Subrayaba Carlos Luis Álvarez Cándido a mediados de la década de los noventa cómo el PSOE había puesto en marcha una maquinaria infernal para perder las elecciones, hasta conseguir la derrota el 3 de marzo de 1996. Había cambiado el aire de forma que los errores de los socialistas se magnificaban mientras sus aciertos pasaban inadvertidos, mientras que al Partido Popular le sucedía a la inversa, que todo sumaba a su favor.
Y en esas parecería que estamos otra vez, porque, ¿a cuento de qué sale al ruedo del diario The Guardian el ministro de Consumo Alberto Garzón para lanzar su imprecisa y dañina denuncia de las macrogranjas sembrando el desconcierto en el momento más delicado, justo al filo de las elecciones autonómicas en Castilla y León?; ¿es que era de urgencia inaplazable que el recién ministro de Universidades, Joan Subirats, se lanzara a propugnar una consulta catalana, conociendo el entusiasmo que semejante propuesta desataría en esa comunidad?.
Además, sabiendo que el electorado penaliza las divisiones en los partidos contendientes ¿a quién se le ocurre montar un espectáculo de gresca en el seno del Gobierno tal que el de estos últimos días? Por si fuera poco, los aliados parlamentarios del Gobierno, desde el PNV, que aprovecha para exigir ya el traspaso al País Vasco de la gestión del ingreso mínimo vital, a ERC, que pedirá la triquiñuela de alguna transferencia le están esperando ansiosos para cuando a comienzos de febrero se abra el nuevo periodo de sesiones y se abra el debate de convalidación del Real Decreto Ley 32/2021 de 28 de diciembre.
Subrayaba Carlos Luis Álvarez Cándido a mediados de la década de los noventa cómo el PSOE había puesto en marcha una maquinaria infernal para perder las elecciones, hasta conseguir la derrota el 3 de marzo de 1996
Un texto que ocupa 53 páginas del BOE, de las cuales 15 sirven de preámbulo a sus cinco artículos, siete disposiciones adicionales, nueve disposiciones transitorias, una disposición derogatoria y ocho disposiciones finales, que no habrían pasado el control lingüístico más elemental- poner al cobro sus votos a favor añadiendo exigencias exorbitantes que humillen a Sánchez y le inutilicen para la campaña electoral de Castilla y León de la que se pronostica que saldrá huyendo igual que hizo de la de Madrid para mejor distanciarse de la derrota que se barrunta.
Además de que los analistas más finos aseveran que fueron los votos de rechazo a Pedro Sánchez uno de los sumandos decisivos para explicar el triunfo de Isabel Díaz Ayuso. En todo caso, Lo que si ha de reconocerse al presidente Pedro Sánchez es que está entregado al cumplimiento avanzado de la recomendación formulada por el premio Nobel de Física Frank Wilczek de “aprender a pensar algo y su opuesto a la vez”, formulada en la contra de La Vanguardia.
Descartada la posibilidad de una victoria en Castilla y León, el PSOE y Moncloa se afanarán en ennegrecer la que obtengan las fuerzas de derecha tiznando de Vox el resultado para señalar que viene el lobo cuando se pongan las urnas de las generales. Atentos.