La evolución bursátil en el sector bancario en lo que llevamos de 2022 nos ofrece un curioso contraste. Nuestras dos principales entidades, bancos punteros en el mundo financiero internacional, muestran claros descensos de precio en lo que va de 2022, hasta ayer, más del 10% en el Santander y cerca del 20% en BBVA. Por el contrario, las tres entidades que les siguen en el ranking, Caixabank, Sabadell y Bankinter, registran ganancias de precio apreciables que, incluso con los retrocesos de los últimos días, aún rondan o superan el 20%.
Empezando por estos últimos, está claro que la principal causa es la subida de tipos de interés. Que, aunque no sea oficializada por el BCE hasta el 21 de julio, lleva tiempo produciéndose en los mercados. Así, el euribor a un año ha pasado de estar en negativo en marzo a encontrarse actualmente por encima del 1%. Tipos de interés más elevados refuerzan los ingresos bancarios, a medida que se renuevan o se reprecian los activos, en tanto que el efecto es sustancialmente menor sobre el coste del pasivo donde incluso grandes masas seguirán con nula o reducida remuneración. Por cierto, cabe recordar que, cuando se entró en la etapa de tipos negativos, tuvimos que aguantar que algunos miembros del BCE nos dijeran que esa circunstancia favorecía a los bancos. Que Santa Lucía les conserve la vista…
No obstante, no todo son alegrías para los bancos, que se enfrentan también a riegos significativos. Porque aumenta la probabilidad de una recesión que, por un lado, disminuiría el volumen de negocio y, por otro, dispararía los saldos en mora. Aparte de que la inflación golpea los costes operativos bancarios y se come una parte de los ahorros conseguidos con las reestructuraciones.
Caixabank, se beneficiaría en el horizonte inmediato de este entorno, al tener todo su negocio en la península. Y, además, aprovechó tanto la absorción de Bankia como la pandemia para dotar holgadas provisiones
La mayor entidad financiera en España, Caixabank, se beneficiaría en el horizonte inmediato de este entorno, al tener todo su negocio en la península. Y, además, aprovechó tanto la absorción de Bankia como la crisis del Covid para dotar holgadas provisiones y ponerse a cubierto de riesgos futuros. Adicionalmente, su ratio de eficiencia mejoró en el proceso de integración (aunque todavía deba hacerlo más). Así que su valor en Bolsa supone más de 10 veces el beneficio previsto para 2022 y supera el 80% de su patrimonio neto tangible.
Estas ratios bursátiles, por cierto, se contraponen con los de otra entidad como Unicaja. Que también es un banco muy “segurola” pero con peor eficiencia y menor capacidad de generar resultados. La disparidad en el precio con la entidad líder es intensa y, aparte de menor PER, su precio no llega al 40% del patrimonio neto.
Bankinter es sin duda la mejor entidad bancaria española y tiene las mejores ratios de valoración.
El Sabadell, va remontando en precio desde los niveles ínfimos que alcanzó en 2020, tras algunas dudas sobre su nivel real de solvencia y los problemas de TSB en UK. Por cierto, a finales de 2020 hubo negociaciones de fusión con BBVA, cuando el precio del Sabadell llegó a ser casi la tercera parte del actual, y fracasaron, entre otros motivos, porque la entidad presidida por Torres valoraba TSB a cero. Ahora SAB rechaza ofertas superiores 1000 millones por esa filial porque vale más. En fin, antes hablábamos de Santa Lucía…
Si Turquía practicase una política económica ortodoxa, si el entorno mundial le favoreciera y si el país se convirtiera en una economía dinámica y equilibrada, esa inversión sería un buen negocio. Pero ¿no son demasiados “síes”?
Nos quedan los dos grandes. ¿Por qué esa diferencia, en la evolución del precio en este año, respecto a los anteriores?
En el caso del BBVA está claro que el perfil de riesgo de la entidad es bastante acentuado, sobre todo tras vender en USA y haberse gastado (entre recompras de acciones, la OPA del Garanti, la compra a Merlin de sucursales y algunos ajustes) el exceso de capital logrado. Especialmente, el negocio en Turquía pone en guardia a los inversores. Alguna fuente de la entidad pretende comparar esa inversión con la realizada hace 20 años en Bancomer en México que, desde entonces, ha sido la principal fuente de beneficio. Pero eso no pasa de ser un deseo. Como dice un colega, si Turquía practicase una política económica ortodoxa, si el entorno mundial le favoreciera y si el país se convirtiera en una economía dinámica y equilibrada, esa inversión sería un buen negocio. Pero ¿no son demasiados “síes”? La realidad es que el BBV y el BBVA de Ybarra eran el mayor banco español por valor de mercado. El BBVA de González pasó a ser el segundo, y a bastante distancia del Santander. Y al BBVA de Torres ya le ha relegado algún día al 3º puesto incluso Caixabank.
Si yo fuera el responsable del Santander primaría como objetivo la elevación del valor en Bolsa. Para que el Grupo valga más que la suma de los negocios
En cuanto al Santander, los gestores decían hacen poco que tienen “el mejor balance de los últimos 15 años”. Así es. Pero, aunque el tamaño sea elevado y la diversificación amplia y efectiva, lo que le importa al accionista es que el valor de mercado lo recoja. Y no parece el caso cuando el PER no se aparta mucho de sólo 5 veces sobre la cifra de beneficio a la que los propios gestores apuntan para 2022. O del 60% del valor contable (cifras algo peores que las de BBVA). Si yo fuera el responsable del Santander primaría como objetivo la elevación del valor en Bolsa. Para que el Grupo valga más que la suma de los negocios. Y, aunque la compra de Banamex pudiera ser interesante, me cuidaría mucho de hacerla si exige ampliar capital, como yo creo a pesar de lo que dice la entidad. Y es que el tema de la ratio de capital viene siendo un punto clave a mejorar en Santander desde hace tiempo y, por ejemplo, ahora mismo le lleva a un pago de dividendo en cash algo más reducido que en sus dos principales competidores.
En definitiva, corren mejores vientos bursátiles para el sector bancario, pero no afectan igual a las entidades centradas en España y a nuestros dos grandes multinacionales bancarias. Éstas, dejan que desear en su evolución de 2022 y en sus ratios bursátiles, aunque quizás no sean del todo lógicas esas diferencias de valoración.