Contrariamente a lo que pregonan los políticos y sus grandes medios de manipulación y sometimiento, a los españoles se nos da bien la industria y nuestro atraso en este área ha tenido, entre otros, un determinante principal: la excepcional escasez de materias primas industriales y el acceso a grandes mercados, un hecho que tuvo que enfrentarse con toda su crudeza cuando implosionó el Imperio hace dos siglos (ciclos) como vimos en “La odisea de Hispania”. La conclusión directa de lo anterior es que sin exportaciones no hay progreso y la industria del automóvil y de sus componentes, la mayor exportadora, cumple ahí un papel de liderazgo.
También es cierto que ha habido otros determinantes de nuestro retraso industrial, como los culturales, de castas, de dogmatismos y caprichos, malas formas de gobierno que aún persisten o que, hace unos ochenta años, personajes muy parecidos a los del delirio en Cataluña, dañaran seriamente nuestro sector automotriz. Así que, antes de que la malogren otra vez, veamos la industria automotriz (la de motos, tras morir, empieza a retoñar) como preámbulo a un indicador muy útil de la economía española y de la europea.
Ventas de coches y todoterrenos
Lo primero que se observa en los últimos datos de producción es una caída muy similar a la del 2000 y el 2004. Luego destaca los batacazos del 2009 y del 2012, unos datos, los del 2008-2009 con los que se negaba la crisis. Además, tenemos que no se superó el máximo anterior, donde concurren muchos factores, entre ellos el demográfico, aquí y en Europa, fruto de ese experimento socialdemócrata del minimalismo para el pueblo, que ellos comen aparte.
Sobre la caída reciente, de la que debería rebotar, se podría afinar más, pero, como hemos advertido repetidamente, se está destrozando la calidad estadística en España y, al caso del PIB, al del Banco de España, al del Comercio Exterior o al de la Seguridad Social sobre las pensiones, se suma ahora este otro y, análisis como el que hicimos sobre “El indicador automotriz” o el de “Anótenlo, España es competitiva”, ya no los podremos hacer; parece que los cambios en Industria y otras áreas han traído más ideicas, y no me refiero solo a las denominaciones ministeriales. Pensemos que, por tener información, tienen hasta la de matriculaciones de marca y modelo por código postal al menos desde finales de los 80’s, algo de gran utilidad para Concesionarios en sus decisiones comerciales y de inversión; una información, como mucha, que la hay, recabada con nuestro dinero y que parece que igual algún listillo la quiere pare él solo. Cuando hablan de “transparencia” cómprense una linterna potente. Sabemos que el mundo académico no dirá nada, pero ¿por qué no se quejan las organizaciones empresariales? Pues porque con nuestra forma de gobierno las instituciones de la Sociedad Civil son cooptadas por el Estado (central, autonómico o municipal); si no se hace nada con el adoctrinamiento en las escuelas, con esto menos. Pero sigamos.
Venta de camiones y furgonetas
Si la venta de coches nos informa del estado del consumo duradero, principalmente de particulares, la de camiones y furgonetas nos indica el estado de la inversión de las empresas, y lo que observamos es que, aquí no hubo engaño con la crisis y si los particulares bajaron su gasto un 35,8% en dos tiempos, las empresas lo hicieron un 37% de un golpe, entre 2007-2009. Hoy, tras la recuperación de inventarios de 2010, han hecho tope a pesar de que ya ha entrado en efecto la necesaria sustitución por obsolescencia del bache pasado; no es una a buena señal, pero con los datos disponibles no se puede profundizar más. ¿Y qué hacemos? Pues ayudarnos con otro indicador.
Las ventas de las grandes empresas
Este es un indicador que, en términos reales (descontada la inflación), ilustra muy bien los ciclos (hasta que también lo malogren y nos lo oculten, claro) y, basándome en esos datos, puedo decir que, salvo imponderables, no habrá recesión en dos años. Tema distinto es que alguno confunda eso con que los políticos lo estén haciendo bien; de hecho, muchos de quienes nos gobiernan, que en realidad no han trabajado en su vida y vivirán del cuento a nuestra costa forever, ni entendieron ni entenderán la gravedad de esa caída del 17% en 2009, ni lo importante del casi 4% actual.
¿Y por qué no hubo recesión en 2016 cuando en teoría tocaba? Pues porque en España se está dando un cambio estructural según los requerimientos sistémicos comentados al principio y según los determinantes de política económica del euro; tema este último al que, salvo aquí, nadie ha hecho caso. Por ello, para saber si ese crecimiento de las ventas reales por encima del PIB es sostenible hay que ver si se compagina con sus ventas exteriores.
Exportaciones de las grandes empresas
Objetivamente, España es, potencialmente, una de las mejores plataformas del mundo para localizar empresas globales y, si no fuera por nuestra forma de gobierno, que todo lo infecta y que encumbra verdaderos grillados, podría alcanzar ese potencial y no tener ningún problema económico, superando por mucho nuestro actual éxito comercial. Lo vimos en “España la bella (y sus gestores ‘sagaces’)” y, desde entonces, esos contrastes entre “lo público” y el sector privado se han agudizado.
Las ventas exteriores en términos reales de las grandes empresas, muchas de las cuales primero fueron pymes, van muy bien y su perfil cíclico es mejor que el de sus ventas totales, señalándonos que su esfuerzo va al exterior e incluso, durante buena parte de los últimos treinta años, las exportaciones fuera de la UE fueron mejor durante muchos años, cumpliéndose lo dicho de que somos una excelente plataforma global. ¿Dónde estaríamos si no hubieran malogrado el País Vasco, Cataluña y ahora también Navarra? Para colmo, quieren extender su desastre a la Comunidad Valenciana y las Baleares con ese invento para pillar de los “països catalans”, y todo gracias a un sistema electoral no representativo, ya que la mayoría de los españoles no somos así. Personajes tóxicos, como el “talibán” Torrent, que siempre ha vivido de predicar su credo desde “lo público”, están haciendo de esos lugares sitios a donde se va a producir si no hay más remedio y no extraña que Volkswagen busque una solución fuera a su marca Seat. Por otro lado, hay que decir que no vale que “al menos Madrid se pone las botas”, porque todos perdemos con la juerga psicótica que se están montando.
Con esos datos, incluso con las incertidumbres por cambios en el BCE y nuestra mala forma de gobierno, podríamos decir que tenemos despejado el horizonte por dos años, éxito que molestará a muchos, tanto o más que mi trabajo a mis dos psycho-tolls, no se los pierdan. A más largo plazo, con el cambio de ciclo generacional, si España no vuelve a implosionar y resuelve su mala forma de gobierno correctamente, los éxitos económicos serán fulgurantes; hasta entonces, aprovechen bien este horizonte despejado.