el de la gente como Dios manda.
A Xavi lo han agredido en su Badalona una horda de okupas “provenientes de otros países”, eufemística manera para señalar a individuos que han entrado ilegalmente en nuestro país sin que se les conozca oficio ni beneficio y que se especializan en actividades ilegales. La turba, insistimos, donde era evidente la procedencia del personal, le gritó hijo de puta, lo agredió y la cosa no pasó a mayores porque Dios y la policía no quisieron. Venían calentitos tras el desalojo de una nave y del apoyo de Albiol al mismo atendiendo las quejas de los vecinos del barrio, hartos de tanto como han tenido que aguantarles.
Es de vergüenza pública, si no algo más, el “apoyo” del gobierno de la moción de censura actual en Badalona a los okupas. Un gobierno, recordémoslo, que consiste en la suma del resto de partidos del consistorio que en ética suman cero y en política acabarán sumando veinte años y un día al paso que van. Los que mueven en las sombras los hilos de la tramoya frente populista badalonés habían caldeado el ambiente con una campaña de pasquines en la que se lee “Albiol, el asesino de Badalona”.
Un gobierno, recordémoslo, que consiste en la suma del resto de partidos del consistorio que en ética suman cero y en política acabarán sumando veinte años y un día al paso que van
No es nuevo. Cuando llegó a la alcaldía se le llamó xenófobo simplemente por decir que había barriadas dominadas por clanes de delincuentes venidos de otros lugares. Se aprovecharon de una solemne chorrada que vinculaba Albiol con los papeles de Pandora y una sociedad que jamás operó ni movió un céntimo y todos, con aire de austeros y ejemplares servidores públicos, se lo sacaron de encima.
A él, que tiene mayoría de votos en Badalona, que va por la calle y los vecinos se lo comen, que ha hecho más por su ciudad en estos pocos años que hizo el PSC en las décadas en las que gobernó la ciudad de Bétulo. Uno se pregunta por qué tanta rabia. Quizá la razón estribe en que ha sabido ganarse el voto trabajador, originariamente de izquierda, de gente desencantada de tanto señorito y tanta demagogia. Puede ser.
Pero, modestamente, opino que va más allá de una cuestión ideológica, de los cagaleras socialistillos o de las fobias de Miquel Iceta, ups, perdón de Salvador Illa. Hagamos la prueba del algodón. Albiol tiene como objetivo una Badalona bonita, social, próspera, y de calidad. Ningún problema, imaginamos.
Pero piensa que, para conseguir estas cosas, se precisa ley y orden, que los criminales vayan a la cárcel, que los delincuentes sin papeles sean deportados, que se erradiquen los narcopisos, que se respete la propiedad, en suma, que se expulse al crimen de la ciudad. ¿Quién se beneficia y quién no si esto se lleva a cabo? Reflexionen ustedes. Cui Bono, Cui Prodest. Sabemos un hecho: los delincuentes temen a García Albiol. Por eso lo insultan, lo difaman, lo agreden. Ahí lo dejo.