Opinión

Oughourlian se aferra a la venta inminente de la mitad de Indra para no morir en Prisa

Fue hace un año, con los españoles de camino a su cena de Nochebuena, cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tomó una de las

  • El presidente de PRISA, Joseph Oughourlian

Fue hace un año, con los españoles de camino a su cena de Nochebuena, cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tomó una de las decisiones más controvertidas de su historia reciente, como si sus vocales estuvieran cegados por alguna circunstancia sospechosa o sobrenatural. El regulador reconoció implícitamente que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, el grupo SAPA y Amber Capital cooperaron para tomar el control del Consejo de Administración de Indra en junio de 2023. Sin embargo, se negó a sancionar esos hechos, al considerar que no supusieron una “acción concertada” y, por tanto, no vulneraban las normas de gobierno corporativo.

La participación de Joseph Oughourlian –presidente de Prisa- en esa operación fue vista con  suspicacias dentro y fuera de la compañía española de defensa. Amber desembolsó aproximadamente 130 millones de euros por el 7,2% de sus títulos. Desde entonces, se han revalorizado en alrededor de 30 millones. Entre otras cosas, por el optimismo que transmiten los mercados sobre las compañías que se dedican a la Defensa en un momento de tensiones internacionales. Ahora bien, esa cantidad apenas si equivale al 10% de lo que este fondo de inversión ha arriesgado en Prisa. Las comparaciones a veces son innecesarias y, a veces, odiosas. En otros casos, resultan bastante ilustrativas sobre lo poco que se gana en ocasiones en momentos de bonanza y lo mucho que se pierde cuando las cosas se tuercen.

Una de las opciones que existen para que el dueño de este fondo tome oxígeno es la de vender Minsait, la rama tecnológica de Indra, en la que trabajan 40.000 personas y en la cual se han desarrollado algunos de los proyectos de I+D+i más interesantes del tejido productivo español. Según publicó El Confidencial, la cúpula de Indra está dispuesta a deshacerse de una participación de hasta el 49% de esta división, que estaría valorada en 1.800 millones de euros y por la que algunos fondos ya han manifestado interés. Ahora bien, entre los accionistas hay división de opiniones sobre la conveniencia de realizar esta operación. Oughourlian se encuentra en el lado de los partidarios de la desinversión. Eso ayudaría a Amber a recuperar una parte de lo perdido en Prisa. ¿Pero qué efecto tendría en Indra?

Consecuencias en Indra

El empresario francés –de ascendencia armenia- ha presionado para 'partir' Indra de una forma que incluso le alejó de Marc Murtra, su presidente, quien, abrumado por la ‘efusividad’ de Oughourlian, llegó a comentar en su círculo que le parecía sorprendente que el dueño de Amber aspirara a condicionar la estrategia del grupo mediante opiniones expresadas por WhatsApp.

Realmente, la operación es importante para Amber y para su dueño, que incluso ha llegado a adquirir paquetes de acciones de Prisa con dinero de su propio bolsillo. Pero algunos socios de Indra lo tienen claro: lo que le conviene a este inversor no tiene que ser necesariamente lo mejor para el futuro de Indra. Y se hacen la siguiente pregunta con cierto tono sarcástico: ¿de qué le ha servido en realidad ganarse la desconfianza de Murtra y, por ende, de la SEPI? ¿Para aislarse?

Ciertamente, el dueño de Amber Capital es un empresario cuyas decisiones son difíciles de descifrar. Algunos de quienes más frecuentemente hablaban con él en Madrid, tras su irrupción en la editora de El País, durante los años más duros de la crisis económica, afirman que estaba convencido de que el grupo mediático remontaría tarde o temprano el vuelo, de ahí que comenzara a inyectar dinero de una forma decidida hasta conseguir el 29,7% de su capital.

Entre compras de paquetes accionariales y apoyos a ampliaciones de capital y derivados, su desembolso en el grupo ya asciende a alrededor de 300 millones de euros.

Entre los consejeros más próximos a Juan Luis Cebrián –expresidente de Prisa, a quien montó una rebelión- siempre porfiaron del dueño de Amber Capital y del motivo por el que llegó a Prisa para ‘revolver el gallinero’. ¿Acaso hay alguien tan ciego como para confiar en una empresa con un futuro tan negro? ¿Qué o quién hay detrás de Oughourlian?, se preguntaban accionistas, consejeros y competidores en las charlas que se organizaban en la capital.

Algo similar ocurrió cuando apoyó el cese de varios consejeros de Indra en el verano de 2022, en cumplimiento de la estrategia de SEPI para tomar el control del grupo. ¿Por qué adoptó esa posición tan arriesgada? Desde el entorno de Amber Capital transmitieron entonces que era ilógico que en el Consejo de Indra confluyeran tantos vocales independientes, de ahí que apoyara la maniobra del Gobierno de España (a través de SEPI) para destituirlos. Entre ellos, a algunos a los que se consideraba como díscolos.

A su juicio, su "enroque" era perjudicial para su inversión, que consideraban muy prometedora. “Es una compañía clave para este país en este momento porque el Gobierno tiene que aumentar la inversión en defensa” ante las necesidades de la OTAN y la coyuntura en Ucrania, dijo, en un desayuno informativo. En otras palabras: este inversor, especializado en guerras empresariales, confiaba en que los conflictos bélicos internacionales le ayudaran a ganar dinero.

Una difícil solución

La evolución en bolsa de Indra ha sido positiva desde su entrada en el capital del grupo, pero la revalorización se antoja escasa, ante la devaluación que ha sufrido su inversión en Prisa. Así que una de las opciones que existen para ayudar a este fin es la venta de Minsait.

Lo de la editora de El País tiene un remedio mucho más difícil. Se deshicieron de la rama española de Santillana, de diversos sellos editoriales, de Digital Plus y de su participación en Mediaset España, pero su deuda es todavía superior a los 800 millones de euros y en su mayoría está en manos de Pimco, que no suele hacer prisioneros ante quienes tienen dificultades para pagar. El PERTE que prepara (o preparaba) el Ejecutivo para ayudar a los periódicos con negocios en internet podría ayudar a financiar algunos proyectos con fondos europeos, pero se antojaría como el chocolate del loro para una compañía con una deuda tan abultada.

En estas circunstancias, Oughourlian necesita soluciones para salvar el tipo. Lo que ocurre es que el agujero de Prisa es tan grande… que a lo mejor en algún caso lo más efectivo sería ponerse a rezar o poner una vela a Dios... y otra al diablo por si las moscas.

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